El blog de Ana Pérez Cañamares - poeta

miércoles, octubre 03, 2007

Despedida, poema de Safrika

Despedida

Háblame, yo estaré esperando.
Será cuando todo esto haya pasado y camines delgado
cerca de alguna preciosa chica de pantys rotos.
Supongo que yo estaré sentada en algún bar
con el pelo recogido en una goma negra
y escribiendo o leyendo
puede que, la verdad
simplemente esté mirando al vacío, y bebiendo una cerveza
Creo que para entonces yo también estaré delgada
es posible que con una intensa vida sexual, ajetreadas noches de viernes
y millones de amigos al teléfono.
Háblame, yo estaré esperando.
No habrá entonces todo este montón de cosas inmóviles entre nosotros.
La televisión, la perra, el viento que arde en poniente, los pelos del baño,
la insaciable provocación violenta a la que nos sometemos,
el rencor sordo, la ira ciega, el deseo mudo.
Ni la sordidez de emparejarnos para siempre
ni mi sueño con otro lugar con otro hombre en otra época.
Ni tu sueño con este lugar esta mujer y en esta misma época.
Puede que entonces, con cierta luz que nos embellezca
con un poco de hachís para nublarnos la vista
con un poco de miedo que nos impida decir según que cosas
y con la vergüenza que da que pase el tiempo.
Puede, solo digo que
es posible
podamos hablar. No sé
del tiempo, de los animales abandonados, de nuestra propia suerte
y todo
sin afilar las garras.
pero
quien
sabe.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

magnífica Saf magnífica... poesía eres tú !!! v.

Ana María Espinosa dijo...

Ana:

Me ha conmovido mucho este poema
de Safrika, no lo conocía.
Me llama mucho la atención
su estilo actual, cotidiano
real, tan bien dicho
tan bien llevado.

Magda Díaz Morales dijo...

Se tan poco de poesía... Sin embargo, puedo admirar un poema tan bonito como éste.

Miriam G. dijo...

Es impresionante la fuerza que tiene Ana, gracias por traernoslo.

Un beso, Miriam G.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Si me dijesen cual es de todos el mayor mal del siglo diría que la incomunicación, o mejor dicho esa dificultad terrible, aisladora, feroz, de entenderse y de entendernos.

El poema, que traslada cargas submarinas de gran profundidad bajo una piel sonrosada de cotidianeidad apura ese discurso de reclamo y extrañamiento, de busqueda de si y del otro a través del lenguaje poético, que es un lenguaje no fosilizado, capaz de soñar, ensoñar, sugerir, anticipar, desnudar, revestir de sentido este galimatias, esta laberíntica selva del presente.

Safrika lo dice mejor y más bello, con más matices, pero algo me dicen sus letras de esto que os participo.

Bien, Ana, bien, ahora, cualquiera se desengancha del veneno de tu blog.

Tu Victor