ELOGIO DE LA HERMANA
Mi hermana no escribe poemas,
y probablemente ya nunca se pondrá a escribir poemas,
lo heredó de nuestra madre, que tampoco escribía poemas,
y de nuestro padre, que tampoco escribía poemas.
Y, aunque mis palabras suenen a texto de Adam Macedónski,
en mi familia nadie escribe poemas.
Los cajones de mi hermana no guardan viejhos poemas,
en su bolso no hay poemas recién escritos.
Y cuando mi hermana me invita a comer,
sé que no lo hace con la intención de leerme sus poemas.
Sus sopas son deliciosas y carentes de ocultos significados.
Y el café no se derrama sobre los manuscritos.
En muchas familias nadie escribe poemas,
pero si uno de sus miembros empieza, suele sembrar el contagio.
A veces la poesía cae en cascada sobre las generaciones
y origina remolinos capaces de engullir sentimientos familiares.
Mi hermana practica una prosa aceptable
y su obra literaria se reduce a las postales turísticas
con un texto que cada año repite la misma promesa:
cuando vuelva
contará
todo
todito.
(Este poema me chifla. Yo tengo una hermana. No escribe poemas. No hace sopas. No manda postales. No importa. Hablamos por teléfono al menos cuatro veces al día. Si un día no lo hacemos, no me siento bien del todo, me falta algo; ella siempre tiene alegría para regalar. Yo también tendré que escribir mi propio Elogio a la hermana. Mientras tanto, este poema me encanta.)
5 comentarios:
tb a mí me parece un gran poema, de esos que corroboran que la poesía puede sorprendernos y fascinarnos en la propia cocina de casa. gracias por el regalo, A. v.
Gracias Ana,por este hermoso poema. Tan simple y tan perfecto. Me hace acordar a Katherine Mansfield. Yo también tengo una hermana a la que adoro. No escribe ni prosa ni poemas, ni me envía postales porque no viaja. Pero algo falta si no hablamos varias veces al día, y las compañias de nuestros celulares están más que felices con la cantidad de mesajes que nos enviamos, haciendo el comentario más insólito y tonto que se puedan imaginar. Agradezco su presencia, todos los días. Y el modo en que nos reimos, y la manera de entendernos de inmediato con una mirada. Y yo también le debo un poema.
Paula
Ana, a veces se aprenden a respirar a través de aquellos que nos han ido amueblando como seres humanos desde sus enseñanzas. Yo también tengo una hermana(mayor en mi caso, no sé en el tuyo), que tiene el don de enseñarte sin que parezca que lo hace y cuando no la veo o no hablo con ella, respiro, pero de una manera automática no disfrutando de la respiración. Creo que yo también debería escribir mi "elogio a una hermana", espero que sea capaz de hacerlo desde mi estatus de aprendiz de poeta
Un abrazo.
Sonia.
Es un poema que gusta:
http://www.manzanasazules.com/foro/viewtopic.php?t=1486
¡Menuda rachita de casualidades que llebamos guapa!
Y por favor escribe el tuyo.
Un beso, Miriam G.
Qué gusto compartir poemas así. Y experiencias como la de tener una hermana. Mi hermana es más mayor que yo. Y lo que me pasa con ella es exactamente tal y como lo describís.
Miriam, guapa, ¿cabrá la posibilidad de que hayamos sido hermanas en otra vida? ;-) Besos.
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