Ana Pérez Cañamares y En días idénticos a nubes(Un idioma sin fronteras)
El poeta Aldo Luis Novelli, en el blog La Sed Infinita, recoge una selección de poemas de La alambrada y Alfabeto.
Déborah Vukusic, en su blog Abeja con orejas de lobo, dedica una entrada doble a Alfabeto y a Frágil, la antología de poemas de Eva Vaz, con este título: Cicatrices frágiles.
José Ángel Barrueco, en su Escrito en el viento, publica poemas de Alfabeto, como La engañada. o Londres.
La poeta Begoña Paz publica en su blog Pernas cochas, Plato frío, un poema de La alambrada.
En el blog El futuro sin magia puede leerse Los árboles, que aparece en Alfabeto.
Y Felipe Zapico, en su blog Narciso el Valvulista, hace esta reseña de Alfabeto:
Ana Pérez Cañamares conoce el dolor de todos los colores, o eso parece después de una lectura apresurada, rápida, dolorida de su poemario Alfabeto de cicatrices.
Conocí este libro por la red, si esa tan denostada, y los versos que leí me alcanzaron, me rozaron esas zonas que duelen aunque no espantan, que te trastean las partes internas.
Conseguir el libro ha supuesto una pequeña odisea, que otro día contaré, pero desde este pasado fin de semana lo he catatado y llevado conmigo a todos los lados, a todos los sitios, ha estado en La Vecilla, y allí vió la montaña, ha estado en León y Garrafe de Torío, ahora está aquí el sur, al calorcito, pero no se ablanda, no se resquebraja, resiste todas las latitudes, altitudes y temperaturas.
Ana Pérez Cañamares, sabe del dolor, pero sabe soslayarlo en última instancia, o bebérselo, o fumárselo. Parece que a veces grita gol, y así se alivia, se alegra y la cosa no pasa a mayores.
Ana Pérez Cañamares ha estado en la sala de espera, y ha esperado, se ha cubierto el rostro del gentío, se ha puesto agua oxigenada en las heridas abiertas, pero el betadine se lo ha bebido para poder cicatrizar tanto dolor y desgarro.
Pero que nadie crea que estamos ante un lamento, un quejido, hay optimismo, y ganas de seguir hacia adelante, adelantar, seguir, soñar y tal vez esperar otra cosa diferente.
Por si no ha quedado claro este libro me ha cautivado, si puedes léelo, aunque no tengas paracetamol a mano.
En la contracubierta aparece este poema, que me permito copiar sin permiso de la editorial ni de la autora.
ALFABETO DE CICATRICES
Con pulso artificiero
escojo las palabras.
Manejo con tacto
La nitroglicerina de cada sílaba.
Por culpa de palabras mal usadas
a mi corazón lo cruza
un alfabeto de cicatrices.
(Gracias a todos)
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