Autobiografía
no lo necesito pero tú sabes cómo yo soy
me encamino poco me divierto así en las copas
de los árboles soplando pensamientos para el mundo que hay de noche.
las personas cuando se despiertan son otras, ya lo sabías,
esa niebla contemporánea del miedo pequeñito
que perdemos en las ciudades y en los cuerpos, tú entraste
antes que yo en los juegos, el azufre de la música y el
lazo del hechizo, inocente hombre breve que sueña
tú bien sabes
Después alquilé la bruja durante una vasta noche.
y mi vida cambió, la noche creció,
el vértigo me ardió en los brazos hasta la sangría
del tedio cuando para siempre juzgué que te perdía.
En la lucha perdí uno o dos brazos,
más que lo que tenía. pero esta memoria es un palacio,
son corales en el pensamiento. jardines y fantasmas,
el corte en las manos sorbiendo, niño estratosférico
y profundo: sin brazos y ahora sin nada más.
no me entendiste, me llené de furia.
es un arte, quería decir, matar sin retroceso y atraso-
ah aquellos brazos para apoyar las manos-,
sin el miedo ronco sin el suelo que es poco.
segando. saturno. y. el. viento. en. la. proa. irguiendo.
el: navío: en: el: mar: parado: parado: completamente.
parado. cómo decirlo? no decirlo. yo soy. una vida
horrenda y múltiple. y ahora descanso
acostado en estas manos que mecen
sin apoyo, sabes, naciendo de tus ojos
por la mañana
el tamaño impensable de las flores
me agarra al suelo
y no sirve de nada encontrar un lugar
donde pueda ser cualquier cosa
RUI COSTA
(Leí este poema en el blog de Inma Luna, junto con la noticia de la muerte de su autor. En el recital que ofrecimos en el Ateneo Libertario de Villaverde, Inma lo leyó a modo de homenaje. No me resisto a reproducirlo aquí.)
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