37º 10´ 49" N
Descubrir el arroyo entre las piedras
desde las sobras del bosque.
Desatar la recova de mis pensamientos.
Desherrar a los pobres.
Guardar poesía en mis bolsillos rotos.
Empezar por el erial el camino descalzo.
Bañarme en el marjal al atardecer.
Amar cada rama de tréboles rastreros,
cada campo de girasoles muertos,
cada media luna de tabaco en siembra.
Escuchar el dictado de toda la razón
que poseen los estigmas secos,
cada huella agrestre, cada cubil lleno
de bichos nocturnos que duermen
entre los cencerros rotos.
Ascender al cabezo que regamos antier
a atorar abadías de telarañas negras,
a cagar sinceros de una vez,
a entonar la balada del balar
de las cabras ateridas y los carneros ciegos,
como una nana,
una verdad sí importante al fin.
Atravesar de la mano del crespúsculo
el miedo.
Tirarme al monte por delante
y por detrás.
Observar con el alma de un minero
los barrancos de la vida.
LLUÍS PONS MORA
1 comentario:
Qué punto más preciso para semejante horizonte.
Mundos están todos en apenas un bostezo, sin duda.
Saludos.
Felipe.
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