la plaza de la soledad
olvidando la palabra tiempo
en un corredor,
en la plaza de la soledad,
en mangas de camisa,
el manco,
con su brazo ciego,
pasa las páginas
de una novela del oeste,
mientras considera
que quizá
el tiempo
sea uno de esos chiquillos
que unas veces
le saludan
y otras
no.
DAVID GONZÁLEZ
Sembrando hogueras, Bartleby, 2001
2 comentarios:
éste y el de anda, levántate de ti son dos imprescindibles que me faltan ana, y el poema, que decir, si david para mi es la repera.
Aquí la poesía se impone.
Éste es mi David más entrañable,
el que me desapega del dolor
sin negarlo, el que me acerca
al corazón sin engatusarle.
Y el que supera los cliches
que los que le aman como los
que le envidian se han empeñado
en sellarle como a una res
antes de vender en la feria.
Grande aquí, David.
Un beso,
Víktor
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