El blog de Ana Pérez Cañamares - poeta

sábado, enero 06, 2007

Erre que erre

Me acuerdo de un regalo de Reyes que me trajo uno de mis hermanos. Era una cometa en forma de avispa. Cuando nadie me quería llevar a la calle para echarla a volar, la lanzaba desde la terraza. Una y otra vez. Siempre se enredaba en las cuerdas de tender la ropa de la vecina de abajo.
Tengo buena memoria, pero mi cabezonería es todavía más fuerte. Quizás a eso se le llama optimismo. Pero da vergüenza usar la palabra optimista en este mundo. Esto debe de ser otra cosa: resistencia a la percepción de la realidad. Admito otros nombres más precisos.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Perseverancia...es más bonita y encierra una virtud...

alfman dijo...

O, tal vez, simple ilusión, carece de juicio, motivación aparente, es inherente a la infancia y sale de lo más profundo de las entrañas, venciendo por si misma a la realidad, y no está sujeta a lo racional ni siquiera a lo irracional. La ilusión es y se basta para ser por si misma, circunscrita sólo al tiempo que va desde que aparece hasta que desaparece.
O tal vez no.

(por otro lado me gusta lo de ilusion + perseverancia, o como diría Don Ramón y Cajal un minuto de inspiración y toda una vida de transpiración)

Nicolasillo, monje Zen dijo...

Yo prefiero la simple resistencia. Porque en eso consiste vivir: en aguantar.

alfman dijo...

o en aguantarse

Nicolasillo, monje Zen dijo...

¿Reflexivo o recíproco? :)

alfman dijo...

depende del momento, una, otra o ambas

Ana Pérez Cañamares dijo...

Ja! No puedo ocultar que me gusta ver esto animado. !Hasta con polémica gramatical!:)
La verdad es que os tengo que dar la razón a todos. Matizando: perseverancia me gusta, cuando escribí el texto creo que puse algo parecido, persistencia o algo así. Si le añadimos ilusión, se redondea. Por sí misma, la perseverancia me sonaba demasiado seria, y es verdad que para mí hay algo infantil en ese insistir... Es como volver a colocar la pieza redonda una y otra vez encima de la pirámide, y ver cómo cae y sale rodando...
La variante que introduce Nico me pone un poco triste. Resistencia me gusta, suena combativo, pero aguantar(se)... Y sin embargo, por triste que me ponga, tengo que darte la razón. Yo siempre me empeño en una visión activa de la vida, empujo y empujo hacia adelante como si todo dependiera de mi capacidad de empuje, y desde hace tiempo estoy aceptando todo lo que se me escapa y que simplemente tengo que aguantar (o celebrar) porque no puedo luchar contra ello. Hay algo liberador en esto, por una parte (!todo no depende de mí!) pero también jodido por todo lo chungo que hay que aguantar... Y tanto una cosa como la otra comportan cansancio. Quizás lo que toca es aprender a descansar. Gracias a todos por esta reflexión conjunta.

Anónimo dijo...

¿Cabezonería o perseverancia? En realidad son lo mismo, pero una se ve como defecto y la otra como virtud. Como le ocurre a casi todo.

Anónimo dijo...

Pues yo creo que gracias a Dios vivías en tu mundo y allí mandabas tú, los niños con mundo propio suelen ser adultos más que muy interesantes ;-).

Féliz Año Ana.

Un beso, Miriam G.

Ana Pérez Cañamares dijo...

Puede ser un prejuicio, Beatriz, pero si pienso en cabezonería veo a alguien frente a alguien, contra algo, si pienso en perseverancia veo a alguien solo, trabajando para sí mismo...
Gracias, Miriam. No me recuerdo yo como una niña con mucho mundo interior, salvo cuando leía... Feliz año para ti también.

Anónimo dijo...

Una cosa es que no lo recuerdes y otra que no lo hayas tenido.

Yo al revés: cunado no leía.