El blog de Ana Pérez Cañamares - poeta

miércoles, agosto 29, 2007

De vuelta


Como en todas las vacaciones, aprovecho para descubrir, pero sobre todo para recordar. Descubrir, por ejemplo, a un cantante hawaiano y ex-surfero, Jack Johnson, con una voz de miel, que todas las noches, en un chiringuito vacío de la playa de Gandía, nos ponía un argentino ávido y generoso; que soy capaz de dormir mal en cualquier sitio, no importa lo cómodo y fresco que sea; que prefiero el marisco cuando el mar no está cerca, porque el marisco es sobre todo un sustituto del olor y el sabor del mar; que me estoy volviendo obtusa para toda prosa que no sea la de los periódicos; que el Superpop ha sobrevivido varias generaciones; que en todas partes busco rutinas para sobrevivir y para luego romperlas, a ser posible con una borrachera que me reubique en la familiaridad de la extrañeza; que no me atrevo a echar de menos a las personas que quiero. Eso, o que me descasto fácilmente.


Y también recordar que si el resto del año me tengo prohibidos los periódicos es porque no sé leerlos en menos de una hora y media; que el agua en todas sus formas -este año ríos gallegos y mar Mediterráneo- me resulta adictiva e hipnótica, que nada como el agua me da una sensación tan clara de libertad y paz; que apenas hay cosas que me gusten más, sobre todo en verano, que ver a los deportistas sudar la camiseta mientras saboreo una cerveza bien fría; que con niños cerca es casi imposible para mí leer ni escribir, y que puedo vivir sin hacerlo durante semanas, pero que a partir de cierto momento empiezo a sentirme frívola, mecánica, vacía. Y que la literatura espera. Me esperan mis libros, me esperan mis poemas a medias, me esperan sorpresas que me regalan otros, como encontrarme un poema mío traducido al catalán por David Ventura en su blog, o volver a leer la generosa y apasionada presentación que José Ángel Barrueco hizo de mi libro de relatos y que él recupera en una entrada de Escrito en el viento, o descubrir el vivísimo y coleante blog dedicado a la aventura de Hank Over, la antología sobre Bukowski que verá la luz el próximo año y en la que tengo el honor de estar embarcada. Mil gracias a todos.


Y para acabar de empezar, la que para mí ha sido la frase del verano, un refrán que no conocía y que me ha descubierto mi hermana (cómo no): " Tropezón que das y no te caes, camino que adelantas".

17 comentarios:

Anónimo dijo...

oh,
pues
parece
que tengo
el honor
de ser el primero
en dar la bienvenida.

Fernando dijo...

bienvenida..."lo malo de la rutina es que ella no se cansa"..besos

Ups dijo...

Con lo que tú te ries y lo seria que sales en la foto, jodía.

Ana Pérez Cañamares dijo...

Gsus, el honor es mío!
Fernando, qué gran verdad, besos.
Carol, te pillé! Ya sabes: me río antes y después de la foto. La ortodoncia manda!
Compruebo con emoción que el blog vuelve a habitarse.

Anónimo dijo...

Pues yo tengo el honor del ser el cuarto. Hola, me alegro de volverte a leer

Anónimo dijo...

Sí, seguro que a ti se te han hecho unas vacaciones cortísimas, pero para tus lectores, nosostros, la espera se hecho larga. Larga larga...



Un saludo.

beatus_ille dijo...

wercome nena!!!!

Unknown dijo...

Welcome, Ana...Y gracias por tu mensaje de correo electrónico. Prometo responderte en breve. Me alegro cantidad de que hayas vuelto con nosotros, y con las pilas cargadas...Abrazos, niña, fuertes y solidarios.

Txe Peligro dijo...

un post postvacacional

pues no se deprima post-vacionalmente

Kebran dijo...

bienvenida guapísima, siempre adelante

Ana Pérez Cañamares dijo...

Gracias y besos a todos. La verdad es que os echaba de menos! Esta es la mejor medicina para la depre postvacacional (en mi caso, irremediable en cuanto aterrizo en Madrid y abro la puerta de mi minipiso; menos mal que en el ordenador siguen subiendo mareas!)

Marta Sanuy dijo...

Bienvenida Ana, extrañaba leerte.

Anónimo dijo...

Te he echado de menos un huevo.

Un beso, Miriam G.

Ana Pérez Cañamares dijo...

Miriam y Marta, lo mismo digo. Sinceramente, lo primero que hice después de dejar la maleta fue abrir el ordenador. Puedo vivir sin él, pero peor. Besos

Enrique Ortiz dijo...

Qué maravilla, Ana, tenerte aquí de nuevo y con entradas como ésta, que te ponen cerca y a mí me hacen estar ya ansioso del momento que actualices. Un beso y que viva Jack Johnson.

Pedro dijo...

De verdad ha sido un honor traducir "La trinchera" al catalán por su enorme potencia en las palabras, dándome cuenta de que sin querer haces rimas internas: "el barro y la sangre" de tu poema se convierten en "el fang i la sang" en catalán. Precioso.
Espero que no sea el último poema que puedo traducir a una lengua tan bonita como la catalana.
Siempre es una gran ventaja nacer bilingüe.
Gracias.

Ana Pérez Cañamares dijo...

El honor, mío, David. A mí me sorprendió la fuerza que cogía el poema en catalán. Y eso que es un idioma que me gusta muchísimo, por razones sonoras y sentimentales. Cada idioma tiene su riqueza, y es un placer asomarse a ella. Gracias de nuevo.