ENERO 1998-2008 DIEZ AÑOS DESDE EL LABERINTO
a r i a d n a - r c . c o m
[ariadna rc número treinta y ocho edición de invierno de dos mil ocho]
I N V I E R N O D I E Z A Ñ O S D E S P U E S
"Quien lee deja de vivir” dice un verso de Pessoa, aunque al fin y al cabo qué es la salud sino un estado transitorio que no augura nada bueno. Tres mil quinientos sesenta y cinco días nos autorizan a transgredir una declaración en esos términos. Durante estos diez años hemos intentado quemar la bruma, llenar los corredores y los laberintos con el hilo que la inspiración antoja a dejarnos en mitad del dilúculo, ese último pétalo tras el cual se deshoja la noche. Abrir las puertas, adentrarse sin espanto en la imbricada morada del Minotauro, regresar invictos para llenar el aire de recuerdos, es lo que ha estado siempre en nuestro ánimo. Y sin embargo, nunca hay batalla incruenta, como en el recuerdo sucinto de Juan Gelman: “a pesar de todo la palabra es la primera herida que sufrimos”.
De palabras, de eso está compuesta la materia de los sueños. Las mismas palabras que llenaron los huecos de noviembre durante la Cartografía de una espera; las mismas que se subieron a una partitura para amenizar el tránsito de los aeropuertos, las que embelesaron a las muchachas enamoradas de los zancudos de Cebralia. Unas palabras que llenaron el espacio de sonidos metálicos en la Soledad del Cosmonauta; palabras que inundaron Armilla, esa ciudad en la que el agua goza de inusual pericia para anegar los rincones más yermos del alma. Las mismas palabras que pusieron un reguero de té a los miles de saharauis que todavía conciben la memoria como el oficio de devolver a las aldeas su soberanía. De palabras se reconstruyeron las torres que sirven para otear los armisticios, palabras que latieron cuando Foucault nos mostró que un beso iniciado en Parma bien podía concluir bajo el cielo apelotonado de Verona.
“Quien lee deja de vivir” es el verso definitivo, la conjugación infinitiva de un verbo cuya naturaleza tiene la misma raíz que el silencio. Palabras que se callan o se desbocan. Y si no que le pregunten a Octavio Paz, que le pregunten ¿cómo domesticar la palabra? ¿Cómo eludir el estuario inmensurable de los ecos y las mentiras? Y como todavía no lo hemos averiguado vamos a intentarlo durante otros tres mil seiscientos cincuenta días más.
E S P E C I A L X A N I V E R S A R I O
DIEZ AÑOS DESDE EL LABERINTO
— M O N O G R Á F I C O S —
Donde duermen los libros por Sofía de Juan
Notas para un tratado de botánica de la oscuridad de Pedro Díaz Del Castillo y Álvaro Muñoz Robledano
— P O E S Í A —
Encontrarme ante las paredes de piedra. Pilar Adón
La memoria donde ardía (2). Olga Gudalupe
Alto es el cielo/Si así lo quieres. Manuel Moya
Tres poemas. Alberto Jiménez
No busques más. Diego Vaya
El hilo de Ariadna.Josefa Parra
Nico Bleutge vs. Frida Khalo. Vicente Luis Mora
Huye. Juan Díaz Cuenca
La patria es una naranja. Félix Luis Viera
En la orilla. Milagros Román
El desierto de las plazas/Lejos de la tarde. Daniela Gregorio
La tumba de Keats (Fragmento). Juan Carlos Mestre
Las mujeres fabrican a los locos. Raúl Ortega
Hot edad/Atonal/Antropofagia. Osvaldo Navarro
Llegaron en tres caravanas. Juan Manuel Navas
Mi primer cuarto de baño (selección). María José Mora
Trova del pecador. Raúl Rivero
Antología de drink river. Francis Vaz
Selección (Si un día me oyes/Escojo.../Cuando voy al fútbol). Ana Pérez Cañamares
Tequila con Pandora. Rebeca Tabales
Refutación de la elegía/Don del vuelo/Casa en el árbol. Eduardo García
— R E L A T O —
Antología. Pablo García Casado
Vasos comunicantes. David Torres
Rodillas. María Eugenia Rodríguez
Amor aéreo. Ahmed Oubali
Poquito porque es pecado. Rosy Palau
Muerte en una página. Daniel Alejandro Gómez
Resurrección. Carlos Almira Picazo
De ida y de vuelta. Luis Amézaga
— R E S E Ñ A S Y A R T Í C U L O S —
Antología de la poesía surrealista. Aldo Pellegrini
Herman Melville. Bartleby, el escribiente. Una deliciosa comedia
Miguel Ángel Curiel. Por efecto de las aguas
Toni Manero, In Memoriam por Álvaro Muñoz Robledano
“Te sientes bien cuando dices lo que quieres”*: JM Caballero Bonald por Harold Alvarado Tenorio
Jorge G. Aranguren. De un abril frío
50 años de Pasos sin huellas por Manuel Grandes
Música para aeropuertos: Crisopa en vuelo por Pedro Díaz Del Castillo
II PREMIO DE RELATO PATRICIA SÁNCHEZ CUEVAS
II PREMIO DE RELATO PATRICIA SÁNCHEZ CUEVAS
“La vida en sus manos” por Juan de Dios Martín Aparicio
“Adriana” por Leopoldo Vivero Fernández
“El Relevo” por Roberto Cabanas Hurtado"
Flash de una vida” por Jesús Alejo Guarde
“Sus manos en el volante” por Marta Pérez Dorao
“Adama” por Miguel Méndez Broncano
4 comentarios:
Ojaeda la revista, la he incluido en mi blog.
Buena semana, compi.
Tu Viktor
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Buenos días, compa Ana. Es la primera vez que aterrizo por estos ciberpagos, y me iba siendo hora, que no son ni una, ni dos, sino tres, las veces que le he dicho a nuestro común compañero Enrique Ortiz que tenía que pasar por aquí a felicitarte. Y eso es lo que hago. Felicidades por tus bellísimos poemas, de parte de alguien que no es muy de poemas (falta de hábito, falta de querencia, qué sé yo), pero al que, entre unos pocos "brujos" que andais por ahí sueltos en esto del mester de bloguería, vais a terminar "metiendo en el redil"...
Lo dicho, gracias y felicidades ( cuenta con que pasaré por aquí con más frecuencia, por supuesto que sí...).
Un abrazo.
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