El blog de Ana Pérez Cañamares - poeta

jueves, enero 17, 2008

Milan Richter. Del Ereboparaíso de Kafka (I)

Durante varios días, iré colgando varios textos e informaciones que el grandísimo poeta y escritor eslovaco Milan Richter me ha hecho llegar, lo cual es para mí un honor y da cuenta de su tremenda humildad y generosidad.
Ya sabéis los que frecuentáis este blog que, aunque a veces he recogido letras de canciones, relatos y otros géneros literarios, aquí se habla sobre todo de poesía. Sin embargo, esta vez, tratándose de alguien de la talla de Richter y debido al interés de su obra, haré una excepción. Os presento una obra de teatro escrita por Richter, llamada DEL EREBOPARAISO DE KAFKA. Esta obra fue escrita en el 2006 y estrenada, como lectura dramatizada, en un teatro eslovaco en febrero del 2007. Se representará en Viena en el 2008 y ha sido traducida al inglés, alemán, noruego, serbio y español. Richter es considerado como un experto en Kafka, ya que tradujo sus aforimos y escritos breves al eslovaco y ha escrito varios artículos sobre él.

Os dejo con el prefacio a la obra y en los próximo días colgaré un extracto de la escena cuarta.

Los sueños y aforismos de Kafka –
noticias codificadas de Ereboparaíso

Podemos tomar cualquier aforismo de Kafka y mirarlo desde todos los ángulos, con la lupa de un historiador literario o de un lingüista, o sin ella, y siempre brillará misteriosamente como una piedra preciosa, porque refleja la luz y la oscuridad, la verdad y la ficción. Pocos autores universales lograron resumir en un formato tan pequeño, en el formato de las palabras y los sintagmas, una verdad tan compleja sobre sí, sobre su época y la sociedad en la que les tocó vivir. Sobre las angustias y los placeres que afectan a los oscuros rincones del cerebro. De modo parecido, los sueños de Kafka, tal como los conocemos a través de sus cartas y de sus diarios, nos revelan mucho sobre la cámara de tortura en la que sufrían sus fantasías y sus ambiciones. A menudo encontramos en ellas mujeres, sobre todo prostitutas u otros entes de vida alegre, pero también trasuntos enmascarados de la madre, de la prometida, etc. Un buen guía en estos sueños es el padre de Kafka, su compañero y rival, su protector y (sobre todo) su atormentador. En los sueños de Kafka se reflejan también las relaciones con las mujeres, sobre todo con Felice y con Milena. Otras veces, estos sueños acompañan temáticamente, o por su ambientación, a los recién escritos relatos o fragmentos de novelas.


(...) Al final me decidí por un periodo concreto de la vida de Kafka, más o menos entre los años 1914 – 1921, es decir, por el periodo más fructífero, más dramático y más decisivo de su relativamente corta estancia en este mundo. Dos compromisos con Felice, dos rupturas de compromiso, la creación de la novela El proceso y del relato En la colonia penitenciaria, la relación con Julia Wohryzek que desembocó en un compromiso, la oposición de su padre, La carta al padre, de casi cien páginas, el principio de la enfermedad mortal, las estancias en los sanatorios, la correspondencia con Milena, su contradictoria, pero auténticamente amorosa relación, la separación, el viaje a Matliary, su larga estancia en en los Altos Tatras …

He construido mi obra aprovechando el contraste entre el escéptico y bien educado Franz, y de su insolente, vividor y pendenciero alter ego Akfak (“Kafka” leído al revés). Los dos recuerdan y hacen valoración de lo vivido e interpretan de modo diferente las causas y las consecuencias, los dos aportan sabios aforismos que provocan, con su agudeza, otra serie de reacciones. Las ayudantes de Akfak son la señorita F. (trasunto de Felice) y la señorita J. (trasunto de Julie), una pareja, es decir, un medio habitual con el que Kafka solía “iniciar” fragmentos de las novelas. (...) Creo que en la presente obra sobre Franz Kafka (y obras teatrales SOBRE Kafka, no me refiero a las puestas en escena de sus obras, hay muy pocas en el mundo) se convierte, por primera vez, en el centro de la acción el sanatorio en Matliary, donde Kafka pasó la más larga de entre todas sus estancias hospitalarias. En contraste con “la madrecita” Praga, la Vila Tatra en los Altos Tatras se convierte en el lugar donde Kafka ajusta las cuentas definitivas con su pasado, con sus angustias y con su enfermedad. (...)

Milan Richter
Traducción de Renáta Bojničanová y Salustio Alvarado

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