Al doblar la esquina de un año
me atraca, a mano alzada,
otro año desconocido.
Ni una tregua, ni mis quejas
le importan un comino,
viene a por todas
y sus afilados doce dientes
van haciendo presa en mí.
No siento, sin embargo,
la dulce hemorragia que provoca
la lenta agonía,
quizás algún mal paso,
pero sigo en pie.
Sé que al doblar cualquier esquina,
de nuevo a mano alzada,
sin preguntar, me pedirá la vida.
BEGOÑA ABAD, La medida de mi madre, editorial Olifante.
El blog de Ana Pérez Cañamares - poeta
sábado, diciembre 31, 2011
jueves, diciembre 29, 2011
Ana Isabel Espinosa: Dame mantas para papá
El otro día en el face, Ana Pérez Cañamares hizo una pedida... donar mantas para un sin techo que habitaba en las inmediaciones de un estadio de futbol, porque se las habían robado durante la noche y sin ellas no podía sobrevivir.
"No pide limosna, ni dinero, solo las mantas"-decía ella, en un llamamiento que tuvo gran acogida, al menos virtual, como todo lo que se cuece en el face.
Pero hay cientos de ellos, tantos, como casapuertas o alfeizares de escaparates o como entradillas que recobequean , para hacer acomodo a cartones y cuerpos enmascarados por mantas, limpísimas, qué prodigio, con las que pretenden protegerse del frío navideño.
Miguel, el pollero de las Dunas, con sus cachetes mullidos y coloradotes, seguro que no entiende de fríos, porque en el cuartillo que cocina las tortillas de patatas y los nugetts y las croquetas, el humo lo impregna todo y el aceite burbujeante, da visos de infierno festivo.
Tampoco creo que haya muchos que frenen sus pasos por ver sin techos, porque se invisibilizan a poco que se esfuercen y a menos que defequen en el asfalto o en las cercanías de un colegio, como el que frecuentaba los bancos aledaños a los parvularios de las Dunas y Pinar hondo, no son reconocidos por el resto del gentío, con el que comparten espacio vital y se convierten –más bien-en árboles humanos, sin bolas , ni adornos navideños, solo farolas , sin luz eléctrica, con que alumbrar la noche .
Ana Perez Cañamares escribió ..."En esta ciudad de líneas rotas /de casas ocupadas por el polvo /de caretas de asesinos /de ilustres ladrones /no sé qué hacer con el tiempo que se vuelve cáscara /que se vuelve contenedor de papeles reciclados /el mundo me da miedo".
Y es cierto, este mundo da miedo, miedo... de perder lo que tenemos, miedo.. de tener lo que tienen otros , como el cáncer de Gala o la locura de la madre de Tindaya , que la llevó a matarla antes que entregársela a su padre o darla en acogimiento o pegarse ella misma , un buen tiro , en mitad de la frente, de jodida loca, que nadie fue capaz de diagnosticar, antes que sentar tragedia.
Y Gala, sentado, agarrado a su bastón, que se le va la vida en ello, solo pena por sus perros, perros que enterró y se dolió con su muerte y perros que le sobrevivirán, para desgracia de ellos, que nunca serán queridos como los quiso él, ni querrán vivir después de que él muera, porque solo ellos nos dan lo que nosotros no damos, que ni lloramos a nuestros muertos , ni nos importa que nuestros iguales se mueran de asco, en una casapuerta o en un descampado y encima hacemos gracietas con que no podemos pagar los platos rotos de nadie , ni tenemos culpa de ellos.
El agua bendita ya no purga las ambiciones impías , ni las fotos reales, ni la memoria colectiva , porque se oxidó en los cañones alemanes que iban a la guerra y ahora a un Duque le quitan el chaqué y los desmelenan , para ponerle el traje de la selección, haciéndole bailar al ritmo que tocan los noticiarios.
Hay que ser muy desgraciado para, en víspera de Navidad, robar mantas a uno que duerme en la calle. Hay que ser muy desgraciado para tener una manta que darle y no llevársela, a toda leche.
Pero, no me extraña, me asquea, pero no me extraña, porque en este tiempo en el que el mundo nos asusta y los asesinos no usan caretas, tiempo de ilustres ladrones, con los hombres haciéndose cascara y las mujeres vendiendo su alma, ya no importan las luces de colores , que solo tapan la miseria de las almas y lo que compramos no es más que barro y latrocinio y consuelo de tontos , que no saben que solo un perro- y más si es recogido de la perrera- nos lame la mano y nos abriga el alma, solo por demostrarnos , cuánto nos ama.
"No pide limosna, ni dinero, solo las mantas"-decía ella, en un llamamiento que tuvo gran acogida, al menos virtual, como todo lo que se cuece en el face.
Pero hay cientos de ellos, tantos, como casapuertas o alfeizares de escaparates o como entradillas que recobequean , para hacer acomodo a cartones y cuerpos enmascarados por mantas, limpísimas, qué prodigio, con las que pretenden protegerse del frío navideño.
Miguel, el pollero de las Dunas, con sus cachetes mullidos y coloradotes, seguro que no entiende de fríos, porque en el cuartillo que cocina las tortillas de patatas y los nugetts y las croquetas, el humo lo impregna todo y el aceite burbujeante, da visos de infierno festivo.
Tampoco creo que haya muchos que frenen sus pasos por ver sin techos, porque se invisibilizan a poco que se esfuercen y a menos que defequen en el asfalto o en las cercanías de un colegio, como el que frecuentaba los bancos aledaños a los parvularios de las Dunas y Pinar hondo, no son reconocidos por el resto del gentío, con el que comparten espacio vital y se convierten –más bien-en árboles humanos, sin bolas , ni adornos navideños, solo farolas , sin luz eléctrica, con que alumbrar la noche .
Ana Perez Cañamares escribió ..."En esta ciudad de líneas rotas /de casas ocupadas por el polvo /de caretas de asesinos /de ilustres ladrones /no sé qué hacer con el tiempo que se vuelve cáscara /que se vuelve contenedor de papeles reciclados /el mundo me da miedo".
Y es cierto, este mundo da miedo, miedo... de perder lo que tenemos, miedo.. de tener lo que tienen otros , como el cáncer de Gala o la locura de la madre de Tindaya , que la llevó a matarla antes que entregársela a su padre o darla en acogimiento o pegarse ella misma , un buen tiro , en mitad de la frente, de jodida loca, que nadie fue capaz de diagnosticar, antes que sentar tragedia.
Y Gala, sentado, agarrado a su bastón, que se le va la vida en ello, solo pena por sus perros, perros que enterró y se dolió con su muerte y perros que le sobrevivirán, para desgracia de ellos, que nunca serán queridos como los quiso él, ni querrán vivir después de que él muera, porque solo ellos nos dan lo que nosotros no damos, que ni lloramos a nuestros muertos , ni nos importa que nuestros iguales se mueran de asco, en una casapuerta o en un descampado y encima hacemos gracietas con que no podemos pagar los platos rotos de nadie , ni tenemos culpa de ellos.
El agua bendita ya no purga las ambiciones impías , ni las fotos reales, ni la memoria colectiva , porque se oxidó en los cañones alemanes que iban a la guerra y ahora a un Duque le quitan el chaqué y los desmelenan , para ponerle el traje de la selección, haciéndole bailar al ritmo que tocan los noticiarios.
Hay que ser muy desgraciado para, en víspera de Navidad, robar mantas a uno que duerme en la calle. Hay que ser muy desgraciado para tener una manta que darle y no llevársela, a toda leche.
Pero, no me extraña, me asquea, pero no me extraña, porque en este tiempo en el que el mundo nos asusta y los asesinos no usan caretas, tiempo de ilustres ladrones, con los hombres haciéndose cascara y las mujeres vendiendo su alma, ya no importan las luces de colores , que solo tapan la miseria de las almas y lo que compramos no es más que barro y latrocinio y consuelo de tontos , que no saben que solo un perro- y más si es recogido de la perrera- nos lame la mano y nos abriga el alma, solo por demostrarnos , cuánto nos ama.
domingo, diciembre 25, 2011
Villancico, un poema de Jesús Urceloy
Villancico
Llegó la navidad deprisa con el viento
del norte casi no era la misma de otros años
no dio tiempo a buscarla a la estación
estábamos los cuerpos encerrados en casa.
No nevaba ya nunca y a veces ni llovía
hizo el frío de siempre:
nadie acudió al andén ni hubo discursos,
la autoridad estaba en otra parte.
Debajo del felpudo vio la llave
y entró a la casa sola
arrastró su baúl hasta el cuarto de baño
encendió la cocina hizo café.
Vino aquel día gente de lugares
extraños o remotos de barriadas y pisos
más grises y más altos que los nuestros brindamos
hasta agotar el vino que no había.
Después la navidad se durmió en el sofá
del cuarto grande nadie
ha vuelto a molestarla se la ve tan tranquila
tan casi irrepetible…
JESÚS URCELOY
Llegó la navidad deprisa con el viento
del norte casi no era la misma de otros años
no dio tiempo a buscarla a la estación
estábamos los cuerpos encerrados en casa.
No nevaba ya nunca y a veces ni llovía
hizo el frío de siempre:
nadie acudió al andén ni hubo discursos,
la autoridad estaba en otra parte.
Debajo del felpudo vio la llave
y entró a la casa sola
arrastró su baúl hasta el cuarto de baño
encendió la cocina hizo café.
Vino aquel día gente de lugares
extraños o remotos de barriadas y pisos
más grises y más altos que los nuestros brindamos
hasta agotar el vino que no había.
Después la navidad se durmió en el sofá
del cuarto grande nadie
ha vuelto a molestarla se la ve tan tranquila
tan casi irrepetible…
JESÚS URCELOY
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poemas de otros
sábado, diciembre 24, 2011
Happy Christmas, un poema de Rolando Revagliatti
Happy Christmas
Me atenaza aquello
con lo que no cumplo
al sentirme feliz
Me recriminan los vahos desasosegantes
-después que sucede-
e irrumpen
Creen que les pertenezco:
en mí, creen que les pertenezco:
creo que les pertenezco:
los creo para pertenecerles
aún cuando mofándome
"!Feliz Crispación!"
en castellano o en inglés
les grito.
ROLANDO REVAGLIATTI
Me atenaza aquello
con lo que no cumplo
al sentirme feliz
Me recriminan los vahos desasosegantes
-después que sucede-
e irrumpen
Creen que les pertenezco:
en mí, creen que les pertenezco:
creo que les pertenezco:
los creo para pertenecerles
aún cuando mofándome
"!Feliz Crispación!"
en castellano o en inglés
les grito.
ROLANDO REVAGLIATTI
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poemas de otros
viernes, diciembre 23, 2011
O algo parecido, de Isabel Bono
o algo parecido
Al menos los cien primeros años.
ISABEL BONO. De su blog Hojas secas mojadas. Gracias.
Al menos los cien primeros años.
ISABEL BONO. De su blog Hojas secas mojadas. Gracias.
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poemas de otros
jueves, diciembre 22, 2011
Anuncio por palabras, un poema de David Benedicte
anuncio por palabras
ser poeta
es
pasarse la vida
viéndolas
venir
tal que
un niño
es una
eterna
posguerra.
DAVID BENEDICTE. Maremágnum 44. Editorial Isla Varia, 2011.
ser poeta
es
pasarse la vida
viéndolas
venir
tal que
un niño
es una
eterna
posguerra.
DAVID BENEDICTE. Maremágnum 44. Editorial Isla Varia, 2011.
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poemas de otros
miércoles, diciembre 21, 2011
Toronto, un poema de Lee Ranaldo
Toronto
Esta noche me arrancaron la cadena del cuello
cuando me incliné hacia el público mientras tocábamos Kool Thing.
También me quitaron el reloj,
me rompieron los pantalones nuevos,
mientras daban vueltas a un ritmo estroboscópico
para alcanzar un estado olvidado hace tiempo.
Trataban de liberar algo indescriptible,
algo inconmensurable, durante un rato.
Me obligaban a saltar,
poniendo ascuas bajo mis pies,
conteniendo la respiración,
incitándome,
haciéndome pagar por lo que no pueden hacer por sí mismos,
con la esperanza de que yo colmara el vacío
que sienten en sus cabezas
pequeñas y puntiagudas.
Intentaban llegar al éxtasis en la sala,
estatuas aladas que observaban,
que a gritos pedían más, siempre más, hasta que finalmente
–finalmente–
la energía se liberó, pasó a mi cuerpo
y me mantuvo en vela toda la noche con visiones delirantes e inagotables.
Ellos pudieron acabar el día
saciados
y desfilaron hacia el frío,
algunos con su amante,
pero la mayoría
no eran más que unos críos
que al fin iban a poder dormir.
LEE RANALDO. Road Movies. Acuarela libros (Su blog, aquí)
Esta noche me arrancaron la cadena del cuello
cuando me incliné hacia el público mientras tocábamos Kool Thing.
También me quitaron el reloj,
me rompieron los pantalones nuevos,
mientras daban vueltas a un ritmo estroboscópico
para alcanzar un estado olvidado hace tiempo.
Trataban de liberar algo indescriptible,
algo inconmensurable, durante un rato.
Me obligaban a saltar,
poniendo ascuas bajo mis pies,
conteniendo la respiración,
incitándome,
haciéndome pagar por lo que no pueden hacer por sí mismos,
con la esperanza de que yo colmara el vacío
que sienten en sus cabezas
pequeñas y puntiagudas.
Intentaban llegar al éxtasis en la sala,
estatuas aladas que observaban,
que a gritos pedían más, siempre más, hasta que finalmente
–finalmente–
la energía se liberó, pasó a mi cuerpo
y me mantuvo en vela toda la noche con visiones delirantes e inagotables.
Ellos pudieron acabar el día
saciados
y desfilaron hacia el frío,
algunos con su amante,
pero la mayoría
no eran más que unos críos
que al fin iban a poder dormir.
LEE RANALDO. Road Movies. Acuarela libros (Su blog, aquí)
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martes, diciembre 20, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (LXII)
62.
El cielo está hoy alto
tan alto
Las posibilidades son mínimas
las posibilidades
de ser ese reloj insomne
que desde siempre vigila el crecimiento de las ramas.
La rueda (y los cuchillos)
son los mecanismos perfectos
los auténticos dioses.
Uno sólo ha de abandonarse
y ellos crean
arrastrando los cuerpos en su curso.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
El cielo está hoy alto
tan alto
Las posibilidades son mínimas
las posibilidades
de ser ese reloj insomne
que desde siempre vigila el crecimiento de las ramas.
La rueda (y los cuchillos)
son los mecanismos perfectos
los auténticos dioses.
Uno sólo ha de abandonarse
y ellos crean
arrastrando los cuerpos en su curso.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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poemas míos,
poemas que escribí con veinte años
lunes, diciembre 19, 2011
Levante, un poema de David Benedicte
levante
papás
cariacontecidos
empeñados
en que al fin
vuelen
las cometas
de sus hijos
hay muchos
en este lugar
quizá mil
lo que está
en duda
es que
con tanto
ajetreo
quede
viento
para todos.
DAVID BENEDICTE, Maremágnum 44. Editorial Isla Varia, 2011.
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viernes, diciembre 16, 2011
Esta es la primera cosa, un poema de Philip Larkin
Esta es la primera cosa
Esta es la primera cosa
que yo he entendido:
el tiempo es el eco de un hacha
en el interior de la madera.
PHILIP LARKIN
Esta es la primera cosa
que yo he entendido:
el tiempo es el eco de un hacha
en el interior de la madera.
PHILIP LARKIN
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jueves, diciembre 15, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (LXI)
61.
Y sólo tú escondes tras las cortinas
el botín que me haría cerrar las puertas.
Tu fiesta es la creación del mundo
y después ya no hay nada.
No salgáis; no llueve; no vale la pena.
Ahora toda la música suena dentro
y las flores se justifican
por la masa rosa que pisoteamos.
La mirada casual me rescata del mar de manos
de todas las palabras del mundo
traídas aquí para tumbarse y acariciarse sobre sus aristas,
para jugar con el cielo oscuro
y la llaga verdecida
para olvidar la rigurosidad de los compartimentos.
Mientras en las esquinas nos espían los hijos curiosos
celosos de sus espacios
desdeñosos y suficientes
y tu rostro se estira entre las ramas
que de repente usurpan la memoria protegida.
Fin de fiesta.
Un rumor de catedrales se abre paso
y amanece con explosión de vidrieras.
Ahora sé que contengo todo
a pesar de la multitud desafiante.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
Y sólo tú escondes tras las cortinas
el botín que me haría cerrar las puertas.
Tu fiesta es la creación del mundo
y después ya no hay nada.
No salgáis; no llueve; no vale la pena.
Ahora toda la música suena dentro
y las flores se justifican
por la masa rosa que pisoteamos.
La mirada casual me rescata del mar de manos
de todas las palabras del mundo
traídas aquí para tumbarse y acariciarse sobre sus aristas,
para jugar con el cielo oscuro
y la llaga verdecida
para olvidar la rigurosidad de los compartimentos.
Mientras en las esquinas nos espían los hijos curiosos
celosos de sus espacios
desdeñosos y suficientes
y tu rostro se estira entre las ramas
que de repente usurpan la memoria protegida.
Fin de fiesta.
Un rumor de catedrales se abre paso
y amanece con explosión de vidrieras.
Ahora sé que contengo todo
a pesar de la multitud desafiante.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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miércoles, diciembre 14, 2011
Estamos, un poema de Cintio Vitier
Estamos
Estás
haciendo
cosas:
música,
chirimbolos de repuesto,
libros,
hospitales,
pan,
días llenos de propósitos,
flotas,
vida,
con tan pocos materiales.
A veces
se diría
que no puedes llegar hasta mañana,
y de pronto
uno pregunta y sí,
hay cine,
apagones,
lámparas que resucitan,
calle mojada por la maravilla,
ojo del alba,
Juan
y cielo de regreso.
Hay cielo hacia delante.
Todo va saliendo más o menos
bien o mal o peor,
pero se llena el hueco,
se salta,
sigues,
estás haciendo
un esfuerzo conmovedor en tu pobreza,
pueblo mío,
y hasta horribles carnavales, y hasta
feas vidrieras, y hasta luna.
Repiten los programas,
no hay perfumes
(adoro esa repetición, ese perfume):
no hay, no hay, pero resulta que
hay.
Estás, quiero decir,
estamos.
CINTIO VITIER
Estás
haciendo
cosas:
música,
chirimbolos de repuesto,
libros,
hospitales,
pan,
días llenos de propósitos,
flotas,
vida,
con tan pocos materiales.
A veces
se diría
que no puedes llegar hasta mañana,
y de pronto
uno pregunta y sí,
hay cine,
apagones,
lámparas que resucitan,
calle mojada por la maravilla,
ojo del alba,
Juan
y cielo de regreso.
Hay cielo hacia delante.
Todo va saliendo más o menos
bien o mal o peor,
pero se llena el hueco,
se salta,
sigues,
estás haciendo
un esfuerzo conmovedor en tu pobreza,
pueblo mío,
y hasta horribles carnavales, y hasta
feas vidrieras, y hasta luna.
Repiten los programas,
no hay perfumes
(adoro esa repetición, ese perfume):
no hay, no hay, pero resulta que
hay.
Estás, quiero decir,
estamos.
CINTIO VITIER
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martes, diciembre 13, 2011
Tenía veinte años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (LX)
60.
Paisajes.
Animales que dudan.
Se enamoran de un blanco preciso
del que no quedará nada.
El recuerdo se desdibuja
por aquel punzante dolor de entonces
y los arrieros te llevan sin esfuerzo
por los caminos llagados de cascos.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
Paisajes.
Animales que dudan.
Se enamoran de un blanco preciso
del que no quedará nada.
El recuerdo se desdibuja
por aquel punzante dolor de entonces
y los arrieros te llevan sin esfuerzo
por los caminos llagados de cascos.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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lunes, diciembre 12, 2011
Contestaciones, de Rafael Cadenas (y IV)
A MELEAGRO
Eros, gran cocinero del alma.
A él también se le quema la comida.
A MONSIEUR GUILLOTIN
Inventó el artefacto de decapitar que
lleva su nombre porque se compadeció
de los sentenciados.
Piedad revolucionaria.
* * *
La vieja mano
sigue trazando signos
para el olvido.
Éste siempre tendrá interrupciones.
A DANTE
Abandonad toda esperanza
No es mal consejo cuando el infierno
está tan cerca.
A ARTUR LUNDKVIST
Estoy con los revolucionarios
hasta que llegan al poder.
Cuando ya no hay remedio.
A MIGUEL DE CERVANTES
Yo que tanto me afano y me desvelo
por parecer que tengo de poeta
la gracia que no quiso darme el cielo.
Tu terceto desmiente lo que dices.
¿Qué más quieres Miguel de mi alma?
En verdad, eres más exigente que tu personaje.
Menos mal que tu cordura te protege de ti.
RAFAEL CADENAS (Tomado de la página web http://www.literalmagazine.com/. Gracias.)
Eros, gran cocinero del alma.
A él también se le quema la comida.
A MONSIEUR GUILLOTIN
Inventó el artefacto de decapitar que
lleva su nombre porque se compadeció
de los sentenciados.
Piedad revolucionaria.
* * *
La vieja mano
sigue trazando signos
para el olvido.
Éste siempre tendrá interrupciones.
A DANTE
Abandonad toda esperanza
No es mal consejo cuando el infierno
está tan cerca.
A ARTUR LUNDKVIST
Estoy con los revolucionarios
hasta que llegan al poder.
Cuando ya no hay remedio.
A MIGUEL DE CERVANTES
Yo que tanto me afano y me desvelo
por parecer que tengo de poeta
la gracia que no quiso darme el cielo.
Tu terceto desmiente lo que dices.
¿Qué más quieres Miguel de mi alma?
En verdad, eres más exigente que tu personaje.
Menos mal que tu cordura te protege de ti.
RAFAEL CADENAS (Tomado de la página web http://www.literalmagazine.com/. Gracias.)
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viernes, diciembre 09, 2011
Un poema de Víktor Gómez
pasa de largo -pájaro entusiasmado- a buscar la
benigna umbría en la hora abrasadora del mediodía
se pierde ahora ya no me importa como a
un hijo -adiós y buena suerte
VÍKTOR GÓMEZ, Incompleto. Planeta Clandestino 84. Ediciones del 4 de agosto, 2010
benigna umbría en la hora abrasadora del mediodía
se pierde ahora ya no me importa como a
un hijo -adiós y buena suerte
VÍKTOR GÓMEZ, Incompleto. Planeta Clandestino 84. Ediciones del 4 de agosto, 2010
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jueves, diciembre 08, 2011
Contestaciones, de Rafael Cadenas (III)
A FERNANDO PESSOA
Asombrarse de ser
es de veras vivir.
Sí, pero este es un paso más allá
de vivir.
A CÖSTA AGREEN
Derrotado
será sólo aquel
que quiera vencer
. . . . .
Por eso
la lucha está dirigida en lo más profundo
sólo contra la lucha.v Derrotémosla ya.
El inconveniente es que la lucha
y sólo ella es la que siempre triunfa.
A CLAES ANDERSEN
El que tiene fuerzas para llorar no se ahoga.
A eso se debe mi mala respiración.
A CAJ WESTERBERG
No es fácil
vivir de verdad.
No todos lo hacen, lo usual
es desperdiciar ese honor.
A TAKUBOKU
Hay un prisionero
en el corazón
de cada hombre.
Suéltalo cuanto antes,
si esperas, aumenta de tamaño
y no podrá escapar.
* * *
Una fuerza desconocida
impulsa todo y recorre
las innumerables formas.
Tú que me lees en este
momento, eres una de ellas.
A ISSA
La Vía Láctea cae oblicuamente
dentro de la cacerola.
Iluminación.
RAFAEL CADENAS (Tomado de la página web http://www.literalmagazine.com/. Gracias.)
Asombrarse de ser
es de veras vivir.
Sí, pero este es un paso más allá
de vivir.
A CÖSTA AGREEN
Derrotado
será sólo aquel
que quiera vencer
. . . . .
Por eso
la lucha está dirigida en lo más profundo
sólo contra la lucha.v Derrotémosla ya.
El inconveniente es que la lucha
y sólo ella es la que siempre triunfa.
A CLAES ANDERSEN
El que tiene fuerzas para llorar no se ahoga.
A eso se debe mi mala respiración.
A CAJ WESTERBERG
No es fácil
vivir de verdad.
No todos lo hacen, lo usual
es desperdiciar ese honor.
A TAKUBOKU
Hay un prisionero
en el corazón
de cada hombre.
Suéltalo cuanto antes,
si esperas, aumenta de tamaño
y no podrá escapar.
* * *
Una fuerza desconocida
impulsa todo y recorre
las innumerables formas.
Tú que me lees en este
momento, eres una de ellas.
A ISSA
La Vía Láctea cae oblicuamente
dentro de la cacerola.
Iluminación.
RAFAEL CADENAS (Tomado de la página web http://www.literalmagazine.com/. Gracias.)
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miércoles, diciembre 07, 2011
Mirando el amor por los anuncios, un poema de Cristina Morano
Mirando el amor por los anuncios
Me queda de aquel tiempo la costumbre
de mirar a los otros en los bares,
de escuchar lo que hacen los vecinos
y de ver por la tele los programas
malos y los anuncios cada día.
He aprendido a callarme desde entonces
y a confundirme con las mesas
o el mobiliario de las oficinas,
no se puede volver
a empezar desde ese punto.
Si te quedas aquí durante un tiempo
perderás la paciencia intentando que sonría,
creerás que estoy loca, temerás
conflictos a diario por las noches.
Asi que por favor no pongas esa
cara de felicidad mientras me quejo.
CRISTINA MORANO, Qué nos han hecho. Antología. Editorial Isla Varia, Huelva, 2008.
Me queda de aquel tiempo la costumbre
de mirar a los otros en los bares,
de escuchar lo que hacen los vecinos
y de ver por la tele los programas
malos y los anuncios cada día.
He aprendido a callarme desde entonces
y a confundirme con las mesas
o el mobiliario de las oficinas,
no se puede volver
a empezar desde ese punto.
Si te quedas aquí durante un tiempo
perderás la paciencia intentando que sonría,
creerás que estoy loca, temerás
conflictos a diario por las noches.
Asi que por favor no pongas esa
cara de felicidad mientras me quejo.
CRISTINA MORANO, Qué nos han hecho. Antología. Editorial Isla Varia, Huelva, 2008.
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martes, diciembre 06, 2011
Veinte ene, un poema de Pablo Müller/Javier Bermúdez Valencia
20 N
Ella votó pesoe, él amaiur
luego andaron fuerte rozando
los rastrojos de los caminos
por rabia…
aliviados hablaron de los esfuerzos
del miedo
de la debilidad del alquiler de sus talentos
y del precio pagado, y del recibido
se conjuraron con el tiempo
y sus daños
resumieron la fortuna
y la felicidad
luego volvieron a la casa con luz
del mediodía y follaron
con los gritos y la risa
hasta invocar otro conjuro:
veinte ene
un día de la infancia donde los más
escondían discreta la alegría los menos
teatrillo de lágrimas y botas de charol
y hoy veinte ene
grito de polvo, risa para la derrota
en el día que algunos esperan
en vano,
nos rindamos
hoy veinte ene
PABLO MÜLLER/JAVIER BERMÚDEZ VALENCIA (de su blog Los papeles de Pablo Müller. Muchísimas gracias.)
Una última cosa, madre:
sé por ti que hay ideas que atentan contra el corazón.
Ana Pérez Cañamares
Ella votó pesoe, él amaiur
luego andaron fuerte rozando
los rastrojos de los caminos
por rabia…
aliviados hablaron de los esfuerzos
del miedo
de la debilidad del alquiler de sus talentos
y del precio pagado, y del recibido
se conjuraron con el tiempo
y sus daños
resumieron la fortuna
y la felicidad
luego volvieron a la casa con luz
del mediodía y follaron
con los gritos y la risa
hasta invocar otro conjuro:
veinte ene
un día de la infancia donde los más
escondían discreta la alegría los menos
teatrillo de lágrimas y botas de charol
y hoy veinte ene
grito de polvo, risa para la derrota
en el día que algunos esperan
en vano,
nos rindamos
hoy veinte ene
PABLO MÜLLER/JAVIER BERMÚDEZ VALENCIA (de su blog Los papeles de Pablo Müller. Muchísimas gracias.)
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lunes, diciembre 05, 2011
Contestaciones, de Rafael Cadenas (II)
A GUNNAR BJÖRLING
Yo crezco por encima de lo que digo.
Yo por debajo
* * *
Yo tengo eternidad y ahí tú tienes minutos.
Simples gotas que ella destila
y que contamos para olvidarla
A CLAES ANDERSON
No idealices el silencio.
Hablar es oro.
Sí, pero a veces no de buena ley.
A WISLAWA SZYMBORSKA
Cuando pronuncio la palabra futuro
la primera sílaba pertenece al pasado
Cuando termino de leer estos versos
ya abandonaron el presente.
Tampoco podrán tocar el futuro
pues al llegar ya dejó de serlo.
Ni yo soy el mismo que los leyó.
Sin embargo, debemos creer
que la realidad existe.
A FRIEDRICH HÖLDERLIN
¿Para qué poetas en tiempos de penuria?
Pues para ver qué se puede hacer con ella.
A LEÓN FELIPE
¡Eh! ¡Que viene el lobo!
Nadie oyó ese grito. Fue inútil: los españoles,
sin darse cuenta, dormían con el lobo porque estaban llenos de futuro.
A BERTOLD BRECHT
Compasivamente miro (en un cuadro)
las abultadas venas de su frente que revelan
cuánto esfuerzo cuesta ser malvado.
A decir verdad, no parece mucho: basta
echarle un vistazo a la historia.
A ERNESTO “CHE” GUEVARA
El revolucionario es el más alto escalón
de la especie humana.
Al menos debió agregar: modestia aparte.
RAFAEL CADENAS (tomado de la página http://www.literalmagazine.com/. Gracias. )
Yo crezco por encima de lo que digo.
Yo por debajo
* * *
Yo tengo eternidad y ahí tú tienes minutos.
Simples gotas que ella destila
y que contamos para olvidarla
A CLAES ANDERSON
No idealices el silencio.
Hablar es oro.
Sí, pero a veces no de buena ley.
A WISLAWA SZYMBORSKA
Cuando pronuncio la palabra futuro
la primera sílaba pertenece al pasado
Cuando termino de leer estos versos
ya abandonaron el presente.
Tampoco podrán tocar el futuro
pues al llegar ya dejó de serlo.
Ni yo soy el mismo que los leyó.
Sin embargo, debemos creer
que la realidad existe.
A FRIEDRICH HÖLDERLIN
¿Para qué poetas en tiempos de penuria?
Pues para ver qué se puede hacer con ella.
A LEÓN FELIPE
¡Eh! ¡Que viene el lobo!
Nadie oyó ese grito. Fue inútil: los españoles,
sin darse cuenta, dormían con el lobo porque estaban llenos de futuro.
A BERTOLD BRECHT
Compasivamente miro (en un cuadro)
las abultadas venas de su frente que revelan
cuánto esfuerzo cuesta ser malvado.
A decir verdad, no parece mucho: basta
echarle un vistazo a la historia.
A ERNESTO “CHE” GUEVARA
El revolucionario es el más alto escalón
de la especie humana.
Al menos debió agregar: modestia aparte.
RAFAEL CADENAS (tomado de la página http://www.literalmagazine.com/. Gracias. )
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viernes, diciembre 02, 2011
Contestaciones, de Rafael Cadenas (I)
Contestaciones
A JAN ERIK VOLD
La alegría. La alegría es un
pájaro
invisible
que llega
y se va, llega y se va
volando.
Dejemos
que sólo se vaya el pájaro.
* * *
Según Hokusai sólo a los cien años
los creadores pueden producir
cosas elogiables.
Nos falta pues mucho
para estar satisfechos
con nuestros pequeños
artefactos.
Seamos indulgentes con los críticos
que no han tenido paciencia
para esperar.
A DARÍO JARAMILLO
Sé que el amor
no existe
y sé también
que te amo.
Venturosa contradicción
que hace huir dulcemente
a la lógica.
A AMY LOWELL
Ya casi no te pruebo porque sé tu sabor.
Seamos ignorantes.
A ELMER DICTONIUS
Yo soy un instrumento
en el que la vida toca
con sus grandes
manos.
Antes se tiene que soltar el yo
para no desafinar.
RAFAEL CADENAS (Tomado de la página http://www.literalmagazine.com/. Gracias)
A JAN ERIK VOLD
La alegría. La alegría es un
pájaro
invisible
que llega
y se va, llega y se va
volando.
Dejemos
que sólo se vaya el pájaro.
* * *
Según Hokusai sólo a los cien años
los creadores pueden producir
cosas elogiables.
Nos falta pues mucho
para estar satisfechos
con nuestros pequeños
artefactos.
Seamos indulgentes con los críticos
que no han tenido paciencia
para esperar.
A DARÍO JARAMILLO
Sé que el amor
no existe
y sé también
que te amo.
Venturosa contradicción
que hace huir dulcemente
a la lógica.
A AMY LOWELL
Ya casi no te pruebo porque sé tu sabor.
Seamos ignorantes.
A ELMER DICTONIUS
Yo soy un instrumento
en el que la vida toca
con sus grandes
manos.
Antes se tiene que soltar el yo
para no desafinar.
RAFAEL CADENAS (Tomado de la página http://www.literalmagazine.com/. Gracias)
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jueves, diciembre 01, 2011
No estaba lejos ni era difícil, un poema de Joan Margarit
No estaba lejos ni era difícil
Ha llegado este tiempo
en que la vida perdida no hace daño,
en que la lujuria es una lámapra inútil
y la envidia se olvida. Es un tiempo
de pérdidas prudentes y necesarias,
no es un tiempo de llegar, sino de irse.
Es ahora cuando el amor
coincide por fin con la inteligencia.
No estaba lejos ni era difícil. Es un tiempo
que no me deja más que el horizonte
como medida de la soledad.
El tiempo de la tristeza protectora.
JOAN MARGARIT (versión de Jonio González)
Ha llegado este tiempo
en que la vida perdida no hace daño,
en que la lujuria es una lámapra inútil
y la envidia se olvida. Es un tiempo
de pérdidas prudentes y necesarias,
no es un tiempo de llegar, sino de irse.
Es ahora cuando el amor
coincide por fin con la inteligencia.
No estaba lejos ni era difícil. Es un tiempo
que no me deja más que el horizonte
como medida de la soledad.
El tiempo de la tristeza protectora.
JOAN MARGARIT (versión de Jonio González)
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miércoles, noviembre 30, 2011
Mi relato en la antología Al otro lado del espejo: Quince de junio de 1.977
Estas últimas elecciones me han recordado mucho a aquellas primeras: por las elecciones en sí y por la presencia de mis padres (ahora ausencia), más añorados que nunca los veintes de noviembre. Así que copio aquí, con la bendición del antólogo, Gsús Bonilla, mi relato para la antología Al otro lado del espejo, publicada en Ediciones Escalera.
QUINCE DE JUNIO DE 1.977
Era un día de estreno, aunque bajo nuestros pies no se extendiera una alfombra roja. Lo que pisábamos de camino al colegio electoral era la tierra de las calles de Aluche, todavía sin cubrir por el asfalto.
Mis padres me habían explicado cómo funcionaba todo el proceso –los partidos, los candidatos, el día de la votación, el parlamento- y yo había visto, atenta pero sin sacar nada claro de ninguno, a los políticos tiesos como marionetas soltar sus parrafadas en la televisión. A pesar de lo mucho que me irritaba que interrumpieran mis programas favoritos, había llegado a comprender la importancia de todo aquello, e incluso me sentía expectante. Lo que no comprendía era la contención que demostraban mis padres, que no es que estuvieran tristes, pero tampoco parecían contentos. Incluso el día de las elecciones en casa reinaba una especie de solemnidad distante: como si fuéramos a asistir a la boda de un familiar al que no se aprecia mucho, o al entierro de un muerto que no duele demasiado. Yo no sabía entonces que la alegría llega a tiempo, o no llega nunca.
Así que voy feliz, con el vestido beige de calle que llevé en mi primera comunión, caminando entre mis endomingados padres. Papá vestía un traje gris con corbata negra y mamá llevaba un traje de chaqueta y una blusa, se había peinado con rulos, y recordaba a la muchacha de su foto de bodas, aunque ella se había casado de negro. En aquel momento no caí en que aquel traje de novia de hacía cuarenta años y la corbata de mi padre estaban teñidos de luto, y que todo aquello tenía que ver con muertos más de lo que yo podía imaginar. Pero es que con todo lo que yo no entendía, con todo lo que no se había dicho en aquella casa, podrían haberse llenado todos los espacios electorales del mundo.
- ¿Y esto es un colegio electoral?
Era decepcionante. Ante nosotros se alzaba un edificio gris y rectangular, rodeado por una superficie de cemento. En la fachada decía “Centro de Formación Profesional”. Pensé, sencillamente, que mis padres, novatos en tareas democráticas, se habían equivocado. Por lo triste y feo, bien hubiera podido ser la cárcel de Carabanchel, cercana a nuestra casa.
- ¿Seguro que esto no es la cárcel?
- No, hija, no, esto no es la cárcel. La cárcel es más grande y hay más gente. Anda, vamos dentro.
Dentro no era mucho mejor. Nada más entrar lo que se descubría era un caos de pupitres arrinconados y puestos unos encima de otros. Las ventanas estaban enrejadas y en las paredes no había cartulinas de colores ni pósters ni mapas. Era como si estuviéramos en una prisión de la que acabaran de fugarse los presos. Y lo cierto es que la gente con la que nos encontramos parecía tan desubicada como presos borrachos de libertad.
Mis padres se detuvieron delante de unas hojas que estaban colgadas en la pared; ya me habían contado antes que allí era donde uno se buscaba para saber en qué mesa le tocaba votar. Les llevó largo rato encontrar sus nombres, y pensé que quizá con los nervios habían olvidado sus apellidos. Cuando por fin se localizaron en la lista, echaron a andar pasillo adelante. Yo no podía creerme su despiste.
- Oye, ¿y yo qué? ¿Yo dónde voto?
Los dos se volvieron a la vez, con la misma cara de incredulidad. ¿Era posible que yo…? Pues sí, yo estaba totalmente convencida de que el futuro de España también era cuestión mía.
- Pero, hija…
No me gustaba la sonrisa con la que mi madre vino hacia mí. Con todas las veces que hubiera dado lo que fuera por verla sonreír, aquella sonrisa no me hizo ninguna gracia.
-…pero si tú no eres mayor de edad…
- ¿Mayor de qué edad?
Después de haberme explicado todo, se les había olvidado aquel pequeño detalle. Amenacé con un berrinche, pero mamá, por muy enternecida que se sintiera, no iba a permitir por primera vez y menos en aquel momento una demostración de sentimientos en público. Así que agarró mi mano y tiró de mí a través del pasillo. Vi pasar a toda velocidad y entre incipientes lágrimas las papeletas alineadas sobre grandes mesas, y al verlas así, letras negras sobre fondo blanco, las letras formando rayas, se me vinieron a la mente los trajes de los presos. No podía imaginar cómo mis padres, que siempre estaban al corriente de todas las posibles decepciones por adelantado, abortando cualquier conato de ilusión, me habían dejado llegar hasta allí sin ponerme delante la dura realidad de que España no contaba con los ciudadanos de nueve años para dar su gran paso.
Y de repente siento a papá que viene por detrás, me coge del brazo y me suelta de mamá. Coge una de las papeletas y agachándose me la muestra, mientras reclama silencio con un dedo en los labios. Como si estuviera mala del estómago y me diera un caramelo estando prohibidos. Yo leo un nombre que me resulta familiar, pero estoy todavía demasiado ofuscada para ver con claridad.
Miro a papá y me encojo levemente de hombros.
- ¡Coño! –dice mi padre sofocando un grito, ya casi escandalizado por mi estupidez- ¿Quién va a ser? ¿Quién se llama así? ¡Tu hermano!
Todavía sigo sin comprenderlo del todo. ¿Por qué mi hermano aparece con el número 1 al lado de su nombre y debajo de unas siglas que no puedo descifrar? Le arranco a mi padre la papeleta de las manos y corro hacia mi madre, a sabiendas de que, de toda la familia, es la persona menos capacitada para mentir. Se la pongo delante de los ojos y veo en ellos una mezcla de sentimientos que los cruzan a ráfagas: algo de orgullo disuelto en una gelatina de miedo.
Sólo es necesario que mueva ligeramente la cabeza y mire hacia mi padre con reproche para que yo entienda que es verdad: mi hermano se está presentando a las primeras elecciones de la democracia.
- Pero ¿por qué no me habíais dicho nada? ¿Y cuál es su partido? ¿Ha salido en la tele?
Y mamá decide que aquello ha ido ya demasiado lejos, así que corta mi perorata llevándome a trompicones hasta una sala; en ella, sentados tras unos pupitres, hay unos hombres –casi todos con mostacho, unos con traje, otros en mangas de camisa- que parecen preparados para juzgarnos. Callo y atiendo al ritual, medio escondida tras mi madre. Ella saca del bolso su carnet de identidad, pronuncia tímida su nombre, extiende un sobre al hombre que está sentado en el centro –yo me preguntó cuándo ha cogido ese sobre, y si dentro estará la papeleta con el nombre de mi hermano-, y creo ver que su mano tiembla ligeramente mientras introduce el sobre en una urna de cristal. Casi nos sobresaltamos cuando el hombre dice en voz alta: “Amparo Cañamares García vota”.
De camino a casa, vamos los tres en silencio. Ya se me ha olvidado que las niñas de nueve años no tienen potestad para elegir en qué clase de lugar quieren vivir. Lo que ha pasado es mucho más emocionante que meter un sobre en una urna. Voy haciendo elucubraciones, del pasado al futuro, encajando piezas. Por eso, por que mi hermano se dedica a la política, pasa largas temporadas fuera de casa; por eso parece alguien con mucho en qué pensar; por eso, acarrea carpetas y papeles que mis padres esconden –posibles secretos de estado; por eso, sus llamadas son recibidas con un respingo, porque seguro que siempre tiene algo interesante que contar; por eso, llama gente extraña preguntando por él y mi madre no suele decirle a nadie su paradero para que no le molesten.
Tenía la impresión de que mis padres no querían hablar de ello, para no variar, pero yo me las bastaba y sobraba para hacer conjeturas. Sólo a la hora de comer, no pude más y pregunté:
- Le habréis votado a él, ¿no?
Papá no levantó la vista del plato, mientras mamá afirmaba muy seria:
- El voto es secreto.
Decidí que aquello era un sí. Sabía que mi madre era una persona que odiaba los líos, pero, ¿cómo iba a ser capaz de cometer la traición de no votar a su propio hijo?
Fue por la noche, viendo un western en el que por supuesto ganaban los buenos, cuando de sopetón vi la luz: “!Va a ganar! ¡Mi hermano va a ganar!”. Era obvio, tenía que se obvio para todos. No sabía lo que había contado mi hermano en su espacio electoral, pero al verle todos tenían que haberse dado cuenta del gran tipo que era mi hermano. Todos tenían que saber que era la primera persona que me había llevado al cine, la primera que cuando cayó una nevada, convenció a mi madre para que yo me saltara el colegio, me calzó mi gorro de lana y mis botas de agua y me había llevado a conocer la nieve –y no me culpó ni yo le culpé de la pulmonía que cogí después; que siempre me traía algo a la vuelta de sus viajes, ya fuera un sacapuntas o un cinexin; que era la persona que más hacía reír a mamá, y eso era hacernos reír a todos; que era capaz de pelear con alguien que estuviera pegando a su perro; que contestaba a todo lo que yo le preguntaba, aunque le llevara un rato encontrar la respuesta adecuada; que me ponía música aunque fueran canciones siempre tristes, porque hablaban de gente que había muerto por querer cambiar el mundo; que era alto, y guapo, aunque llevara aquella barba que picaba tanto cuanto te abrazaba.
No podía haber candidato mejor. No podía haber un gobernante mejor. En este país no habría colegio cuando nevara; todos los niños tendrían juguetes y hasta en los telediarios harían bromas; nadie trataría mal a los animales, las cárceles se vaciarían y los centros de formación profesional se llenarían de cartulinas y mapas y pósters de colores; las cosas se hablarían cara a cara a la hora de la comida, ya fueran asuntos de muertos o de vivos; y después de hablar de todo y de escuchar una vez más las canciones tristes, todo se olvidaría, se dejaría atrás todo aquello que había hecho de mis padres unas personas preocupadas y pesimistas.
Por la mañana, al despertar, me quedé un rato más en la cama saboreando el futuro que nos esperaba. Luego me levanté y fui a la cocina, donde estaba sentada mi madre, separando las lentejas buenas de las malas. Me senté junto a ella sin decirle una palabra. Pobrecita, a ella que no le gustaban nada los problemas, y ahora tendríamos que mudarnos y vivir una nueva vida y ver nuestras fotos en los periódicos. Aunque todo fuera para bien, sabía que iba a costarle acostumbrarse. Decidí dejarla tranquila un ratito más hasta que hubiéramos acabado con las lentejas, y luego ya le pregunté, tan segura de la respuesta que sólo me parecía un trámite, si ya habían anunciado en la radio que mi hermano había ganado las primeras elecciones de la democracia.
ANA PÉREZ CAÑAMARES
QUINCE DE JUNIO DE 1.977
Era un día de estreno, aunque bajo nuestros pies no se extendiera una alfombra roja. Lo que pisábamos de camino al colegio electoral era la tierra de las calles de Aluche, todavía sin cubrir por el asfalto.
Mis padres me habían explicado cómo funcionaba todo el proceso –los partidos, los candidatos, el día de la votación, el parlamento- y yo había visto, atenta pero sin sacar nada claro de ninguno, a los políticos tiesos como marionetas soltar sus parrafadas en la televisión. A pesar de lo mucho que me irritaba que interrumpieran mis programas favoritos, había llegado a comprender la importancia de todo aquello, e incluso me sentía expectante. Lo que no comprendía era la contención que demostraban mis padres, que no es que estuvieran tristes, pero tampoco parecían contentos. Incluso el día de las elecciones en casa reinaba una especie de solemnidad distante: como si fuéramos a asistir a la boda de un familiar al que no se aprecia mucho, o al entierro de un muerto que no duele demasiado. Yo no sabía entonces que la alegría llega a tiempo, o no llega nunca.
Así que voy feliz, con el vestido beige de calle que llevé en mi primera comunión, caminando entre mis endomingados padres. Papá vestía un traje gris con corbata negra y mamá llevaba un traje de chaqueta y una blusa, se había peinado con rulos, y recordaba a la muchacha de su foto de bodas, aunque ella se había casado de negro. En aquel momento no caí en que aquel traje de novia de hacía cuarenta años y la corbata de mi padre estaban teñidos de luto, y que todo aquello tenía que ver con muertos más de lo que yo podía imaginar. Pero es que con todo lo que yo no entendía, con todo lo que no se había dicho en aquella casa, podrían haberse llenado todos los espacios electorales del mundo.
- ¿Y esto es un colegio electoral?
Era decepcionante. Ante nosotros se alzaba un edificio gris y rectangular, rodeado por una superficie de cemento. En la fachada decía “Centro de Formación Profesional”. Pensé, sencillamente, que mis padres, novatos en tareas democráticas, se habían equivocado. Por lo triste y feo, bien hubiera podido ser la cárcel de Carabanchel, cercana a nuestra casa.
- ¿Seguro que esto no es la cárcel?
- No, hija, no, esto no es la cárcel. La cárcel es más grande y hay más gente. Anda, vamos dentro.
Dentro no era mucho mejor. Nada más entrar lo que se descubría era un caos de pupitres arrinconados y puestos unos encima de otros. Las ventanas estaban enrejadas y en las paredes no había cartulinas de colores ni pósters ni mapas. Era como si estuviéramos en una prisión de la que acabaran de fugarse los presos. Y lo cierto es que la gente con la que nos encontramos parecía tan desubicada como presos borrachos de libertad.
Mis padres se detuvieron delante de unas hojas que estaban colgadas en la pared; ya me habían contado antes que allí era donde uno se buscaba para saber en qué mesa le tocaba votar. Les llevó largo rato encontrar sus nombres, y pensé que quizá con los nervios habían olvidado sus apellidos. Cuando por fin se localizaron en la lista, echaron a andar pasillo adelante. Yo no podía creerme su despiste.
- Oye, ¿y yo qué? ¿Yo dónde voto?
Los dos se volvieron a la vez, con la misma cara de incredulidad. ¿Era posible que yo…? Pues sí, yo estaba totalmente convencida de que el futuro de España también era cuestión mía.
- Pero, hija…
No me gustaba la sonrisa con la que mi madre vino hacia mí. Con todas las veces que hubiera dado lo que fuera por verla sonreír, aquella sonrisa no me hizo ninguna gracia.
-…pero si tú no eres mayor de edad…
- ¿Mayor de qué edad?
Después de haberme explicado todo, se les había olvidado aquel pequeño detalle. Amenacé con un berrinche, pero mamá, por muy enternecida que se sintiera, no iba a permitir por primera vez y menos en aquel momento una demostración de sentimientos en público. Así que agarró mi mano y tiró de mí a través del pasillo. Vi pasar a toda velocidad y entre incipientes lágrimas las papeletas alineadas sobre grandes mesas, y al verlas así, letras negras sobre fondo blanco, las letras formando rayas, se me vinieron a la mente los trajes de los presos. No podía imaginar cómo mis padres, que siempre estaban al corriente de todas las posibles decepciones por adelantado, abortando cualquier conato de ilusión, me habían dejado llegar hasta allí sin ponerme delante la dura realidad de que España no contaba con los ciudadanos de nueve años para dar su gran paso.
Y de repente siento a papá que viene por detrás, me coge del brazo y me suelta de mamá. Coge una de las papeletas y agachándose me la muestra, mientras reclama silencio con un dedo en los labios. Como si estuviera mala del estómago y me diera un caramelo estando prohibidos. Yo leo un nombre que me resulta familiar, pero estoy todavía demasiado ofuscada para ver con claridad.
Miro a papá y me encojo levemente de hombros.
- ¡Coño! –dice mi padre sofocando un grito, ya casi escandalizado por mi estupidez- ¿Quién va a ser? ¿Quién se llama así? ¡Tu hermano!
Todavía sigo sin comprenderlo del todo. ¿Por qué mi hermano aparece con el número 1 al lado de su nombre y debajo de unas siglas que no puedo descifrar? Le arranco a mi padre la papeleta de las manos y corro hacia mi madre, a sabiendas de que, de toda la familia, es la persona menos capacitada para mentir. Se la pongo delante de los ojos y veo en ellos una mezcla de sentimientos que los cruzan a ráfagas: algo de orgullo disuelto en una gelatina de miedo.
Sólo es necesario que mueva ligeramente la cabeza y mire hacia mi padre con reproche para que yo entienda que es verdad: mi hermano se está presentando a las primeras elecciones de la democracia.
- Pero ¿por qué no me habíais dicho nada? ¿Y cuál es su partido? ¿Ha salido en la tele?
Y mamá decide que aquello ha ido ya demasiado lejos, así que corta mi perorata llevándome a trompicones hasta una sala; en ella, sentados tras unos pupitres, hay unos hombres –casi todos con mostacho, unos con traje, otros en mangas de camisa- que parecen preparados para juzgarnos. Callo y atiendo al ritual, medio escondida tras mi madre. Ella saca del bolso su carnet de identidad, pronuncia tímida su nombre, extiende un sobre al hombre que está sentado en el centro –yo me preguntó cuándo ha cogido ese sobre, y si dentro estará la papeleta con el nombre de mi hermano-, y creo ver que su mano tiembla ligeramente mientras introduce el sobre en una urna de cristal. Casi nos sobresaltamos cuando el hombre dice en voz alta: “Amparo Cañamares García vota”.
De camino a casa, vamos los tres en silencio. Ya se me ha olvidado que las niñas de nueve años no tienen potestad para elegir en qué clase de lugar quieren vivir. Lo que ha pasado es mucho más emocionante que meter un sobre en una urna. Voy haciendo elucubraciones, del pasado al futuro, encajando piezas. Por eso, por que mi hermano se dedica a la política, pasa largas temporadas fuera de casa; por eso parece alguien con mucho en qué pensar; por eso, acarrea carpetas y papeles que mis padres esconden –posibles secretos de estado; por eso, sus llamadas son recibidas con un respingo, porque seguro que siempre tiene algo interesante que contar; por eso, llama gente extraña preguntando por él y mi madre no suele decirle a nadie su paradero para que no le molesten.
Tenía la impresión de que mis padres no querían hablar de ello, para no variar, pero yo me las bastaba y sobraba para hacer conjeturas. Sólo a la hora de comer, no pude más y pregunté:
- Le habréis votado a él, ¿no?
Papá no levantó la vista del plato, mientras mamá afirmaba muy seria:
- El voto es secreto.
Decidí que aquello era un sí. Sabía que mi madre era una persona que odiaba los líos, pero, ¿cómo iba a ser capaz de cometer la traición de no votar a su propio hijo?
Fue por la noche, viendo un western en el que por supuesto ganaban los buenos, cuando de sopetón vi la luz: “!Va a ganar! ¡Mi hermano va a ganar!”. Era obvio, tenía que se obvio para todos. No sabía lo que había contado mi hermano en su espacio electoral, pero al verle todos tenían que haberse dado cuenta del gran tipo que era mi hermano. Todos tenían que saber que era la primera persona que me había llevado al cine, la primera que cuando cayó una nevada, convenció a mi madre para que yo me saltara el colegio, me calzó mi gorro de lana y mis botas de agua y me había llevado a conocer la nieve –y no me culpó ni yo le culpé de la pulmonía que cogí después; que siempre me traía algo a la vuelta de sus viajes, ya fuera un sacapuntas o un cinexin; que era la persona que más hacía reír a mamá, y eso era hacernos reír a todos; que era capaz de pelear con alguien que estuviera pegando a su perro; que contestaba a todo lo que yo le preguntaba, aunque le llevara un rato encontrar la respuesta adecuada; que me ponía música aunque fueran canciones siempre tristes, porque hablaban de gente que había muerto por querer cambiar el mundo; que era alto, y guapo, aunque llevara aquella barba que picaba tanto cuanto te abrazaba.
No podía haber candidato mejor. No podía haber un gobernante mejor. En este país no habría colegio cuando nevara; todos los niños tendrían juguetes y hasta en los telediarios harían bromas; nadie trataría mal a los animales, las cárceles se vaciarían y los centros de formación profesional se llenarían de cartulinas y mapas y pósters de colores; las cosas se hablarían cara a cara a la hora de la comida, ya fueran asuntos de muertos o de vivos; y después de hablar de todo y de escuchar una vez más las canciones tristes, todo se olvidaría, se dejaría atrás todo aquello que había hecho de mis padres unas personas preocupadas y pesimistas.
Por la mañana, al despertar, me quedé un rato más en la cama saboreando el futuro que nos esperaba. Luego me levanté y fui a la cocina, donde estaba sentada mi madre, separando las lentejas buenas de las malas. Me senté junto a ella sin decirle una palabra. Pobrecita, a ella que no le gustaban nada los problemas, y ahora tendríamos que mudarnos y vivir una nueva vida y ver nuestras fotos en los periódicos. Aunque todo fuera para bien, sabía que iba a costarle acostumbrarse. Decidí dejarla tranquila un ratito más hasta que hubiéramos acabado con las lentejas, y luego ya le pregunté, tan segura de la respuesta que sólo me parecía un trámite, si ya habían anunciado en la radio que mi hermano había ganado las primeras elecciones de la democracia.
ANA PÉREZ CAÑAMARES
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martes, noviembre 29, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (LIX)
59.
Y dibujar
sin olvidar cierto punto discordante
(yo no soy quien para volver la espalda a quien me alimenta
yo no soy quien para comenzar a vivir.)
Dibujar
límites puros y afilados como confines de un mundo.
Parar para tocarme
para no olvidar nunca los trazos exactos
las murallas para sentir tu hueco o tu presión amarilla.
Dibujar
porque nunca dibujé
(sería yo sin exigencias
sola para siempre.)
Dibujar para tragarte como papel áspero
donde uno ha olvidado demsiado
porque tú no eres tú
y yo soy yo
y los dos seríamos dos manchas
(de ti sale una gota roja
y ahora yo soy una recién nacida.)
Dibujar porque las líneas responden a algún plan milenario
dibujar los reversos
la risa ajena
las voces vespertinas
el silencio de la loza en los cajones
los reflejos
necesitados de otros términos para su definición.
Después sacar los lienzos a los pasillos
abrazar las paredes desnudas con ansia de espacios en blanco.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
Y dibujar
sin olvidar cierto punto discordante
(yo no soy quien para volver la espalda a quien me alimenta
yo no soy quien para comenzar a vivir.)
Dibujar
límites puros y afilados como confines de un mundo.
Parar para tocarme
para no olvidar nunca los trazos exactos
las murallas para sentir tu hueco o tu presión amarilla.
Dibujar
porque nunca dibujé
(sería yo sin exigencias
sola para siempre.)
Dibujar para tragarte como papel áspero
donde uno ha olvidado demsiado
porque tú no eres tú
y yo soy yo
y los dos seríamos dos manchas
(de ti sale una gota roja
y ahora yo soy una recién nacida.)
Dibujar porque las líneas responden a algún plan milenario
dibujar los reversos
la risa ajena
las voces vespertinas
el silencio de la loza en los cajones
los reflejos
necesitados de otros términos para su definición.
Después sacar los lienzos a los pasillos
abrazar las paredes desnudas con ansia de espacios en blanco.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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poemas que escribí con veinte años
lunes, noviembre 28, 2011
Mis zapatos, un poema de charles Simic
Mis zapatos
Zapatos, rostro secreto de mi vida interior,
dos desdentadas bocas abiertas,
dos pieles de animal medio podridas
que huelen a nido de ratón.
Mi hermano y mi hermana, que murieron al nacer,
siguen existiendo en vosotros,
guiando mi vida
hacia su incomprensible inocencia.
¿Para qué quiero los libros
cuando en vosotros es posible leer
el Evangelio de mi vida en la tierra
y más allá, de las cosas que están por venir?
Quiero proclamar la religión
que he inventado para vuestra perfecta humildad,
y la extraña iglesia que estoy construyendo
de la que sois el altar.
Ascéticos y maternales, duráis:
parientes de los bueyes, de los santos, de los hombres condenados,
con vuestra muda paciencia dais forma
a la única verdad parecida a mí mismo.
Charles Simic (Belgrado, 1938, radicado en los Estados Unidos), The Vintage Book of Contemporary American Poetry, J. D. McClatchy (comp.), Knopf, Nueva York, 1990
Versión de Jonio González
(Tomado del blog Otra iglesia es imposible. Gracias.)
Zapatos, rostro secreto de mi vida interior,
dos desdentadas bocas abiertas,
dos pieles de animal medio podridas
que huelen a nido de ratón.
Mi hermano y mi hermana, que murieron al nacer,
siguen existiendo en vosotros,
guiando mi vida
hacia su incomprensible inocencia.
¿Para qué quiero los libros
cuando en vosotros es posible leer
el Evangelio de mi vida en la tierra
y más allá, de las cosas que están por venir?
Quiero proclamar la religión
que he inventado para vuestra perfecta humildad,
y la extraña iglesia que estoy construyendo
de la que sois el altar.
Ascéticos y maternales, duráis:
parientes de los bueyes, de los santos, de los hombres condenados,
con vuestra muda paciencia dais forma
a la única verdad parecida a mí mismo.
Charles Simic (Belgrado, 1938, radicado en los Estados Unidos), The Vintage Book of Contemporary American Poetry, J. D. McClatchy (comp.), Knopf, Nueva York, 1990
Versión de Jonio González
(Tomado del blog Otra iglesia es imposible. Gracias.)
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poemas de otros
viernes, noviembre 25, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (LVIII)
58.
Y de cada punto
parten cien mil líneas
todas las posibles
hasta llegan a ser la densa noche.
De cada punto
otro cuerpo
otro ser desprendido
que quizá me sobrevuele
y me recuerde con lástima
o me ataque
hasta necesitarme.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
Y de cada punto
parten cien mil líneas
todas las posibles
hasta llegan a ser la densa noche.
De cada punto
otro cuerpo
otro ser desprendido
que quizá me sobrevuele
y me recuerde con lástima
o me ataque
hasta necesitarme.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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jueves, noviembre 24, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (LVII)
57.
Cada abrazo es una epopeya
descreída.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
Cada abrazo es una epopeya
descreída.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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miércoles, noviembre 23, 2011
Un poema de Víktor Gómez
me oculto en la rutina sonrío reparto tarjetas
hablo con corrección invento
el maniquí
para un traje oscuro y elegante sólo yo oigo
en la rotura separarse el hueso
Víktor Gómez, INCOMPLETO, Planeta Candestino 84 Ediciones del 4 de agosto, 2010
hablo con corrección invento
el maniquí
para un traje oscuro y elegante sólo yo oigo
en la rotura separarse el hueso
Víktor Gómez, INCOMPLETO, Planeta Candestino 84 Ediciones del 4 de agosto, 2010
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martes, noviembre 22, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (LVI)
56.
Hay un anhelo de fábrica y sirena
en esta inmensa llaga verdecida.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
Hay un anhelo de fábrica y sirena
en esta inmensa llaga verdecida.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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lunes, noviembre 21, 2011
Un poema de Eugenio Montale
No nos pidas la palabra que escrute íntegramente
nuestro ánimo informe, y con letras de fuego
lo revele y esplenda como flor de azafrán
perdida en medio de un campo polvoriento.
!Ah, el hombre que se marcha seguro
de los demás y de sí mismo amigo,
y no cuide su sombra que el ardiente calor
graba sobre un descarado muro!
No nos pidas la fórmula que pueda abrirte mundos;
sí alguna contrahecha sílaba, seca como una rama.
Esto solo podemos decirte:
lo que no somos, lo que no queremos.
EUGENIO MONTALE
(tomado del álbum de poemas de José Buhardilla en Facebook. Gracias.)
nuestro ánimo informe, y con letras de fuego
lo revele y esplenda como flor de azafrán
perdida en medio de un campo polvoriento.
!Ah, el hombre que se marcha seguro
de los demás y de sí mismo amigo,
y no cuide su sombra que el ardiente calor
graba sobre un descarado muro!
No nos pidas la fórmula que pueda abrirte mundos;
sí alguna contrahecha sílaba, seca como una rama.
Esto solo podemos decirte:
lo que no somos, lo que no queremos.
EUGENIO MONTALE
(tomado del álbum de poemas de José Buhardilla en Facebook. Gracias.)
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viernes, noviembre 18, 2011
Texto de la presentación de Menú del día... a día, de Gsús Bonilla
Tras la lectura del anterior libro de Gsús, dije que Ovejas esquiladas que temblaban de frío es a la poesía lo que la memoria histórica es a la justicia: la voluntad expresa de que el pasado y los recuerdos permanezcan vivos, para que podamos seguir avanzando por el camino de la dignidad sin dejar a nadie atrás.
Menú del día a día no deja de lado los lastres y los tesoros que suponen la historia, la familia, el pasado; sin embargo, yo diría que es un libro escrito en presente. Son poemas del deambular cotidiano y diario por la vida. Pero que no se entienda cotidiano como frívolo, minúsculo o perteneciente al ámbito privado. De hecho, entre los dos poemarios hay una continuidad en los temas y sobre todo en la forma de mirar. Si en el pasado Gsús veía el hambre, aquí lo que ve es aquello que comemos sin ganas, sin posibilidad de elección, sin tiempo para el paladeo o para la sobremesa. Comida para sobrevivir, víveres que nos mantienen en la carrera.
Como en Ovejas esquiladas, el sentimiento predominante sigue siendo el de la compasión, también de sí mismo, pero en cuanto humano, sin regodeo egoico, sin justificaciones morales, sin autocomplacencia. En cada poema no deja de recordarnos que el poeta es uno más entre los mortales.
Gsús se las apaña para hablar de él y a la vez para contar la historia de cada pequeño o gran agravio que todos sufrimos. Conecta con la profunda humanidad que le late dentro. Traza un camino, o más bien, algo más humilde, una senda para la dignidad, que no puede ser idealizada, sino que tiene que tener también grandes dosis de autocrítica, de sinceridad y desnudez.
Gsús se coloca tan en el centro de la vida, tan en la carne viva de sus poemas, que hablándonos de él nos habla además de un panorama de desolación general, de hambre espiritual.
Sus ideas y reflexiones no son frías, intelectualizadas, sino que van siempre unidas a la emoción. Yo lo leo como leería una suerte de periódico de la conciencia. Lo que podría verse a través de cada titular, si el titular nos permitiera ver la sangre, el sudor, la tristeza que cada noticia lleva dentro. Los nombres que laten detrás de cada número. En su periódico, Gsús escribe las cartas al director, las noticias, las necrológicas, los reportajes, a través de sus reacciones emocionales y físicas al verdadero periódico, el real, el existente, que nos mancha de tinta las manos. Un periódico en el que la fotografía de portada sería esa imagen en negativo del cielo nocturno atravesado por estrellas: el alma humana, toda luz, pero cuajada de pozos negros, que le dan relieve y profundidad. Todo existe de la mano de su contrario. La sencillez es de todo menos simple. En cada persona hay un cielo, y un pozo, y petróleo. Y el petróleo enriquece pero mancha.
A lo largo del libro nos recuerda sobre todo que nuestro día a día es un pacto, un continuo malabarismo entre contrarios, un compromiso entre lo que queremos, lo que podemos, y lo que nos dejan. Por eso, diría yo, es un libro que refleja sobre todo la contradicción a la que nos vemos empujados, y que de alguna manera está en nuestra esencia. En él aprendemos que la verdadera fortaleza es el atrevimiento de mostrarse vulnerable. La valentía, hablar del cobarde que nos mantiene vivos y a salvo. Aprendemos que si somos justos, y sacamos a pasear a la víctima que llevamos dentro, habremos de enseñar también al cómplice y al verdugo que nos habitan. Y estos diálogos imposibles que somos también se muestran en el tono, que va con naturalidad de la ironía a la emoción, y de la humildad al orgullo.
Siendo Gsús un hombre bueno, huye conscientemente del buenrrollismo, esa coartada superficial que nos permite no meternos a saco en nuestra condición de humanos, en nuestros dolores y debilidades, en la cruz de cada cara.
Hay un texto de Jorge Riechmann, de su libro Poesía practicable, que resume muy bien la disyuntiva que somos y que sólo puede resolverse en suma : “¿La destrucción o el amor? ¿La desesperación o el juego? Destrucción y amor; desesperación y juego. Nos reconocemos en la dignidad de la cópula “y”, que separa con piedad los labios de nuestra herida.”
La metáfora alrededor de la cual gira todo el libro, la del menú cotidiano, la de aquello que nos sirven queramos o no, fuera siempre de nuestro alcance la carta en la que podríamos elegir el plato, me parece especialmente acertada. Porque leer este libro es asistir al proceso de una digestión. Por Gsús pasa el mundo. Vemos cuánto tardan en digerirse algunas cosas; cómo otras se le quedan atravesadas en la garganta y otras no tiene más remedio que vomitarlas.
La gran última contradicción que se comprende en estos poemas llega casi al final de la lectura: cuando nos negamos a que las palabras nos sirvan de escondite, cuando nos resistimos a que la belleza sea un fin a cualquier precio... entonces las palabras nos premian con su luz y su consuelo.
La palabra hambre puede alimentar.
ANA PÉREZ CAÑAMARES
Menú del día a día no deja de lado los lastres y los tesoros que suponen la historia, la familia, el pasado; sin embargo, yo diría que es un libro escrito en presente. Son poemas del deambular cotidiano y diario por la vida. Pero que no se entienda cotidiano como frívolo, minúsculo o perteneciente al ámbito privado. De hecho, entre los dos poemarios hay una continuidad en los temas y sobre todo en la forma de mirar. Si en el pasado Gsús veía el hambre, aquí lo que ve es aquello que comemos sin ganas, sin posibilidad de elección, sin tiempo para el paladeo o para la sobremesa. Comida para sobrevivir, víveres que nos mantienen en la carrera.
Como en Ovejas esquiladas, el sentimiento predominante sigue siendo el de la compasión, también de sí mismo, pero en cuanto humano, sin regodeo egoico, sin justificaciones morales, sin autocomplacencia. En cada poema no deja de recordarnos que el poeta es uno más entre los mortales.
Gsús se las apaña para hablar de él y a la vez para contar la historia de cada pequeño o gran agravio que todos sufrimos. Conecta con la profunda humanidad que le late dentro. Traza un camino, o más bien, algo más humilde, una senda para la dignidad, que no puede ser idealizada, sino que tiene que tener también grandes dosis de autocrítica, de sinceridad y desnudez.
Gsús se coloca tan en el centro de la vida, tan en la carne viva de sus poemas, que hablándonos de él nos habla además de un panorama de desolación general, de hambre espiritual.
Sus ideas y reflexiones no son frías, intelectualizadas, sino que van siempre unidas a la emoción. Yo lo leo como leería una suerte de periódico de la conciencia. Lo que podría verse a través de cada titular, si el titular nos permitiera ver la sangre, el sudor, la tristeza que cada noticia lleva dentro. Los nombres que laten detrás de cada número. En su periódico, Gsús escribe las cartas al director, las noticias, las necrológicas, los reportajes, a través de sus reacciones emocionales y físicas al verdadero periódico, el real, el existente, que nos mancha de tinta las manos. Un periódico en el que la fotografía de portada sería esa imagen en negativo del cielo nocturno atravesado por estrellas: el alma humana, toda luz, pero cuajada de pozos negros, que le dan relieve y profundidad. Todo existe de la mano de su contrario. La sencillez es de todo menos simple. En cada persona hay un cielo, y un pozo, y petróleo. Y el petróleo enriquece pero mancha.
A lo largo del libro nos recuerda sobre todo que nuestro día a día es un pacto, un continuo malabarismo entre contrarios, un compromiso entre lo que queremos, lo que podemos, y lo que nos dejan. Por eso, diría yo, es un libro que refleja sobre todo la contradicción a la que nos vemos empujados, y que de alguna manera está en nuestra esencia. En él aprendemos que la verdadera fortaleza es el atrevimiento de mostrarse vulnerable. La valentía, hablar del cobarde que nos mantiene vivos y a salvo. Aprendemos que si somos justos, y sacamos a pasear a la víctima que llevamos dentro, habremos de enseñar también al cómplice y al verdugo que nos habitan. Y estos diálogos imposibles que somos también se muestran en el tono, que va con naturalidad de la ironía a la emoción, y de la humildad al orgullo.
Siendo Gsús un hombre bueno, huye conscientemente del buenrrollismo, esa coartada superficial que nos permite no meternos a saco en nuestra condición de humanos, en nuestros dolores y debilidades, en la cruz de cada cara.
Hay un texto de Jorge Riechmann, de su libro Poesía practicable, que resume muy bien la disyuntiva que somos y que sólo puede resolverse en suma : “¿La destrucción o el amor? ¿La desesperación o el juego? Destrucción y amor; desesperación y juego. Nos reconocemos en la dignidad de la cópula “y”, que separa con piedad los labios de nuestra herida.”
La metáfora alrededor de la cual gira todo el libro, la del menú cotidiano, la de aquello que nos sirven queramos o no, fuera siempre de nuestro alcance la carta en la que podríamos elegir el plato, me parece especialmente acertada. Porque leer este libro es asistir al proceso de una digestión. Por Gsús pasa el mundo. Vemos cuánto tardan en digerirse algunas cosas; cómo otras se le quedan atravesadas en la garganta y otras no tiene más remedio que vomitarlas.
La gran última contradicción que se comprende en estos poemas llega casi al final de la lectura: cuando nos negamos a que las palabras nos sirvan de escondite, cuando nos resistimos a que la belleza sea un fin a cualquier precio... entonces las palabras nos premian con su luz y su consuelo.
La palabra hambre puede alimentar.
ANA PÉREZ CAÑAMARES
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Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar qué podía haber alguien al otro lado (LV)
55.
Entendería que mataras a las palomas.
O que besaras, fundiendo humedades,
con loca pasión de insecto herido
el sexo plano del barro.
Entendería que un día, sin darte cuenta,
empezaras por tragarme un pie
y acabaras por la raíz del cuello
(los ojos no: seguirían mirándote por dentro.)
Entendería que rompieras todos los espejos.
Todos deben de recordarte a mí.
Pero antes hay algo que quiero preguntarte:
¿crees que debajo de tanta benevolencia
hay algo diabólico, que acabará por matarnos?
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
Entendería que mataras a las palomas.
O que besaras, fundiendo humedades,
con loca pasión de insecto herido
el sexo plano del barro.
Entendería que un día, sin darte cuenta,
empezaras por tragarme un pie
y acabaras por la raíz del cuello
(los ojos no: seguirían mirándote por dentro.)
Entendería que rompieras todos los espejos.
Todos deben de recordarte a mí.
Pero antes hay algo que quiero preguntarte:
¿crees que debajo de tanta benevolencia
hay algo diabólico, que acabará por matarnos?
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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jueves, noviembre 17, 2011
Esta tarde, presentación de Menú del día... a día, de Gsús Bonilla
Gsús lo cuenta en su blog. El honor es mío. Allí nos vemos.
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miércoles, noviembre 16, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin saber que podía haber alguien al otro lado (LIX)
54.
Doy fe
de las vidas que acaban en las antesalas blancas
-recién descubierto el reflejo atronador de los ángulos perfectos-
o aquellas que mueren sesgadas por el filo de los números
de cierto teléfono, o de la imprecisa talla de una falda,
por un sinfín de lenguas que aclaman perdidas glorias
y lamen un sudor que quizás cien años antes fue suyo,
al son de la imposibilidad que se deja domar.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
Doy fe
de las vidas que acaban en las antesalas blancas
-recién descubierto el reflejo atronador de los ángulos perfectos-
o aquellas que mueren sesgadas por el filo de los números
de cierto teléfono, o de la imprecisa talla de una falda,
por un sinfín de lenguas que aclaman perdidas glorias
y lamen un sudor que quizás cien años antes fue suyo,
al son de la imposibilidad que se deja domar.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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martes, noviembre 15, 2011
Julio Castro sobre mí en laRepúblicaCultural
Mientras Alfonso López la presenta al inicio del evento poético ella se entretiene con una miniatura de criatura que anda jugando muy tranquila por allí, entre la gente, y llamando la atención de todo el mundo (la hija de la bailarina Lucía Marote), y Ana que prometía estar nerviosísima esta noche, realmente en ese momento se encuentra en otro mundo, el de esta niña, que seguramente es más cercano a su creación poética que el del resto de asistentes.
Cuando terminan de presentarla y se sienta a leer ante un barril de cerveza, donde ha posado sus montañas de libros de diversos autores y autoras, con señales entre las páginas, tarda un rato en descubrir que no cabe en ese hueco, en este lugar lóbrego en el que nos reunimos: “con permiso, me voy a espatarrar, porque no entro bien aquí”, dice, pero cuando le hacen hueco para que se acomode, aclara “gracias, (pero en realidad estaba más cómoda de la otra manera)”. Es parte de su continuo humor en el que mezcla los modos con las palabras, igual que hace en sus textos.
Si a Ana Pérez Cañamares le quitamos el dulce gesto de la cara, o la expresión de niña traviesa, nos queda un personaje auténtico, de esos que siempre he pensado que están al otro lado de los libros que me gustan, de la literatura o de la narrativa que tiene un interés. Cuando la leo en sus blog y demás, me parece una mujer que, con su tremenda inocencia en el modo de exponer las cosas, está más cercana al análisis profundo de la realidad que la mayoría.
(sigue aquí...)
Cuando terminan de presentarla y se sienta a leer ante un barril de cerveza, donde ha posado sus montañas de libros de diversos autores y autoras, con señales entre las páginas, tarda un rato en descubrir que no cabe en ese hueco, en este lugar lóbrego en el que nos reunimos: “con permiso, me voy a espatarrar, porque no entro bien aquí”, dice, pero cuando le hacen hueco para que se acomode, aclara “gracias, (pero en realidad estaba más cómoda de la otra manera)”. Es parte de su continuo humor en el que mezcla los modos con las palabras, igual que hace en sus textos.
Si a Ana Pérez Cañamares le quitamos el dulce gesto de la cara, o la expresión de niña traviesa, nos queda un personaje auténtico, de esos que siempre he pensado que están al otro lado de los libros que me gustan, de la literatura o de la narrativa que tiene un interés. Cuando la leo en sus blog y demás, me parece una mujer que, con su tremenda inocencia en el modo de exponer las cosas, está más cercana al análisis profundo de la realidad que la mayoría.
(sigue aquí...)
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lunes, noviembre 14, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (LIII)
53.
He arrojado mi cuerpo a los pájaros
y ellos lo han picoteado como si fuera un puñado de semillas.
¿Por qué han sabido ellos ver vivo
lo que yo siempre vi como una ruina,
un débil proyecto en el mejor de los casos?
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
He arrojado mi cuerpo a los pájaros
y ellos lo han picoteado como si fuera un puñado de semillas.
¿Por qué han sabido ellos ver vivo
lo que yo siempre vi como una ruina,
un débil proyecto en el mejor de los casos?
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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viernes, noviembre 11, 2011
Un poema de Víktor Gómez
me aburren las camisas de fuerza los semáforos en
verde los domingos también los estiércoles en la
acera vengo buscando vendas para los
ascensores que sangran cuando llueven tijeras en las
noches del sfumatto aparto grupos de gramática
los tiro bajo el piano de mamá reabren las fuentes
su caudalosa borrachera en el bochorno de las
viudas sin techo con vinagre te limpiabas el pelo
en la bañera del 79 traen con pinzas el silencio
aún reconocerías las amplias solapas del torturador
VÍKTOR GÓMEZ, Incompleto. Planeta Clandestino 84, Ediciones del 4 de agosto, 2010.
verde los domingos también los estiércoles en la
acera vengo buscando vendas para los
ascensores que sangran cuando llueven tijeras en las
noches del sfumatto aparto grupos de gramática
los tiro bajo el piano de mamá reabren las fuentes
su caudalosa borrachera en el bochorno de las
viudas sin techo con vinagre te limpiabas el pelo
en la bañera del 79 traen con pinzas el silencio
aún reconocerías las amplias solapas del torturador
VÍKTOR GÓMEZ, Incompleto. Planeta Clandestino 84, Ediciones del 4 de agosto, 2010.
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jueves, noviembre 10, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (LII)
52.
En el perfil azul de los tejados
están dibujadas por los pies de los insectos
las arrugas que recogerás maduras
y olvidarás en tus bolsillos
mientras los gusanos las comen con descarnados besos.
Ya no veo desde aquí la procesión, un momento después.
Ya no llora nadie. Mil hombres se arrastran solos sobre sus huesos amarillos.
A un lado los perros se aparean y alejan a la muerte,
profundamente avergonzada.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
En el perfil azul de los tejados
están dibujadas por los pies de los insectos
las arrugas que recogerás maduras
y olvidarás en tus bolsillos
mientras los gusanos las comen con descarnados besos.
Ya no veo desde aquí la procesión, un momento después.
Ya no llora nadie. Mil hombres se arrastran solos sobre sus huesos amarillos.
A un lado los perros se aparean y alejan a la muerte,
profundamente avergonzada.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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miércoles, noviembre 09, 2011
Un poema de Yannis Ritsos
Quien tropieza
en el vacío
quien se agrieta
y dice: yo
echa hojas
florece.
Así luchamos.
YANNIS RITSOS
De la web http://www.amediavoz.com/
Gracias.
en el vacío
quien se agrieta
y dice: yo
echa hojas
florece.
Así luchamos.
YANNIS RITSOS
De la web http://www.amediavoz.com/
Gracias.
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martes, noviembre 08, 2011
Un poema de Yannis Ritsos
A mí -dice- me coges.
A mí me encierras
me metas
¿Puedes coger aquel pájaro?
¿Puedes matar
el aire que escondo
entre mis uñas?
YANNIS RITSOS
De la web http://www.amediavoz.com/
Gracias.
A mí me encierras
me metas
¿Puedes coger aquel pájaro?
¿Puedes matar
el aire que escondo
entre mis uñas?
YANNIS RITSOS
De la web http://www.amediavoz.com/
Gracias.
lunes, noviembre 07, 2011
´Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (LI)
51.
Nubes. Al borde la tarde.
El camino ha roto aguas.
El cielo me dice que no todo está inventado.
Que aún podría... pero no.
Saberlo es presentir el hueco
que vas dejando a tu espalda.
Saberlo todo es no saber nada,
pero no con los ojos vueltos al sueño y los balbuceos,
sino rebosantes de paciente e ignorante arrobo,
asomados a los secos abismos de tus ojos,
fieras cristalizadas al frío de su aliento.
Pero ahora quiero ignorarlo todo de estas nubes
que no son -¿o sí?- obra y carne tuya.
Quiero estar al margen. Nada es asunto mío.
Mis pechos -los quiero tu horizonte-
han olvidado todo desde su mirada fija
y la fe recta que asusta ventas y recodos.
Si tengo que morir al borde de esta tarde,
para renacer, y no ser yo, y no recordar nada,
no me faltará valor para arrojarme
a tu filo cierto de animal acorazado.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
Nubes. Al borde la tarde.
El camino ha roto aguas.
El cielo me dice que no todo está inventado.
Que aún podría... pero no.
Saberlo es presentir el hueco
que vas dejando a tu espalda.
Saberlo todo es no saber nada,
pero no con los ojos vueltos al sueño y los balbuceos,
sino rebosantes de paciente e ignorante arrobo,
asomados a los secos abismos de tus ojos,
fieras cristalizadas al frío de su aliento.
Pero ahora quiero ignorarlo todo de estas nubes
que no son -¿o sí?- obra y carne tuya.
Quiero estar al margen. Nada es asunto mío.
Mis pechos -los quiero tu horizonte-
han olvidado todo desde su mirada fija
y la fe recta que asusta ventas y recodos.
Si tengo que morir al borde de esta tarde,
para renacer, y no ser yo, y no recordar nada,
no me faltará valor para arrojarme
a tu filo cierto de animal acorazado.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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viernes, noviembre 04, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien a otro lado (L)
50.
A besos (y a mordiscos)
te iré quitando las capas de tu piel, una a una,
hasta descubrirte virgen y blanco,
solo y puro en la oscuridad primera.
Serás un proyecto enternecedor.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
A besos (y a mordiscos)
te iré quitando las capas de tu piel, una a una,
hasta descubrirte virgen y blanco,
solo y puro en la oscuridad primera.
Serás un proyecto enternecedor.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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miércoles, noviembre 02, 2011
Un poema de Eduardo Dalter
Dejá que entre la luz,
dejala que entre,
que se acomode,
que abra su valija;
no vayas a echarla;
dale de comer;
dejá que ande por la casa.
EDUARDO DALTER
De: Voces al viento.77 poemas. Dalter, Revagliatti, Tallarico
www.calameo.com/accounts/648068
http://www.issuu.com/recitador
dejala que entre,
que se acomode,
que abra su valija;
no vayas a echarla;
dale de comer;
dejá que ande por la casa.
EDUARDO DALTER
De: Voces al viento.77 poemas. Dalter, Revagliatti, Tallarico
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martes, noviembre 01, 2011
Siga la flecha, un poema de Rolando Revagliatti
SIGA LA FLECHA
Aquí donde he llegado
no sé qué es
Sé que
sin saber a dónde
he llegado
he sabido
dirigirme.
ROLANDO REVAGLIATTI.
De: Voces al viento.77 poemas. Dalter, Revagliatti, Tallarico
www.calameo.com/accounts/648068
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Aquí donde he llegado
no sé qué es
Sé que
sin saber a dónde
he llegado
he sabido
dirigirme.
ROLANDO REVAGLIATTI.
De: Voces al viento.77 poemas. Dalter, Revagliatti, Tallarico
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viernes, octubre 28, 2011
Recital de mañana en Malatesta
Bueno, pues ya voy terminando de organizar el recital de mañana (en cama, rodeada de libros y papeles.) Va a ser MUY especial para mí (y espero que para los que vayais). Leeré poemas que me han marcado de autores muy queridos y admirados (David González, Sharon Olds, Yehuda Amijai, Wislawa Szymborska, Harry Martinson, Tomas Tranströmer, Jorge Riechmann y más), y luego poemas míos, sobre todo inéditos, de mi nuevo libro: Las sumas y los restos. Os espero.
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Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (XLIX)
49.
Te mueves ignorando tu cuerpo
y eso te hace eternamente amigo del aire;
y me anulas, me ciegas con tu ignorancia,
más sublime y poderosa que cualquier forma de conocimiento.
Como una puerta en medio del desierto,
has caído en medio de este paisaje
para convertirte en dios.
No hay lugar a apelaciones.
Yo te descubriré de tus túnicas sagradas.
Soy simple,
pero a dios venero.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
Te mueves ignorando tu cuerpo
y eso te hace eternamente amigo del aire;
y me anulas, me ciegas con tu ignorancia,
más sublime y poderosa que cualquier forma de conocimiento.
Como una puerta en medio del desierto,
has caído en medio de este paisaje
para convertirte en dios.
No hay lugar a apelaciones.
Yo te descubriré de tus túnicas sagradas.
Soy simple,
pero a dios venero.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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jueves, octubre 27, 2011
Una entrevista de trabajo, un poema de
UNA ENTREVISTA DE TRABAJO
Yo quise traspasar el umbral de los cerdos.
Comí con ellos bajo el espíritu de las edades,
con la parte cautiva de mí,
con mis orígenes de pobre tipo fiel.
Fue inútil: la verdad, como una rosa fría,
sangró por mi boca.
JOSÉ EMILIO TALLARICO
De: Voces al viento.77 poemas. Dalter, Revagliatti, Tallarico
www.calameo.com/accounts/648068
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Yo quise traspasar el umbral de los cerdos.
Comí con ellos bajo el espíritu de las edades,
con la parte cautiva de mí,
con mis orígenes de pobre tipo fiel.
Fue inútil: la verdad, como una rosa fría,
sangró por mi boca.
JOSÉ EMILIO TALLARICO
De: Voces al viento.77 poemas. Dalter, Revagliatti, Tallarico
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miércoles, octubre 26, 2011
Ataraxia, un poema de Luis Vea García
ATARAXIA
Hay fuego tras el horizonte
y el péndulo de la mecedora
no deja de moverse
en el porche de la guerra,
agitado por la calma de un anciano.
Las balas recorren el firmamento
como malditos mosquitos de verano
expeliendo el veneno del odio.
Un soldado de dientes mellados
sonríe a cámara con el fusil en ristre
y una uve contagiosa.
¡Ar!
Maldito rambo de ojos desbordados
que más allá de Texas sólo viste desierto,
oculto tras la vestimenta de la guerra
escupes tabaco y rabia por América.
Pronto el horizonte se aniquila y balancea
y el anciano desde el suelo
contempla el miembro desprendido
mientras una voluta de humo y saliva
se desplaza desde la boca del soldado.
Que Dios bendiga a América.
LUIS VEA GARCÍA, Hachazo de metrónomo. Edit. Isla Varia, Granada, 2011.
Hay fuego tras el horizonte
y el péndulo de la mecedora
no deja de moverse
en el porche de la guerra,
agitado por la calma de un anciano.
Las balas recorren el firmamento
como malditos mosquitos de verano
expeliendo el veneno del odio.
Un soldado de dientes mellados
sonríe a cámara con el fusil en ristre
y una uve contagiosa.
¡Ar!
Maldito rambo de ojos desbordados
que más allá de Texas sólo viste desierto,
oculto tras la vestimenta de la guerra
escupes tabaco y rabia por América.
Pronto el horizonte se aniquila y balancea
y el anciano desde el suelo
contempla el miembro desprendido
mientras una voluta de humo y saliva
se desplaza desde la boca del soldado.
Que Dios bendiga a América.
LUIS VEA GARCÍA, Hachazo de metrónomo. Edit. Isla Varia, Granada, 2011.
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martes, octubre 25, 2011
Para sentirse vivo, un poema de Fabio Morábito
Para sentirse vivo
En la naturaleza
todo está de pie:
los árboles,
los pájaros que están
sobre los árboles,
las hojas que se estiran
para limpiarse de las ramas.
Y cada uno piensa que los otros
son el suelo.
Las hojas creen
que toda rama está acostada
y ciega,
los pájaros
que el árbol ya no crece,
que es una especie de ruina,
y el árbol cree
que no hay más árboles,
no cree más que en sí mismo.
Nadie soporta que el sustrato
en que se apoya
tenga una vida propia,
que no esté muerto,
extinto,
que sea ligero.
Para sentirse vivo
hay que pisar una desolación,
algo que ya no tiene nada
que decir.
FABIO MORÁBITO. De Lunes todo el año.
En la naturaleza
todo está de pie:
los árboles,
los pájaros que están
sobre los árboles,
las hojas que se estiran
para limpiarse de las ramas.
Y cada uno piensa que los otros
son el suelo.
Las hojas creen
que toda rama está acostada
y ciega,
los pájaros
que el árbol ya no crece,
que es una especie de ruina,
y el árbol cree
que no hay más árboles,
no cree más que en sí mismo.
Nadie soporta que el sustrato
en que se apoya
tenga una vida propia,
que no esté muerto,
extinto,
que sea ligero.
Para sentirse vivo
hay que pisar una desolación,
algo que ya no tiene nada
que decir.
FABIO MORÁBITO. De Lunes todo el año.
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lunes, octubre 24, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (XLVIII)
48.
Me dan las diez en el centro del estómago.
!Esperar es una profesión tan completa!
Como hacer carreteras siguiendo el curso de las cicatrices
o levantar ministerios sobre la base de ausencias muy concretas.
Te espero jugando con el fuego primitivo,
dios inútil que no arderá en las barricadas de mis esperanzas.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
Me dan las diez en el centro del estómago.
!Esperar es una profesión tan completa!
Como hacer carreteras siguiendo el curso de las cicatrices
o levantar ministerios sobre la base de ausencias muy concretas.
Te espero jugando con el fuego primitivo,
dios inútil que no arderá en las barricadas de mis esperanzas.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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viernes, octubre 21, 2011
Liberación de la carga, un poema de Tadeusz Rozewicz
LIBERACIÓN DE LA CARGA
Llega a vosotros
y dice
no tenéis responsabilidad
ni por el mundo ni por el fin del mundo
os han quitado el peso de los hombros
sois como pájaros y niños
jugad
y juegan
olvidan
que la poesía contemporánea
es lucha por el aliento.
TADEUSZ ROZEWICZ. Inquietud. Ediciones El Tucán de Virginia. 1993
Llega a vosotros
y dice
no tenéis responsabilidad
ni por el mundo ni por el fin del mundo
os han quitado el peso de los hombros
sois como pájaros y niños
jugad
y juegan
olvidan
que la poesía contemporánea
es lucha por el aliento.
TADEUSZ ROZEWICZ. Inquietud. Ediciones El Tucán de Virginia. 1993
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jueves, octubre 20, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (XLVII)
47.
Calma.
Intenta mirar de frente las paredes.
clávalas en la distancia.
Calma.
Ha sido un segundo.
Era este vértigo incontrolable
que me sube como una marea y me arrastra vísceras adentro.
Era este espasmo que me saca fuera
para anularme bajo la luz metálica,
este estertor que me multiplica por las esquinas,
un relámpago desde el entrecejo a la nuca
pasando por mi infancia.
Era esta vibración que se queda cuando todos ya se han ido,
este ansia que siento por tu sangre,
este cristal clavado en la base de mi espalda,
este hambre que no me abandonará
hasta que me dejes ser tú mismo.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
Calma.
Intenta mirar de frente las paredes.
clávalas en la distancia.
Calma.
Ha sido un segundo.
Era este vértigo incontrolable
que me sube como una marea y me arrastra vísceras adentro.
Era este espasmo que me saca fuera
para anularme bajo la luz metálica,
este estertor que me multiplica por las esquinas,
un relámpago desde el entrecejo a la nuca
pasando por mi infancia.
Era esta vibración que se queda cuando todos ya se han ido,
este ansia que siento por tu sangre,
este cristal clavado en la base de mi espalda,
este hambre que no me abandonará
hasta que me dejes ser tú mismo.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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miércoles, octubre 19, 2011
Socialismo y ronroneo, un poema de Jorge Riechmann
SOCIALISMO Y RONRONEO
Hay algo elemental, irrechazable justo
en el gato que busca una caricia.
Pienso en relaciones sociales decentes
y en derrocar al fascismo.
La gata se acurruca contra mí.
Si pudiéramos siempre completar la caricia.
JORGE RIECHMANN. Con los ojos abiertos. Edit. Baile del Sol. Madrid, 2010.
Hay algo elemental, irrechazable justo
en el gato que busca una caricia.
Pienso en relaciones sociales decentes
y en derrocar al fascismo.
La gata se acurruca contra mí.
Si pudiéramos siempre completar la caricia.
JORGE RIECHMANN. Con los ojos abiertos. Edit. Baile del Sol. Madrid, 2010.
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martes, octubre 18, 2011
Acta, un poema de Roque Dalton
ACTA
En nombre de quienes lavan ropa ajena
(y expulsan de la blancura la mugre ajena)
En nombre de quienes cuidan hijos ajenos
(y venden su fuerza de trabajo
en forma de amor maternal y humillaciones)
En nombre de quienes habitan en vivienda ajena
(que ya no es vientre amable sino una tumba o cárcel)
En nombre de quienes comen mendrugos ajenos
(y aún los mastican con sentimientos de ladrón)
En nombre de quienes viven en un país ajeno
(la casa y las fábricas y los comercios
y las calles y las ciudades y los pueblos
y los ríos y los lagos y los volcanes y los montes
son siempre de otros
y por eso está allí la policía y la guardia
cuidándolos contra nosotros).
En nombre de quienes lo único que tienen
es hambre explotación enfermedades
sed de justicia yde agua
persecuciones condenas
soledad abandono opresión muerte
Yo acuso a la propiedad privada
de privarnos de todo.
ROQUE DALTON. Poemas clandestinos. Editorial Baile del Sol. Madrid, 2008
En nombre de quienes lavan ropa ajena
(y expulsan de la blancura la mugre ajena)
En nombre de quienes cuidan hijos ajenos
(y venden su fuerza de trabajo
en forma de amor maternal y humillaciones)
En nombre de quienes habitan en vivienda ajena
(que ya no es vientre amable sino una tumba o cárcel)
En nombre de quienes comen mendrugos ajenos
(y aún los mastican con sentimientos de ladrón)
En nombre de quienes viven en un país ajeno
(la casa y las fábricas y los comercios
y las calles y las ciudades y los pueblos
y los ríos y los lagos y los volcanes y los montes
son siempre de otros
y por eso está allí la policía y la guardia
cuidándolos contra nosotros).
En nombre de quienes lo único que tienen
es hambre explotación enfermedades
sed de justicia yde agua
persecuciones condenas
soledad abandono opresión muerte
Yo acuso a la propiedad privada
de privarnos de todo.
ROQUE DALTON. Poemas clandestinos. Editorial Baile del Sol. Madrid, 2008
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lunes, octubre 17, 2011
Louisiana 2003, un poema en prosa de Claudio Burguez
LOUISIANA 2003
En un concurso de Miss Madre, varias
participantes realizan una prueba de
rapidez cambiando los pañales de sus
propios hijos.
Durante la contienda, una de llas mata a su
hijo por las sacudidas que le da.
Al final de la carrera, los demás niños
terminan con diferentes contusiones y
magullones, algunos quebrados.
Al principio el jurado iba a premiar la
velocidad, luego consideró ganadora a la
madre del bebé con menos daños.
CLAUDIO BURGUEZ, Finlandia. Montevideo, 2006.
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viernes, octubre 14, 2011
El buscavidas, un poema de Jorge Barco
El buscavidas
En sacos de dormir o envuelto en mantas
así transporto cuerpos en la noche
bajo sombras fugaces e irremediables ecos.
No malgastes tu sudor para encontrarme.
Soy nadie.
JORGE BARCO. Nocturnos. Antología de los poetas y sus noches. Editorial Origami. Sevilla, 2011
En sacos de dormir o envuelto en mantas
así transporto cuerpos en la noche
bajo sombras fugaces e irremediables ecos.
No malgastes tu sudor para encontrarme.
Soy nadie.
JORGE BARCO. Nocturnos. Antología de los poetas y sus noches. Editorial Origami. Sevilla, 2011
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jueves, octubre 13, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (XLVI)
46.
Una puerta en medio del desierto
se convierte en dios.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
Una puerta en medio del desierto
se convierte en dios.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
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miércoles, octubre 12, 2011
Bienes, un poema de Gsús Bonilla
BIENES
buscas lo bello de un poema
en las palomas,
lo monstruoso
en las migajas del suelo;
el mensaje está:
en el pico devastado de las aves.
inviertes tu fortuna en palomas
y las palomas volando
GSÚS BONILLA. Menú del día... a día. Baile del Sol. Madrid, 2011
buscas lo bello de un poema
en las palomas,
lo monstruoso
en las migajas del suelo;
el mensaje está:
en el pico devastado de las aves.
inviertes tu fortuna en palomas
y las palomas volando
GSÚS BONILLA. Menú del día... a día. Baile del Sol. Madrid, 2011
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martes, octubre 11, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema sin pensar que podía haber alguien al otro lado (XLV)
45.
Por una vez quiero la brillante pátina,
la suave superficie infranqueable,
el seguro espejo.
Libérame de la levedad del cielo
y la densidad de los fondos.
Por una vez, los ojos cerrados a las luces extrañas,
los oídos ajenos a las llamadas de los pequeños animales
que viven en manadas bajo lápidas rosas.
Hoy no bastaría el aroma que llega erizando la piel del mar,
la promesa gastada que se dio la vuelta
para traer el rumor de otras selvas.
Bastaría solamente la certeza del límite,
el perfil exacto,
la línea recogida de los acantilados.
ANA PÉREZ CAÑAMARES -A LOS 20 AÑOS
Por una vez quiero la brillante pátina,
la suave superficie infranqueable,
el seguro espejo.
Libérame de la levedad del cielo
y la densidad de los fondos.
Por una vez, los ojos cerrados a las luces extrañas,
los oídos ajenos a las llamadas de los pequeños animales
que viven en manadas bajo lápidas rosas.
Hoy no bastaría el aroma que llega erizando la piel del mar,
la promesa gastada que se dio la vuelta
para traer el rumor de otras selvas.
Bastaría solamente la certeza del límite,
el perfil exacto,
la línea recogida de los acantilados.
ANA PÉREZ CAÑAMARES -A LOS 20 AÑOS
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lunes, octubre 10, 2011
El rompeolas, un poema de David González
El rompeolas
Mi padre
se levanta temprano cada mañana
para ir a nadar
para ir a nadar
a la piscina municipal en invierno
y a la mar del cantábrico en verano
él se cree que así,
me comenta mi madre, escéptica
no se va a morir nunca
desde la ventana del estudio
donde me encierro a escribir
desde por la mañana temprano
y durante las cuatro estaciones
puedo ver la playa de mi padre
la arena que está pisando
y si tuviese a mano unos prismáticos
y forzara un poco la vista
podría, incluso, verle a él
hace tiempo, años, que no le veo
ni hablo con él
ni siquiera por teléfono
pero cuando luego
retiro mi frente del cristal
y acerco la silla
apoyo los codos sobre la mesa
y empiezo a escribir
lo hago con la confianza
y seguridad
del que se sabe
con las espaldas protegidas:
su padre está ahí afuera,
nadando
y no se va a morir nunca.
DAVID GONZÁLEZ. El Último Jueves. 15 años de Poesía on the road. Editorial Calima. Madrid, 2011
Mi padre
se levanta temprano cada mañana
para ir a nadar
para ir a nadar
a la piscina municipal en invierno
y a la mar del cantábrico en verano
él se cree que así,
me comenta mi madre, escéptica
no se va a morir nunca
desde la ventana del estudio
donde me encierro a escribir
desde por la mañana temprano
y durante las cuatro estaciones
puedo ver la playa de mi padre
la arena que está pisando
y si tuviese a mano unos prismáticos
y forzara un poco la vista
podría, incluso, verle a él
hace tiempo, años, que no le veo
ni hablo con él
ni siquiera por teléfono
pero cuando luego
retiro mi frente del cristal
y acerco la silla
apoyo los codos sobre la mesa
y empiezo a escribir
lo hago con la confianza
y seguridad
del que se sabe
con las espaldas protegidas:
su padre está ahí afuera,
nadando
y no se va a morir nunca.
DAVID GONZÁLEZ. El Último Jueves. 15 años de Poesía on the road. Editorial Calima. Madrid, 2011
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viernes, octubre 07, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (XLIV)
44.
Una vez soñé
que a mis brazos les crecían otros brazos
como ramas dolientes.
En mi sueño el vacío era una concha de animal medio enterrada.
Y toda yo era por fin perfil cerrado
y las puntas de mis dedos por fin finales.
Estaba recogida como un precipicio.
ANA PÉREZ CAÑAMARES -A LOS 20 AÑOS
Una vez soñé
que a mis brazos les crecían otros brazos
como ramas dolientes.
En mi sueño el vacío era una concha de animal medio enterrada.
Y toda yo era por fin perfil cerrado
y las puntas de mis dedos por fin finales.
Estaba recogida como un precipicio.
ANA PÉREZ CAÑAMARES -A LOS 20 AÑOS
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jueves, octubre 06, 2011
Nuestros versos, un poema de Luis Ansorena
Nuestros versos
Nuestros versos
caen sobre el mundo
como lluvia.
Casi todos
se resguardan de los versos,
bajo paraguas de indiferencia.
Pero algunos
miran al cielo
y los versos
les caen en los ojos.
Los reconoceréis por la calle,
porque llevan
los ojos incendiados.
LUIS ANSORENA, El Último Jueves. 15 años Poesía on the road. Editorial Calima. Madrid, 2011.
Nuestros versos
caen sobre el mundo
como lluvia.
Casi todos
se resguardan de los versos,
bajo paraguas de indiferencia.
Pero algunos
miran al cielo
y los versos
les caen en los ojos.
Los reconoceréis por la calle,
porque llevan
los ojos incendiados.
LUIS ANSORENA, El Último Jueves. 15 años Poesía on the road. Editorial Calima. Madrid, 2011.
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miércoles, octubre 05, 2011
Un poema de Aldo Luis Novelli
Lee el diario
pide un café
le echa edulcorante
lo revuelve
toma un sorbo
sonríe cuando Mafalda
le pregunta
-para qué lee el diario todos los días
si las noticias son siempre malas-
- para saber, cuánto queda del mundo esta mañana-
le contesta.
ALDO LUIS NOVELLI, Desierto, Ediciones llantodemudo, 2007
pide un café
le echa edulcorante
lo revuelve
toma un sorbo
sonríe cuando Mafalda
le pregunta
-para qué lee el diario todos los días
si las noticias son siempre malas-
- para saber, cuánto queda del mundo esta mañana-
le contesta.
ALDO LUIS NOVELLI, Desierto, Ediciones llantodemudo, 2007
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martes, octubre 04, 2011
Ritos, un poema de Nicanor Parra
Ritos
Cada vez que regreso
A mi país
después de un viaje largo
Lo primero que hago
Es preguntar por los que se murieron:
Todo hombre es un héroe
Por el sencillo hecho de morir
Y los héroes son nuestros maestros.
Y en segundo lugar
por los heridos
Sólo después
no antes de cumplir
Este pequeño rito funerario
Me considero con derecho a la vida:
Cierro los ojos para ver mejor
Y canto con rencor
Una canción de comienzos de siglo.
NICANOR PARRA, Chistes para desorientar a la poesía, Visor, Madrid, 2008
Cada vez que regreso
A mi país
después de un viaje largo
Lo primero que hago
Es preguntar por los que se murieron:
Todo hombre es un héroe
Por el sencillo hecho de morir
Y los héroes son nuestros maestros.
Y en segundo lugar
por los heridos
Sólo después
no antes de cumplir
Este pequeño rito funerario
Me considero con derecho a la vida:
Cierro los ojos para ver mejor
Y canto con rencor
Una canción de comienzos de siglo.
NICANOR PARRA, Chistes para desorientar a la poesía, Visor, Madrid, 2008
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lunes, octubre 03, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (XLIII)
43.
Como llueve la lluvia, siempre en presente,
cuando se doblan los tallos bajo su peso apenas aire.
En presente
como todo lo que fue
y ahora entre mis cejas es más mío que nunca,
como la vida que viviríamos juntos
si el tiempo fuera nuestros cuerpos
cuando duermen, y se tocan, y se santifican.
En presente,
como el dolor seco que se queda entre las uñas
y que a veces, bromeando, se disfraza de esquina.
Como la luz de los lugares lejanos,
invisible,
a ciencia cierta existente.
ANA PÉREZ CAÑAMARES- A LOS 20 AÑOS
Como llueve la lluvia, siempre en presente,
cuando se doblan los tallos bajo su peso apenas aire.
En presente
como todo lo que fue
y ahora entre mis cejas es más mío que nunca,
como la vida que viviríamos juntos
si el tiempo fuera nuestros cuerpos
cuando duermen, y se tocan, y se santifican.
En presente,
como el dolor seco que se queda entre las uñas
y que a veces, bromeando, se disfraza de esquina.
Como la luz de los lugares lejanos,
invisible,
a ciencia cierta existente.
ANA PÉREZ CAÑAMARES- A LOS 20 AÑOS
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viernes, septiembre 30, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (XLII
42.
Muéstrame el valor de este celo enjaulado
bajo la luz reprimida blandamente
enfréntalo
al débil tesón,
a las pétreas ventanas,
a los lánguidos encuentros.
Devuélveme tu niñez y tu lengua
y aprenderé a decir no
para no querer nada
(Dime qué le queda de sí al precipicio
si no sabe que es el borde del vacío).
ANA PÉREZ CAÑAMARES -A LOS 20 AÑOS
Muéstrame el valor de este celo enjaulado
bajo la luz reprimida blandamente
enfréntalo
al débil tesón,
a las pétreas ventanas,
a los lánguidos encuentros.
Devuélveme tu niñez y tu lengua
y aprenderé a decir no
para no querer nada
(Dime qué le queda de sí al precipicio
si no sabe que es el borde del vacío).
ANA PÉREZ CAÑAMARES -A LOS 20 AÑOS
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miércoles, septiembre 28, 2011
Aniversarios, un poema de Alberto Luis Ponzo
ANIVERSARIOS
A Salvador Galup
A los que faltan
Por el nombre que dejaron envejecer
por las letras que escribieron
mientras perdían la memoria
o quizás volviendoa balbucear
sobre la espuma que cubría sus rostros
Por los que se han quedado sordos
de tanto silencio
y en vano esperan en el desierto
un precario sonido del mundo
Porque se olvidaron de venir
para decir adiós a la noche
y siguen de pie sobre el abismo
Por su tardanza o su caída
su dedo ausente o su teléfono vacío
por la grieta en la pared del alma
hoy recuerdo
ALBERTO LUIZ PONZO
A Salvador Galup
A los que faltan
Por el nombre que dejaron envejecer
por las letras que escribieron
mientras perdían la memoria
o quizás volviendoa balbucear
sobre la espuma que cubría sus rostros
Por los que se han quedado sordos
de tanto silencio
y en vano esperan en el desierto
un precario sonido del mundo
Porque se olvidaron de venir
para decir adiós a la noche
y siguen de pie sobre el abismo
Por su tardanza o su caída
su dedo ausente o su teléfono vacío
por la grieta en la pared del alma
hoy recuerdo
ALBERTO LUIZ PONZO
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martes, septiembre 27, 2011
Che mundo, cosa, gente, un poema de Humberto Constantini
Che mundo, cosa, gente,
vida en serio,
no se me rajen, tomen
una sopa conmigo.
Sepan,
yo soy un pecador,
anduve con el diablo,
anduve en contrabando de palabras,
supe fabricar vida hablando solo,
me lo pasé en peleas, cayéndome y matando.
Supe vistear con Dios
(una vez lo paré y le pedí fuego,
casi me mata el bárbaro.
Yo soy un pecador,
pero pagué,
tuve condena y la cumplí carajo.
Por eso mundo, cosa, gente,
vida en serio,
no se me rajen, tomen
una sopa conmigo,
digo,
si no los comprometo.
Tomen algo.
HUMBERTO CONSTANTINI
vida en serio,
no se me rajen, tomen
una sopa conmigo.
Sepan,
yo soy un pecador,
anduve con el diablo,
anduve en contrabando de palabras,
supe fabricar vida hablando solo,
me lo pasé en peleas, cayéndome y matando.
Supe vistear con Dios
(una vez lo paré y le pedí fuego,
casi me mata el bárbaro.
Yo soy un pecador,
pero pagué,
tuve condena y la cumplí carajo.
Por eso mundo, cosa, gente,
vida en serio,
no se me rajen, tomen
una sopa conmigo,
digo,
si no los comprometo.
Tomen algo.
HUMBERTO CONSTANTINI
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lunes, septiembre 26, 2011
Mi héroe, un poema de Batania
Mi héroe
Todavía hoy,
algunas veces,
cuando veo Youtube
las peleas de Muhammad Ali
o los puntos de Rafa Nadal
o las carreras locas de Rossi
o las jugadas de Maradona,
no puedo evitarlo,
cierro el portátil,
tomo unos guantes de lana
o una sartén-raqueta
o una silla-moto
o un limón-pelota
y golpeo, finto, chuto, vuelo,
marco, acelero, grito, triunfo,
dejo
en
libertad
a
mi
héroe.
BATANIA (tomado de su blog Neorrabioso. Gracias.)
Todavía hoy,
algunas veces,
cuando veo Youtube
las peleas de Muhammad Ali
o los puntos de Rafa Nadal
o las carreras locas de Rossi
o las jugadas de Maradona,
no puedo evitarlo,
cierro el portátil,
tomo unos guantes de lana
o una sartén-raqueta
o una silla-moto
o un limón-pelota
y golpeo, finto, chuto, vuelo,
marco, acelero, grito, triunfo,
dejo
en
libertad
a
mi
héroe.
BATANIA (tomado de su blog Neorrabioso. Gracias.)
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Un poema de Lluís Pons Mora
Puedo ser el pájaro con dientes que por el cielo gris
vuela tras la carne de tu incomunión.
Puedo ser dinosaurio en plena glaciación
buscando los helechos de tus caderas de ave.
Puedo ser la noche cuando era innominable.
Puedo ser la lumbre en medio de Pangea.
Puedo ser el potro que cabalga hacia el lugar
donde sé que no estarás, y allí sufrir de sed.
Puedo ser el lobo que mata a ese potro.
Puedo ser el trueno que acalla a las fieras.
Puedo ser el perro que entierra un verso mohoso.
Puedo ser resol en las brancas de ayer.
Puedo ser el simio que te arranca y huye.
Puedo ser el sapiens que se ha perdido.
Puedo ser las lluvias que pintan al jaguar.
Puedo ser el hombre que se acaba.
Puedo ser por ti. No importa el orden.
LLUÍS PONS MORA
vuela tras la carne de tu incomunión.
Puedo ser dinosaurio en plena glaciación
buscando los helechos de tus caderas de ave.
Puedo ser la noche cuando era innominable.
Puedo ser la lumbre en medio de Pangea.
Puedo ser el potro que cabalga hacia el lugar
donde sé que no estarás, y allí sufrir de sed.
Puedo ser el lobo que mata a ese potro.
Puedo ser el trueno que acalla a las fieras.
Puedo ser el perro que entierra un verso mohoso.
Puedo ser resol en las brancas de ayer.
Puedo ser el simio que te arranca y huye.
Puedo ser el sapiens que se ha perdido.
Puedo ser las lluvias que pintan al jaguar.
Puedo ser el hombre que se acaba.
Puedo ser por ti. No importa el orden.
LLUÍS PONS MORA
viernes, septiembre 23, 2011
Festival cultural y picnic este domingo!
(Pincha para ver mejor)
Entre otras actividades, recital de poesía a las 13.30, con Gsús Bonilla, Batania, Pepe Ramos y Ana Pérez Cañamares.
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recitales
Las gafas de los muertos, un poema de Tomasz Jastrun
Las gafas de los muertos
Están sobre la mesa
Con los brazos cruzados
Como si quisieran decir
No podemos
Esperar más
Cómo explicarles ahora
Lo que nosotros mismos
No entendemos
TOMASZ JASTRUN, Como si nada. Traducción del polaco por Abel Murcia. Tomado de su blog, Al trasluz. Gracias.
Están sobre la mesa
Con los brazos cruzados
Como si quisieran decir
No podemos
Esperar más
Cómo explicarles ahora
Lo que nosotros mismos
No entendemos
TOMASZ JASTRUN, Como si nada. Traducción del polaco por Abel Murcia. Tomado de su blog, Al trasluz. Gracias.
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jueves, septiembre 22, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber alguien al otro lado (XLI)
41.
Una línea. Los dos sabemos
que todo cuerpo, mar o distancia
se reduce a una línea oscura y exacta
como el espacio desconocido bajo la carne.
A carbón que no sabe
de la inquietud del sudor a las doce en punto de la noche,
que no sabe
de los bosques que aúllan a miles de kilómetros,
a carbón hemos reducido esta corriente de sangre
que avanza a impulsos de saliva y de miembro herido,
esta corriente de afilado extremo.
Y es allí, en su abrupto corte,
donde, blanco y en cruz,
duermes un tiempo imposible
de orillas, lechos y finales.
Tu ropa de niño ondea en el amanecer
como la bandera de un glorioso contratiempo.
Yo, a quien sólo ella guía,
soy un trozo de madera a la deriva
de la que pende una flor incomprensible.
ANA PÉREZ CAÑAMARES -A LOS 20 AÑOS
Una línea. Los dos sabemos
que todo cuerpo, mar o distancia
se reduce a una línea oscura y exacta
como el espacio desconocido bajo la carne.
A carbón que no sabe
de la inquietud del sudor a las doce en punto de la noche,
que no sabe
de los bosques que aúllan a miles de kilómetros,
a carbón hemos reducido esta corriente de sangre
que avanza a impulsos de saliva y de miembro herido,
esta corriente de afilado extremo.
Y es allí, en su abrupto corte,
donde, blanco y en cruz,
duermes un tiempo imposible
de orillas, lechos y finales.
Tu ropa de niño ondea en el amanecer
como la bandera de un glorioso contratiempo.
Yo, a quien sólo ella guía,
soy un trozo de madera a la deriva
de la que pende una flor incomprensible.
ANA PÉREZ CAÑAMARES -A LOS 20 AÑOS
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poemas míos,
poemas que escribí con veinte años
miércoles, septiembre 21, 2011
Teoría estética, un poema de J. Jorge Sánchez
TEORÍA ESTÉTICA
Theodor W. Adorno
En el otoño que ya habla en las nubes
suelo recordar las palabras de un querido poeta:
el otoño "es el lenguaje del yo hacia su pérdida".
Es entonces cuando más necesito
el aliento de una vida mejor
para no dejarme arrastrar hacia mi desaparición.
Por eso acostumbro a comprar plantas
muchas de las cuales no sobrevivirán al invierno
y al mirarlas de soslayo o regarlas rápidamente
recordar que tengo palabras
y que "vida" y "mejor" se encuentran entre ellas.
J. JORGE SÁNCHEZ
Filosofía de la minucia, Bartleby Editores, 2008.
Theodor W. Adorno
En el otoño que ya habla en las nubes
suelo recordar las palabras de un querido poeta:
el otoño "es el lenguaje del yo hacia su pérdida".
Es entonces cuando más necesito
el aliento de una vida mejor
para no dejarme arrastrar hacia mi desaparición.
Por eso acostumbro a comprar plantas
muchas de las cuales no sobrevivirán al invierno
y al mirarlas de soslayo o regarlas rápidamente
recordar que tengo palabras
y que "vida" y "mejor" se encuentran entre ellas.
J. JORGE SÁNCHEZ
Filosofía de la minucia, Bartleby Editores, 2008.
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poemas de otros
martes, septiembre 20, 2011
La palabra, un poema de María Elvira Lacaci
La palabra
Yo te quiero sencilla. Acaso pobre.
A veces,
vas a brotarme de organdí vestida (sin querer
me florece el lenguaje de otros seres).
Con amor te desnudo.
Quedas como mi carne.
Como mi corazón y sus latidos.
A menudo,
igual que los pequeños
ante una tienda de juguetería,
pego la cara
a las brillantes lunas
donde se venden las palabras bellas.
Las admiro.
A otros les sientan bien. Si me las colocara…
Las aparto al momento
porque a mí no me sientan.
Y de nuevo voy cogiendo brazados de palabras
entre la hierba fresca
y bajo el cielo.
MARÍA ELVIRA LACACI
Yo te quiero sencilla. Acaso pobre.
A veces,
vas a brotarme de organdí vestida (sin querer
me florece el lenguaje de otros seres).
Con amor te desnudo.
Quedas como mi carne.
Como mi corazón y sus latidos.
A menudo,
igual que los pequeños
ante una tienda de juguetería,
pego la cara
a las brillantes lunas
donde se venden las palabras bellas.
Las admiro.
A otros les sientan bien. Si me las colocara…
Las aparto al momento
porque a mí no me sientan.
Y de nuevo voy cogiendo brazados de palabras
entre la hierba fresca
y bajo el cielo.
MARÍA ELVIRA LACACI
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poemas de otros
lunes, septiembre 19, 2011
CH. & J., un poema de José Daniel Espejo
CH. & y J.
Se fue mi compañera y me quedé
mirándome la punta del zapato.
Ha pasado un año desde entonces. Antes
luchamos contra el cáncer y también entre nosotros
hasta que una oncóloga llegó con la noticia:
habíamos perdido y solo nos quedaban
de tres a siete meses para despedirnos.
Nos fuimos a la playa y estuvimos hablando
de qué íbamos a hacer con nuestros niños.
Metimos los pies en el agua, y estaba tan helada.
Me dijiste que intentarías entrar en nuestros sueños.
Que sean húmedos, contesté, y nos reímos.
Es curioso cómo me olvidé las cosas malas
y cómo resplandeces en cambio en mi memoria
de las épocas felices, en Bosnia o en Madchester,
o con Miguel en los brazos, paseando.
Un año entero ha pasado y la punta del zapato
se ha gastado de mirarla. Estás más
guapa que nunca, eres ahora
más feliz de lo que fuiste, y te sigues riendo
corriendo por la calle, en abril de dos mil tres,
diciendo mírame, bajo la lluvia.
JOSÉ DANIEL ESPEJO (tomado de su facebook. Gracias.)
Se fue mi compañera y me quedé
mirándome la punta del zapato.
Ha pasado un año desde entonces. Antes
luchamos contra el cáncer y también entre nosotros
hasta que una oncóloga llegó con la noticia:
habíamos perdido y solo nos quedaban
de tres a siete meses para despedirnos.
Nos fuimos a la playa y estuvimos hablando
de qué íbamos a hacer con nuestros niños.
Metimos los pies en el agua, y estaba tan helada.
Me dijiste que intentarías entrar en nuestros sueños.
Que sean húmedos, contesté, y nos reímos.
Es curioso cómo me olvidé las cosas malas
y cómo resplandeces en cambio en mi memoria
de las épocas felices, en Bosnia o en Madchester,
o con Miguel en los brazos, paseando.
Un año entero ha pasado y la punta del zapato
se ha gastado de mirarla. Estás más
guapa que nunca, eres ahora
más feliz de lo que fuiste, y te sigues riendo
corriendo por la calle, en abril de dos mil tres,
diciendo mírame, bajo la lluvia.
JOSÉ DANIEL ESPEJO (tomado de su facebook. Gracias.)
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poemas de otros
viernes, septiembre 16, 2011
Debilidad de los músculos, un poema de Sonia Fides
DEBILIDAD DE LOS MÚSCULOS
Los muertos
aunque nos cueste imaginarlo
se acuerdan de nosotros a diario.
Siguen nuestros pasos,
esperan con los brazos cruzados
a que cumplamos las promesas
y a pesar de que nunca llegamos a hacerlo
siguen caminando a nuestro lado.
Saben que tras la muerte
los músculos se debilitan.
No quieren que caigamos,
bastante hemos tenido ya con el ridículo
que siempre supone llorar en público.
Los muertos nos sujetan
como sujeta un pisapapeles
la ingravidez de un papel
frente a una inesperada ráfaga de viento,
de hecho si estoy aún de pie
es gracias a ellos.
SONIA FIDES, de su blog Mademoiselle joue avec son revolver
Los muertos
aunque nos cueste imaginarlo
se acuerdan de nosotros a diario.
Siguen nuestros pasos,
esperan con los brazos cruzados
a que cumplamos las promesas
y a pesar de que nunca llegamos a hacerlo
siguen caminando a nuestro lado.
Saben que tras la muerte
los músculos se debilitan.
No quieren que caigamos,
bastante hemos tenido ya con el ridículo
que siempre supone llorar en público.
Los muertos nos sujetan
como sujeta un pisapapeles
la ingravidez de un papel
frente a una inesperada ráfaga de viento,
de hecho si estoy aún de pie
es gracias a ellos.
SONIA FIDES, de su blog Mademoiselle joue avec son revolver
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poemas de otros
jueves, septiembre 15, 2011
Presentación de Corazones de manzana, poemario de Alicia Es. Martínez Juan
¿Qué? PRESENTACIÓN DEL POEMARIO CORAZONES DE MANZANA, de Alicia Es. Martínez Juan, editado por Cocó
¿Cuándo? El sábado 17 de septiembre (ESTA SEMANA) a las 20:00 h.
¿Dónde? Librería La Marabunta de Madrid: http://lamarabunta.info/. C/ Torrecilla del Leal, 32. Lavapies, Madrid Tlf.: 915305555 libreria@lamarabunta.info
¿Cómo? Recitando, debatiendo, discutiendo, dialogando,...
¿Quién? Alicia Es. Martínez Juan y Ángel Petisme
SOBRE CORAZONES DE MANZANA:
Corazones de manzana, editado por el sello valenciano Cocó, es el primer poemario de Alicia Es. Martínez Juan y estará en breve en todas las librerías. Alicia Martínez es Licenciada en Ciencias de la Información - ha trabajado 20 años en distintos medios de comunicación-, actriz, poeta y tabernera: los últimos años los ha dedicado a gestionar con su compañero, Isaac Alonso, el Bar El Dorado-MAE, ahora Asociación Literaria, que se ha convertido en referencia poética en toda España. El último proyecto en el que se ha embarcado, siempre buscando la reconexión poesía-pueblo, ha sido la organización del Festival de Poesía de Valencia Vociferio. Su naturaleza poética la empuja hacia la oralidad y la dramatización lírica.
Aunque ha publicado en numerosas revistas, en papel y digitales, y mantiene el blog poesiabajolamesa.blogspot.com, éste es su primer libro. Un trabajo que ha acabado siendo algo más complejo que un poemario puesto que se crece con una colaboración o coautoría con la diseñadora Fransini, afincada ahora en París, de manera que la propuesta artística de la pintora ha venido a dialogar con los poemas convirtiendo el libro en mucho más que un poemario de una autora: es un constructo sobre la sociedad actual que no puede dejar indiferente. De él ha dicho el poeta Enrique Falcón en el prólogo de este poemario, que antes de llamarse Corazones de Manzana fue La Conjur(g)ación de los con-versos:
"Acta levantada para dar noticia de dicha conjura, Corazones de manzana ha querido saber mirar lo que no mira nadie. Las condiciones de la conciencia en los cuerpos y en el espíritu expropiado de las clases trabajadoras. El atropello persistente sobre todo lo femenino. El olor de una ciudad que se quiere inodora y deslumbrante. Los muertos de Julio y su silenciamiento de doble muerte. El arrodillamiento íntimo de la conciencia del periodista. El acallamiento de quienes han sido arrojados a las cunetas de la historia. La canalla elaboración de lo que el poeta Antonio Orihuela (escritura la de Antonio tan cercana a ésta de Alicia Martínez) llamaría “la falsa palabra”. Los regímenes invisibles de la reclusión. Las maneras con que un hombre, paulatinamente, se convierte en un impostor...
Contra el nihilismo de nuestro tiempo se levantan estos poemas. Lo hacen con veracidad y sólo por esto ya se merecen nuestro estremecimiento. Desde las profundidades de un sistema caníbal, desde las gargantas de este modelo de desarrollo contra el ser humano..."
Algunos poemas del libro:
Soy la que mancilla las palabras
La que escucha el viento,
el tráfico, las sirenas y los llantos
mientras tú hablas
desnuda tu sangre
a jirones el asfalto
Soy aquella que imprime versos en versalita
que cierra los ojos
transcribe mentira y gorda
Mira hacia atrás/ cuello roto
Ahora, en las ruinas de tu calle, compongo un edificio enfermo
y grito, como diría el poeta: I’m a fucking journalist.
I
Un beso, corazón,
y todo habrá valido la pena.
No hacer nada
para estar contigo.
Ése es mi precio.
II
Vi llegar la bomba,
silbaba el aire.
En el preciso instante
antes del impacto
desaparecí por el espejo.
III
¡A las barricadas¡
¡A las barricadas¡
Me eché a dormir
y el fuego no me alcanzó.
No desperté.
RÉQUIEM por los trabajadores
Huestes de ángeles imperiofollados
recogen a los trabajadores del mundo
se arrojan tierra a los ojos
Hoy se firma el Acta de Defunción del siglo XX
No voy a hablar. Lo prometo
No gritaré
No levantaré banderas
ni haré sonar trompetas de guerra
No volveré a llamarles camarada
ni siquiera compañera
¿Qué acaso compartimos el pan?
Ya no hay nada que decir
Puta me entrego.
Mis manos. Mis hombros.
Mis piernas.
Mi cabeza. Mi sexo
Yo ya no soy yo.
Soy tu mano de obra...
Hazme lo que quieras
Blog del Libro: corazonesdemanzana.blogspot.com
¿Cuándo? El sábado 17 de septiembre (ESTA SEMANA) a las 20:00 h.
¿Dónde? Librería La Marabunta de Madrid: http://lamarabunta.info/. C/ Torrecilla del Leal, 32. Lavapies, Madrid Tlf.: 915305555 libreria@lamarabunta.info
¿Cómo? Recitando, debatiendo, discutiendo, dialogando,...
¿Quién? Alicia Es. Martínez Juan y Ángel Petisme
SOBRE CORAZONES DE MANZANA:
Corazones de manzana, editado por el sello valenciano Cocó, es el primer poemario de Alicia Es. Martínez Juan y estará en breve en todas las librerías. Alicia Martínez es Licenciada en Ciencias de la Información - ha trabajado 20 años en distintos medios de comunicación-, actriz, poeta y tabernera: los últimos años los ha dedicado a gestionar con su compañero, Isaac Alonso, el Bar El Dorado-MAE, ahora Asociación Literaria, que se ha convertido en referencia poética en toda España. El último proyecto en el que se ha embarcado, siempre buscando la reconexión poesía-pueblo, ha sido la organización del Festival de Poesía de Valencia Vociferio. Su naturaleza poética la empuja hacia la oralidad y la dramatización lírica.
Aunque ha publicado en numerosas revistas, en papel y digitales, y mantiene el blog poesiabajolamesa.blogspot.com, éste es su primer libro. Un trabajo que ha acabado siendo algo más complejo que un poemario puesto que se crece con una colaboración o coautoría con la diseñadora Fransini, afincada ahora en París, de manera que la propuesta artística de la pintora ha venido a dialogar con los poemas convirtiendo el libro en mucho más que un poemario de una autora: es un constructo sobre la sociedad actual que no puede dejar indiferente. De él ha dicho el poeta Enrique Falcón en el prólogo de este poemario, que antes de llamarse Corazones de Manzana fue La Conjur(g)ación de los con-versos:
"Acta levantada para dar noticia de dicha conjura, Corazones de manzana ha querido saber mirar lo que no mira nadie. Las condiciones de la conciencia en los cuerpos y en el espíritu expropiado de las clases trabajadoras. El atropello persistente sobre todo lo femenino. El olor de una ciudad que se quiere inodora y deslumbrante. Los muertos de Julio y su silenciamiento de doble muerte. El arrodillamiento íntimo de la conciencia del periodista. El acallamiento de quienes han sido arrojados a las cunetas de la historia. La canalla elaboración de lo que el poeta Antonio Orihuela (escritura la de Antonio tan cercana a ésta de Alicia Martínez) llamaría “la falsa palabra”. Los regímenes invisibles de la reclusión. Las maneras con que un hombre, paulatinamente, se convierte en un impostor...
Contra el nihilismo de nuestro tiempo se levantan estos poemas. Lo hacen con veracidad y sólo por esto ya se merecen nuestro estremecimiento. Desde las profundidades de un sistema caníbal, desde las gargantas de este modelo de desarrollo contra el ser humano..."
Algunos poemas del libro:
Soy la que mancilla las palabras
La que escucha el viento,
el tráfico, las sirenas y los llantos
mientras tú hablas
desnuda tu sangre
a jirones el asfalto
Soy aquella que imprime versos en versalita
que cierra los ojos
transcribe mentira y gorda
Mira hacia atrás/ cuello roto
Ahora, en las ruinas de tu calle, compongo un edificio enfermo
y grito, como diría el poeta: I’m a fucking journalist.
I
Un beso, corazón,
y todo habrá valido la pena.
No hacer nada
para estar contigo.
Ése es mi precio.
II
Vi llegar la bomba,
silbaba el aire.
En el preciso instante
antes del impacto
desaparecí por el espejo.
III
¡A las barricadas¡
¡A las barricadas¡
Me eché a dormir
y el fuego no me alcanzó.
No desperté.
RÉQUIEM por los trabajadores
Huestes de ángeles imperiofollados
recogen a los trabajadores del mundo
se arrojan tierra a los ojos
Hoy se firma el Acta de Defunción del siglo XX
No voy a hablar. Lo prometo
No gritaré
No levantaré banderas
ni haré sonar trompetas de guerra
No volveré a llamarles camarada
ni siquiera compañera
¿Qué acaso compartimos el pan?
Ya no hay nada que decir
Puta me entrego.
Mis manos. Mis hombros.
Mis piernas.
Mi cabeza. Mi sexo
Yo ya no soy yo.
Soy tu mano de obra...
Hazme lo que quieras
Blog del Libro: corazonesdemanzana.blogspot.com
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presentaciones
Tarea, un poema de Humberto Constantini
Tarea
Han de saber
que cuando en la oficina no hay trabajo,
yo trabajo,
trabajo como un negro,
sudo tinta,
ando detrás de pájaros azules,
me meto en grandes líos con los sueños,
me desangro en palabras,
salgo a cazar ballenas y crepúsculos,
domestico elefantes
(hay que ver qué furor el de la selva)
le explico al faraón cosas del tiempo,
hago el amor a veces,
lucho con los zulúes cuerpo a cuerpo,
tengo que abrirme paso en un perfume,
volver para las doce,
morirme,
andar recuerdos.
Tengo que hablar con Dios,
volverme loco,
lanzar varias proclamas de justicia,
escapar de la hoguera,
vestirme de jamás para un entierro.
No descanso ni un minuto,
me doy ung ran trajín con las cigarras,
me cito con Lenin y arreglo el mundo,
llamo a larga distancia,
digo anote en mi agenda: Nazareno,
trato cosas del aire con gaviotas,
compro verdes, azules, amarillos
y los despacho por expreso al cielo.
Hago arreglo con nubes,
firmo tardes de otoño con llovizna,
corro a cambiar estrellas que andan flojas,
promuevo madreselvas,
dicto inviernos...
cuando el jefe me mira y dice ejem,
ya que usted no hace nada y tiene tiempo...
HUMBERTO CONSTANTINI (tomado de Blog de usos múltiples -B.U.M. Gracias)
Han de saber
que cuando en la oficina no hay trabajo,
yo trabajo,
trabajo como un negro,
sudo tinta,
ando detrás de pájaros azules,
me meto en grandes líos con los sueños,
me desangro en palabras,
salgo a cazar ballenas y crepúsculos,
domestico elefantes
(hay que ver qué furor el de la selva)
le explico al faraón cosas del tiempo,
hago el amor a veces,
lucho con los zulúes cuerpo a cuerpo,
tengo que abrirme paso en un perfume,
volver para las doce,
morirme,
andar recuerdos.
Tengo que hablar con Dios,
volverme loco,
lanzar varias proclamas de justicia,
escapar de la hoguera,
vestirme de jamás para un entierro.
No descanso ni un minuto,
me doy ung ran trajín con las cigarras,
me cito con Lenin y arreglo el mundo,
llamo a larga distancia,
digo anote en mi agenda: Nazareno,
trato cosas del aire con gaviotas,
compro verdes, azules, amarillos
y los despacho por expreso al cielo.
Hago arreglo con nubes,
firmo tardes de otoño con llovizna,
corro a cambiar estrellas que andan flojas,
promuevo madreselvas,
dicto inviernos...
cuando el jefe me mira y dice ejem,
ya que usted no hace nada y tiene tiempo...
HUMBERTO CONSTANTINI (tomado de Blog de usos múltiples -B.U.M. Gracias)
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poemas de otros
miércoles, septiembre 14, 2011
Delante de la tienda, un poema de Ewa Lipska
DELANTE DE LA TIENDA
Les rogamos que dejen la muerte delante de la tienda.
Atada a su correa. Mejor con el bozal puesto.
Seguro que está vacunada contra la rabia.
Disculpen las molestias.
Ha llegado una nueva remesa de vida.
Los clientes se agolpan.
Y ella ladra de vez en cuando.
Te tira de la manga.
O se enamora de ti
mortalmente.
EWA LIPSKA. Trad. del polaco: Abel Murcia.
Les rogamos que dejen la muerte delante de la tienda.
Atada a su correa. Mejor con el bozal puesto.
Seguro que está vacunada contra la rabia.
Disculpen las molestias.
Ha llegado una nueva remesa de vida.
Los clientes se agolpan.
Y ella ladra de vez en cuando.
Te tira de la manga.
O se enamora de ti
mortalmente.
EWA LIPSKA. Trad. del polaco: Abel Murcia.
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martes, septiembre 13, 2011
Otro entierro más, un poema de tomasz Jastrun
OTRO ENTIERRO MÁS
Tenía cinco años
Cuando en el patio
Enterramos un gorrión
Recuerdo sus desencajadas
alas
Y el abalorio del ojo
Ahora enterramos a un amigo
Le recogemos las alas
Y miramos
Cómo la tierra
Se abre y se cierra
Como nuestras bocas
De miedo
Escondemos la cabeza
En la arena de las palabras
Tomasz Jastrun, de su poemario Como si nada. Poema traducido por Abel Murcia, y cogido de su blog Al trasluz. Gracias.
Tenía cinco años
Cuando en el patio
Enterramos un gorrión
Recuerdo sus desencajadas
alas
Y el abalorio del ojo
Ahora enterramos a un amigo
Le recogemos las alas
Y miramos
Cómo la tierra
Se abre y se cierra
Como nuestras bocas
De miedo
Escondemos la cabeza
En la arena de las palabras
Tomasz Jastrun, de su poemario Como si nada. Poema traducido por Abel Murcia, y cogido de su blog Al trasluz. Gracias.
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lunes, septiembre 12, 2011
Considerando en frío, imparcialmente, un poema de César Vallejo
Considerando en frío, imparcialmente...
Considerando en frío, imparcialmente,
que el hombre es triste, tose y, sin embargo,
se complace en su pecho colorado;
que lo único que hace es componerse
de días;
que es lóbrego mamífero y se peina...
Considerando
que el hombre procede suavemente del trabajo
y repercute jefe, suena subordinado;
que el diagrama del tiempo
es constante diorama en sus medallas
y, a medio abrir, sus ojos estudiaron,
desde lejanos tiempos,
su fórmula famélica de masa...
Comprendiendo sin esfuerzo
que el hombre se queda, a veces, pensando,
como queriendo llorar,
y, sujeto a tenderse como objeto,
se hace buen carpintero, suda, mata
y luego canta, almuerza, se abotona...
Considerando también
que el hombre es en verdad un animal
y, no obstante, al voltear, me da con su tristeza en la cabeza...
Examinando, en fin,
sus encontradas piezas, su retrete,
su desesperación, al terminar su día atroz, borrándolo...
Comprendiendo
que él sabe que le quiero,
que le odio con afecto y me es, en suma, indiferente...
Considerando sus documentos generales
y mirando con lentes aquel certificado
que prueba que nació muy pequeñito...
le hago una seña,
viene,
y le doy un abrazo, emocionado.
¡Qué mas da! Emocionado... Emocionado...
CÉSAR VALLEJO
(Gracias de nuevo a Sebas Fiorilli, que me envió este poema por correo)
Considerando en frío, imparcialmente,
que el hombre es triste, tose y, sin embargo,
se complace en su pecho colorado;
que lo único que hace es componerse
de días;
que es lóbrego mamífero y se peina...
Considerando
que el hombre procede suavemente del trabajo
y repercute jefe, suena subordinado;
que el diagrama del tiempo
es constante diorama en sus medallas
y, a medio abrir, sus ojos estudiaron,
desde lejanos tiempos,
su fórmula famélica de masa...
Comprendiendo sin esfuerzo
que el hombre se queda, a veces, pensando,
como queriendo llorar,
y, sujeto a tenderse como objeto,
se hace buen carpintero, suda, mata
y luego canta, almuerza, se abotona...
Considerando también
que el hombre es en verdad un animal
y, no obstante, al voltear, me da con su tristeza en la cabeza...
Examinando, en fin,
sus encontradas piezas, su retrete,
su desesperación, al terminar su día atroz, borrándolo...
Comprendiendo
que él sabe que le quiero,
que le odio con afecto y me es, en suma, indiferente...
Considerando sus documentos generales
y mirando con lentes aquel certificado
que prueba que nació muy pequeñito...
le hago una seña,
viene,
y le doy un abrazo, emocionado.
¡Qué mas da! Emocionado... Emocionado...
CÉSAR VALLEJO
(Gracias de nuevo a Sebas Fiorilli, que me envió este poema por correo)
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viernes, septiembre 09, 2011
Nuestros cuarenta años, un poema de Nazim Hikmet
NUESTROS CUARENTA AÑOS
Todos hemos nacido hace cuarenta años,
una mañana hace cuarenta años,
hace cuarenta años, al despuntar el día, en el lago Iznik de Bedreddin,
en uno de los pinares de Köroglu,
cuando el bolchevique Osman, que volvía de un campo en Siberia,
tendió a los franceses una emboscada en el camino de Urfa.
Todos tenemos cuarenta años,
el que tiene veinte
y el que ya pasa de los sesenta
hemos muerto arrojados por una ventana de la Jefatura en Estambul.
En estos cuarenta años nuestros
no somos ni un bosque
ni álamos solitarios al borde de la carretera
sino sembrados campos.
Esta mañana todos hemos cumplido cuarenta años,
los que estamos en la cárcel,
los que estamos en nuestros puestos de trabajo, los emigrantes.
Todos cumplimos cuarenta años esta mañana.
!Por muchos años, camaradas!
NAZIM HIKMET, Últimos poemas I. 1959-1960-1961. Ediciones del Oriente y del Mediterráneo. Sevilla, 2009.
Todos hemos nacido hace cuarenta años,
una mañana hace cuarenta años,
hace cuarenta años, al despuntar el día, en el lago Iznik de Bedreddin,
en uno de los pinares de Köroglu,
cuando el bolchevique Osman, que volvía de un campo en Siberia,
tendió a los franceses una emboscada en el camino de Urfa.
Todos tenemos cuarenta años,
el que tiene veinte
y el que ya pasa de los sesenta
hemos muerto arrojados por una ventana de la Jefatura en Estambul.
En estos cuarenta años nuestros
no somos ni un bosque
ni álamos solitarios al borde de la carretera
sino sembrados campos.
Esta mañana todos hemos cumplido cuarenta años,
los que estamos en la cárcel,
los que estamos en nuestros puestos de trabajo, los emigrantes.
Todos cumplimos cuarenta años esta mañana.
!Por muchos años, camaradas!
NAZIM HIKMET, Últimos poemas I. 1959-1960-1961. Ediciones del Oriente y del Mediterráneo. Sevilla, 2009.
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jueves, septiembre 08, 2011
Matria, un poema de Aldo Luis Novelli
MATRIA
la conocía una lejana mañana
que flameaban banderas.
hablamos en bares y bodegones
durante un tiempo rojo.
una noche en una calle oscura
le acaricié los senos.
nos amamos una tarde
cerca del basural
mientras sus hijos buscaban comida.
sigo enamorado de sus despojos.
ALDO LUIS NOVELLI, Mínimo mundo (Fragmento). Escribiendo en la Patagonia, 2007.
la conocía una lejana mañana
que flameaban banderas.
hablamos en bares y bodegones
durante un tiempo rojo.
una noche en una calle oscura
le acaricié los senos.
nos amamos una tarde
cerca del basural
mientras sus hijos buscaban comida.
sigo enamorado de sus despojos.
ALDO LUIS NOVELLI, Mínimo mundo (Fragmento). Escribiendo en la Patagonia, 2007.
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miércoles, septiembre 07, 2011
Tenía 20 años, me miraba el ombligo y escribía un poema, sin pensar que podía haber nadie al otro lado (XL)
40.
Las cuencas de tus ojos
rizos de arroyos secos
moradas tibias latientes
vacíos de infalible trayectoria.
Dos siglos más largos que doscientos años
dos siglos más cortos que el instante más pequeño
adormecido entre las piernas.
Dos siglos, dolor exacto,
habité las cuencas de tus ojos.
Desde allí la ignorancia es un susurro
la agonía de las curvas vueltas de espaldas al cielo.
La visión tras mi nuca, un secreto áspero
que empuja en silencio.
Ya es dueño de la loca tibieza,
del sueño del calmante,
a salvo el instinto, la especie, la raza.
La vista al frente adivina un leve suspiro
luchando por remover las cintas de colores
que el vals muerto miente.
Pero es inútil
la timidez de los senos sabe que es inútil,
lo sabe el miedo cavernoso de mi vientre,
lo sabe el deseo acorralado.
Es inútil:
desde tus ojos sólo se ve el sueño de la piedra
en la pelada ladera.
ANA PÉREZ CAÑAMARES -A LOS 20 AÑOS
Las cuencas de tus ojos
rizos de arroyos secos
moradas tibias latientes
vacíos de infalible trayectoria.
Dos siglos más largos que doscientos años
dos siglos más cortos que el instante más pequeño
adormecido entre las piernas.
Dos siglos, dolor exacto,
habité las cuencas de tus ojos.
Desde allí la ignorancia es un susurro
la agonía de las curvas vueltas de espaldas al cielo.
La visión tras mi nuca, un secreto áspero
que empuja en silencio.
Ya es dueño de la loca tibieza,
del sueño del calmante,
a salvo el instinto, la especie, la raza.
La vista al frente adivina un leve suspiro
luchando por remover las cintas de colores
que el vals muerto miente.
Pero es inútil
la timidez de los senos sabe que es inútil,
lo sabe el miedo cavernoso de mi vientre,
lo sabe el deseo acorralado.
Es inútil:
desde tus ojos sólo se ve el sueño de la piedra
en la pelada ladera.
ANA PÉREZ CAÑAMARES -A LOS 20 AÑOS
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martes, septiembre 06, 2011
Che, un poema de Humberto Constantini
CHE
- A lo mejor está debajo de la alfombra.
- A lo mejor nos mira de adentro del ropero.
- A lo mejor ese color habano es una seña.
- A lo mejor ese pez colorado es guerrillero.
- Yo juro haberlo visto de gato en las azoteas.
- Y yo corriendo por los hilos del teléfono.
- Señor, ¿Ha revisado bien adentro de su cama?
- Oh John ¿Qué es esa barba que asoma en tu chaleco?
- Debiéramos filtrar todas las aguas de los ríos.
- Lavar todas las caras de los negros.
- Picar la cordillera de loe Andes.
- Poner a South América en un termo.
- Dicen que en Venezuela montaba una guitarra.
- Que en Buenos Aires entraba en bandoneones y discépolos.
- Que en Uruguay punteaba una milonga con el Diablo.
- Y en el Brasil vestido de caboclo bajaba a los terreiros.
- Pero si ayer nomás saltó en Santo Domingo.
- Si en Colombia era cumbia de los filibusteros.
- Si lo vi esta mañana con su risa terrible
Soltándole los duendes al espejo.
- A mí casi me mata la otra noche,
se subió con un millón de sátiros al sueño.
- Ese lío en Bolivia es cosa suya.
- Y esos ladridos en la noche no son perros.
- Y esa sombra que pasa, ¿Por qué pasa?
- Y no me gustan nada esos berridos junto al pecho.
- A lo mejor está en la pampa y es graznido.
- A lo mejor está en la calle y es el viento.
- A lo mejor es una fiebre que no cura,
- A lo mejor es rebelión y está viniendo.
HUMBERTO CONSTANTINI
(Gracias a Sebastián Fiorilli por leer este poema en el homenaje a las Brigadas Internacionales el día 17 de mayo)
- A lo mejor está debajo de la alfombra.
- A lo mejor nos mira de adentro del ropero.
- A lo mejor ese color habano es una seña.
- A lo mejor ese pez colorado es guerrillero.
- Yo juro haberlo visto de gato en las azoteas.
- Y yo corriendo por los hilos del teléfono.
- Señor, ¿Ha revisado bien adentro de su cama?
- Oh John ¿Qué es esa barba que asoma en tu chaleco?
- Debiéramos filtrar todas las aguas de los ríos.
- Lavar todas las caras de los negros.
- Picar la cordillera de loe Andes.
- Poner a South América en un termo.
- Dicen que en Venezuela montaba una guitarra.
- Que en Buenos Aires entraba en bandoneones y discépolos.
- Que en Uruguay punteaba una milonga con el Diablo.
- Y en el Brasil vestido de caboclo bajaba a los terreiros.
- Pero si ayer nomás saltó en Santo Domingo.
- Si en Colombia era cumbia de los filibusteros.
- Si lo vi esta mañana con su risa terrible
Soltándole los duendes al espejo.
- A mí casi me mata la otra noche,
se subió con un millón de sátiros al sueño.
- Ese lío en Bolivia es cosa suya.
- Y esos ladridos en la noche no son perros.
- Y esa sombra que pasa, ¿Por qué pasa?
- Y no me gustan nada esos berridos junto al pecho.
- A lo mejor está en la pampa y es graznido.
- A lo mejor está en la calle y es el viento.
- A lo mejor es una fiebre que no cura,
- A lo mejor es rebelión y está viniendo.
HUMBERTO CONSTANTINI
(Gracias a Sebastián Fiorilli por leer este poema en el homenaje a las Brigadas Internacionales el día 17 de mayo)
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lunes, septiembre 05, 2011
Un poema de Mayte Sánchez Sampere
Patrias mullidas, seguras jaulas
con su bebedero siempre lleno,
su poquito de alpiste
y su columpio,
patrias donde esconder tanta miseria,
carcasas huecas
de pollos sin ojos y sin patas
que duermen si no hay luz
y si hay
velan
producen
crecen
engordan
follan
matan
se devoran los unos a los otros
entre cuatro paredes
en recintos privados,
patrias tan exclusivas
como letrinas
patrias podridas sin sueños
sin principios
patrias llenas de loros desplumados
en que gobierna el que pía más fuerte
y los demás
se hacen su propia jaula.
MAYTE SÁNCHEZ SAMPERE.
VV.AA., PoeTrastos (por favor, tratar con cariño), LVR Ediciones, Madrid, 2011.
con su bebedero siempre lleno,
su poquito de alpiste
y su columpio,
patrias donde esconder tanta miseria,
carcasas huecas
de pollos sin ojos y sin patas
que duermen si no hay luz
y si hay
velan
producen
crecen
engordan
follan
matan
se devoran los unos a los otros
entre cuatro paredes
en recintos privados,
patrias tan exclusivas
como letrinas
patrias podridas sin sueños
sin principios
patrias llenas de loros desplumados
en que gobierna el que pía más fuerte
y los demás
se hacen su propia jaula.
MAYTE SÁNCHEZ SAMPERE.
VV.AA., PoeTrastos (por favor, tratar con cariño), LVR Ediciones, Madrid, 2011.
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viernes, septiembre 02, 2011
Cuarteta, un poema de Nazim Hikmet
CUARTETA
Como semillas he dispersado a mis muertos por toda la tierra,
unos descansan en Odesa, otros, en Estambul, otros, en Praga.
El país que prefiero es la tierra.
Cuando me llegue la hora, cubridme con ella.
Como semillas he dispersado a mis muertos por toda la tierra,
unos descansan en Odesa, otros, en Estambul, otros, en Praga.
El país que prefiero es la tierra.
Cuando me llegue la hora, cubridme con ella.
16 de agosto de 1959
NAZIM HIKMET, Últimos poemas I. 1959-1960-1961. Ediciones del Oriente y del Mediterráneo. Sevilla, 2009.
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jueves, septiembre 01, 2011
Un poema de Cristina Morano
(Y hablando de flexibilidad, me desdigo. Cuelgo este poema de Cristina Morano, porque me he acordado de él cuando he pisado la calle esta mañana, pasadas las siete. Para que luego digan que la poesía no es útil. Entre otras muchas cosas, acompaña, que no es poco.)
Nadie es bueno ni bello a las seis de la mañana.
Deberían venir a ver
lo que hay aquí.
Deberían madrugar un día de niebla,
venir a esperar el primer tren, autobús, metro
que les llevara a trabajar a una nave metálica,
crujiente.
Deberían encender los tubos de neón,
y sentarse frente a la pared
para escribir miles de cosas sin interés
en una máquina.
Deberían ver a los ancianos sin dentadura postiza,
sin lavarse desde hace meses,
a los analfabetos manchados de tinta,
a los que comemos un bocadillo
en el solar delante de la fábrica,
sin servilletas, ni agua.
No somos agradables,
pero deberían vernos.
Seguro que escribirían grandes frases,
no hierros como éste.
Cristina Morano
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Bievenidxs! Y nuevo blog!
Hola, ¿hay alguien ahí? ¿O está todo el mundo en las calles?
Empieza el año (como para muchos, el mío empieza en septiembre) con ganas de estar atenta, de abrir los ojos, de dejarse acompañar, de evitar los automatismos, de reaccionar a tiempo, de valorar lo que importa y recordar que las listas de cosas importantes no son inamovibles, sino estructuras vivas y cambiantes.
Mañana, un poema, y hoy, la bienvenida y, para aquellos que no lo conozcan, la presentación de un nuevo blog: Mi 15M. Aquí, sus motivos.
Un abrazo fuerte, nos vemos en las redes y en las plazas.
Empieza el año (como para muchos, el mío empieza en septiembre) con ganas de estar atenta, de abrir los ojos, de dejarse acompañar, de evitar los automatismos, de reaccionar a tiempo, de valorar lo que importa y recordar que las listas de cosas importantes no son inamovibles, sino estructuras vivas y cambiantes.
Mañana, un poema, y hoy, la bienvenida y, para aquellos que no lo conozcan, la presentación de un nuevo blog: Mi 15M. Aquí, sus motivos.
Un abrazo fuerte, nos vemos en las redes y en las plazas.
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