(Para Abril)
Highrollers de Tijuana a Las Vegas
de sin city a sin city en una pontiac montana
antes de tirar los dados
flashbacks:
yo: el cáncer se come a doña Sara un domingo por la tarde
Pato: doña Rosa se desploma por la mañana al alistarse para el trabajo
un derrame cerebral y el Seguro Social terminan con ella
Laguana: se rinde el hígado de don Juan baja la bandera a cuadros
pone fin al cuarto de milla que rigió su vida
con la ruleta al frente dejamos de preguntamos qué haríamos con un millón de dólares
no hablamos del futuro: perro que viene a masturbarse en nuestros pantalones sucios
la meta siempre fue quebrarse: en el asiento trasero de un taxi
en el último segundo del partido
con la botella en la cabeza del otro
nunca jugamos a ser dios dios bajó a jugar con nosotros un rato
Highrollers este ya no es un juego de gastar fichas
una tras otras tras otra tras otra apostémoslo todo que no es ni tanto
no sería la primera vez que amanecemos golpeados
en este callejón oscuro con el sabor a sangre y el olor a dólar de nuestra sin city
highrollers hagan sus apuestas
arriba tenemos
quien cargue los dados.
Tenemos un mar de mierda
gente parada perpendicular a la orilla vigilando un muro
a la espera de un cambio de turno
un tsunami que los arrastre hasta San Diego
un mar al que desemboca la ciudad entera
cuando llega el niño y nos llora por días y noches
tenemos casas de cartón que flotan hasta el mar
un mar de mierda californiano Pacífico
nuestra mierda y la de otros
del cual alguna vez me sacó de las greñas el fantasma de mi madre
frío la mayoría del tiempo
aunque parezca raro que la mierda pueda ser fría
un mar con olas de fósforo que ilumina los cuerpos por las noches
arena que diluye los nombres de todos los que vemos el horizonte
con las narices tapadas.
OMAR PIMIENTA
(Tomado de La estafeta del viento. Gracias)
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