El blog de Ana Pérez Cañamares - poeta

sábado, julio 21, 2007

Antenas, de Adam Zagajewski




En alguno de los blogs que visito leí uno de los poemas (Nochevieja 2004) de este libro. Nunca había oído hablar de su autor, pero ese poema fue suficiente para que lo comprara. Es uno de los libros que me ha acompañado en las vacaciones; y es, sencillamente, magnífico. Lo componen poemas profundos, emotivos, llenos de reflexiones e impresiones sobre la vida, la guerra, la muerte y el regreso, sobre el vendaval de los recuerdos, el mar y las ciudades que nos esperan al final de los viajes, la música, el amor, todo lo que importa. Un libro que parece contenerlo todo y que hay que cerrar de vez en cuando, cegada por su resplandor, por su verdad (y no quiero olvidarme: con una traducción brillante, por parte de Xavier Farré). En él Zagajewski habla también de la poesía de una forma que he sentido muy cercana y que me ha impresionado, casi como camino místico o como rumbo ético. Por ejemplo, en el poema llamado Pasa por esta ciudad encuentro estos versos que no me importaría asumir como poética:


Piensa en tu vida que todavía dura
si bien ya ha durado tanto.


¿Supiste expresar apenas una pequeña parte del todo?


Si viste la vileza, ¿supiste nombrarla?


Si encontraste a alguien que viviera de verdad,
¿supiste reconocerlo?


¿No abusaste de la palabra elevada?


¿En quién habrías de convertirte? No se sabe.



Más adelante, un pequeño poema que se llama En defensa de la poesía:


Sí, en defensa de la poesía y del estilo elevado, etc.,
pero también una tarde estival en un pueblo,
cuando huelen los jardines y los gatos están quietos
delante de las casas, como filósofos chinos.


(Poema perfecto para leer estando de vacaciones en un pueblo, disfrutando las horas de lectura en la siesta, cuando una sabe que le esperan los jardines y los gatos a la hora del paseo, cuando baje el sol y los poemas sigan resonando y acompañando.)

Antenas termina con el poema que le da nombre (antes de regalarnos una selección de poemas de un libro anterior, Regreso), una larga enumeración en la que se encuentran estos versos:

La poesía es la alegría bajo la que se esconde la desesperación. Y bajo la desesperación de nuevo está la alegría.


Y por último, un poema perteneciente a ese libro, Regreso, que es el que cierra el volumen:


LA POESÍA ES BÚSQUEDA DE RESPLANDOR


La poesía es búsqueda de resplandor.
La poesía es un camino real
que nos lleva hasta lo más lejos.

Buscamos resplandor en la hora gris,
al mediodía o en las chimeneas del alba,
incluso en el autobús, en noviembre,
cuando al lado dormita un viejo cura.

El camarero en el restaurante chino
estalla en llanto y nadie imagina por qué.
Quién sabe, quizás esto también es una búsqueda
que se parece a un instante a la orilla del mar,
cuando en el horizonte aparece un barco rapaz
y se detiene, paralizado largo tiempo.
Pero también, momentos de profunda alegría

e incontables momentos de angustia.
Déjame ver, por favor.
Déjarme persistir, por favor.
Al atardecer cae una fría lluvia.
En las calles y avenidas de mi ciudad
en silencio y con fervor trabaja la oscuridad.
La poesía es búsqueda de resplandor.


(En la foto: yo leyendo a Zagajewski en voz alta a Manuel, que me fotografía).

8 comentarios:

Anotherdia dijo...

Puede para la hora de la siesta...si el niño deja de dar guerra. Precioso, gracias por colgarlo. Un abrazo.

Anónimo dijo...

maravillosos poemas y una muy sosegada y apetecible imagen de lectura atenta. besos y pura vida.v.

Anónimo dijo...

Dicho así yo también prefiero defender la tarde antes que a la poesía. Dicho así todo es poesía. Dicho así no hay más que pretender esas tardes y no decir nada.
Un saludo Ana. Por aquí ando de vuelta. Te debo un libro. Ya lo tengo dedicado para ti. En agosto andaré por Madrid. Elige un día si andas tú también.

Anónimo dijo...

hermosas piernas

Ana Pérez Cañamares dijo...

Gracias a todos, me alegra compartir este libro maravilloso.
Child in time: me voy de nuevo de vacaciones! Pero muchas gracias. Estaré algún día suelto en Madrid, si puedo te aviso.
Al anónimo: no me importa que me alaben las piernas, pero me gusta saber quién lo hace.

Miriam G. dijo...

Ana me encanta la foto. Te he escrito.

Un beso, Miriam G.

Anónimo dijo...

Ana entro por aqu� de vez en cuando aunque no deje rastro.
La poes�a de Zagajewski es muy cotidiana y creo positiva.
Est�s muy atractiva en la foto, el ambiente se ve calmo y agradable y me ha llamado la atenci�n la foto del faro sobre la chimenea.
Un recuerdo.Olvido

Ana Pérez Cañamares dijo...

Qué alegría, Olvido. Estoy de acuerdo contigo: Zagajewski habla de temas duros a veces, pero su poesía deja lugar a la salvación, a la alegría, a la celebración.
Y qué bien que te guste la foto: alquilamos esa casa por un flechazo cuando vimos las fotos en internet; y no nos decepcionó en absoluto. Es de esas casas que te da pena dejar atrás.
Espero ver tu huella de vez en cuando. Un abrazo