Hay entradas que una quisiera no tener que escribir, homenajes que una quisiera haber hecho en forma de abrazo cuando aún había ocasión. Porque me consta que la madre de mi amigo José Ángel Barrueco merece ese homenaje y hubiera apreciado ese abrazo.
Ahora no puedo transmitir más que unas cuantas ideas: que la gente buena a la fuerza tiene que venir de gente buena, que siento que he conocido a los padres de unos cuantos amigos sólo conociendo a esos amigos, que a través de sus ojos he visto a madres o padres luchadores, sensibles, sabios, personas que hubiera valido la pena conocer. Y que en esta sociedad en la que lo importante se calla, nadie nos dice, nadie nos prepara para un hecho que nos parte la vida en dos, un hecho en el que morimos también un poco y nacemos a una vida distinta a la anterior. Un hecho que sólo va cicatrizando a base de amor y agradecimiento en la ausencia.
(La ilustración de arriba la hizo Ana Franco para un próximo libro de David Gónzalez. La he tomado de su blog.)
2 comentarios:
La ausencia tiene un peso que sólo se aligera con el amor y el agradecimiento, tal y como lo has escrito, Ana. Me parece muy acertada esa frase.
Un abracico,
Después de leerte iba a retomar la misma frase que eligió Entrenómadas...pasé por esta situación y es así sin más. Amor y agradecimiento. Un gran abrazo Ana.
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