en la tarde de este día
que no sé si existe
me he sentado
en el espacio de escuchar
de todos los amaneceres
las voces de mujer
se ponen en camino
con paso de mirada liberadora
caminan respirando
al grito ancestral del sufrimiento
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conocí la compañera
de los trabajos interminables
la amiga amante
olvidada
en los prostíbulos de la ignonimia
la madre presurosa
por encontrar el reposo
en la huida
la hermana
de mirada secuestrada
por el velo de las sombras
la hija de las mutilaciones
en donde se eterniza
el dolor
y desde el interior
de todas ellas
la larga y dolorosa agonía
de la mujer lapidada
4 comentarios:
Oh, la portada de La alambrada de tu boca es preciosa. te gustan las nubes?
Gracias. La foto es de Lucas Rodríguez Luis, un poeta amigo. Mi libro de relatos se llamó En días idénticos a nubes. Y me gustó continuar con ellas. Cada vez que me acuerdo levanto la cabeza o me asomo a la ventana, a ver cómo están en este momento las nubes. Un abrazo
Ah, y me chiflan The Smiths... ;-)
Este poemario que he leído con cierta estupor, con sobresalto, de nuestro Antonio Martinez, es una muestra significativa de la fuerza que tiene el sentimiento poético en una persona. Pudo estar sin escribir décadas, cuando ha sido su momento emerge una lava que inunda su cielo, su huerto, sus ojos. Es la volcánica herida de un mundo que sangra llamaradas. Y su dolor, incontenible, desborda cada página, cada pantalla de ordenador, cada lectura.
Buena elección, Ana.
Buenas noches,
Tu Víctor
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