No necesito un hijo que me quiera,
ni que sea feliz, ni hermoso,
ni que triunfe y me sonría,
ni un hijo que me cuide,
me proteja, me tutele.
Necesito, simplemente,
un hijo que me sobreviva
y al que poder amar hasta el final.
Si me faltara,
¿qué haría yo con tanto amor
como me crece para él
cada mañana?
BEGOÑA ABAD
(De su libro Cómo aprender a volar, próxima edición en Editorial Olifante. Gracias.)
1 comentario:
Hermoso! me encanta como escribe Begoña.
Saludos!!
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