54.
Doy fe
de las vidas que acaban en las antesalas blancas
-recién descubierto el reflejo atronador de los ángulos perfectos-
o aquellas que mueren sesgadas por el filo de los números
de cierto teléfono, o de la imprecisa talla de una falda,
por un sinfín de lenguas que aclaman perdidas glorias
y lamen un sudor que quizás cien años antes fue suyo,
al son de la imposibilidad que se deja domar.
ANA PÉREZ CAÑAMARES - A LOS 20 AÑOS
1 comentario:
Tristes finales de vidas.
Publicar un comentario