El blog de Ana Pérez Cañamares - poeta

lunes, septiembre 03, 2007

Haikus, nubes y el gobierno de China


Creo que ya he contado alguna vez que lo primero que escribí era un cuento; debía de tener unos nueve o diez años. Luego me pasé la adolescencia escribiendo poemas, y gané unos cuantos premios en plan Joselito de las letras. Así, hasta que me cambió la voz y perdí el impulso de escribir, entre otras cosas. Luego, cuando volví a escribir, regresé a los relatos, aunque ya no tenían nada que ver con aquel del principio, protagonizado por una manada de caballos salvajes y con final feliz. Sólo hace un par de años -después de un intento fallido de escribir una novela- que descubrí que la poesía era el sitio donde quería llegar. Sin embargo, recordé hace poco que en medio de estos años dedicados a la narrativa, hubo un verano que dediqué a escribir haikus. Era cuando tenía una casa en un pueblo y estaba rodeada por naturaleza y deslumbrada por cada detalle que apreciaba del verano, del bosque de robles, de las montañas, de los sonidos de las golondrinas y las campanas.
Tengo la impresión de que el haiku es un tipo de poema propicio al malentendido. A juzgar por la cantidad de ellos que se pueden leer en la red resulta fácil hacer un haiku, si uno lo enfoca simplemente desde lo formal. Sin embargo, el haiku en su concepción clásica es una manera de entender el mundo, profunda, abierta, nada fácil o frívola. No hay más que leer al genial Bashô, o a Issa, autor de un haiku que me cautiva:

En este mundo,
encima del infierno
viendo las flores.

Como este otro de Kioshi:

Viento otoñal.
Dentro del corazón,
montes y ríos.

O este de Shiki:

Yo que me voy,
y tú que te quedas,
son dos otoños


Bueno, después de toda esta introducción, lo que en realidad quería contar hoy: el otro día leí en el periódico que el gobierno chino se plantea bombardear las nubes para evitar que llueva durante los próximo juegos olímpicos. Según yo lo entendí, la cosa sería más o menos así: lanzar, desde aviones, bombas de sepiolita -ese mineral del que se saca la arena para gatos- que absorban la humedad de las nubes y las deshaga. Y recordé que durante aquella época en que me dio por escribir haikus y otras brevedades, escribí este poema:

ni bancos ni ejércitos
ni telediarios nadie
nadie decide la hora del alba
nadie para una tormenta
nadie le chista al chubasco

Y me cagué en el gobierno chino, que no sólo se carga las nubes, sino que le quita la razón a mis poemas y los deja pasados de moda antes de ver la luz.

6 comentarios:

Jesús Alonso dijo...

Bienvenida Ana a este septiembre cabezón y desmemoriado. Buenos haikus. Me gustan sobre todo el del infierno y el de los otoños. en cuanto a tu poema y el comentario me recuerdan unos versos de... (no recuerdo quien) que dicen más o menos:
"El señuelo
engaña a la alondra
pero no provoca el amanecer"... Todavía.

Ana Pérez Cañamares dijo...

!Jesús, ándale! Qué alegría saber de ti. Geniales tus semblanzas mejicanas. Qué gran viaje.
Y los versos, muy bien traídos a cuenta.
Un beso y bienvenido

SONIA FIDES dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
SONIA FIDES dijo...

Los gobiernos, Ana, le quitan a la vida cualquier capacidad de improvisación, su frescura, todo aquello que la hace vida y es que el poder nunca tiene el cuerpo preparado para las sorpresas, ni siquiera para las agradables sorpresas meteorológicas. Ya sabes, prefieren sacrificar las estabilidad de las cosechas de sus ciudadanos que sus juegos olimpicos.

Un abrazo.

Marta Sanuy dijo...

Bunjour. Bellos haikus Ana. Por aquí se rumorea hace mucho que los de la General Motors se cargan las tormentas. Tienen miles de coches aparcados y no les convienen las pedregadas. Yo era esceptica, pero me han explicado hasta el método, y para ser imaginación lugareña me dieron muchos detalles

Kebran dijo...

QUE HAY DE TU VIDA GUAPISISMA.
YO ALGO REGULAR.
UN ABRAZOTE. EL KEBRAN