El blog de Ana Pérez Cañamares - poeta

viernes, julio 27, 2007

Malos recuerdos, de Antonio Gamoneda.


En el blog de noticias de la Editorial Bartleby, hay un enlace con una revista, Veintiuno, en la que se hace una entrevista a David González. En ella nombra, como elemento fundacional de su propia poesía, un poema que leí hace tiempo y que de vez en cuando recuerdo con verdadero dolor: dolor casi físico, en la boca del estómago, porque este poema me resulta durísimo; y sin embargo, me parece que es un poema que hay que recordar, todo lo a menudo que se necesite echar mano de la conciencia. Es de Antonio Gamoneda y se llama Malos recuerdos.


MALOS RECUERDOS


"La vergüenza es un sentimiento revolucionario."Karl Marx


Llevo colgados de mi corazón

los ojos de una perra y, más abajo,

una carta de madre campesina.


Cuando yo tenía doce años,

algunos días, al anochecer,

llevábamos al sótano a una perra

sucia y pequeña.


Con un cable le dábamos y luego

con las astillas y los hierros. (Era

así. Era así.

Ella gemía,

se arrastraba pidiendo, se orinaba,

y nosotros la colgábamos para pegar mejor.)


Aquella perra iba con nosotros

a las praderas y los cuestos. Era

veloz y nos amaba.


Cuando yo tenía quince años,

un día, no sé cómo, llegó a mí

un sobre con la carta del soldado.


Le escribía su madre. No recuerdo:

"¿Cuándo vienes? Tu hermana no me habla.

No te puedo mandar ningún dinero…"


Y, en el sobre, doblados, cinco sellos

y papel de fumar para su hijo.

"Tu madre que te quiere."

No recuerdo

el nombre de la madre del soldado.


Aquella carta no llegó a su destino:

yo robé al soldado su papel de fumar

y rompí las palabras que decían

el nombre de su madre.


Mi vergüenza es tan grande como mi cuerpo,

pero aunque tuviese el tamaño de la tierra

no podría volver y despegar

el cable de aquel vientre ni enviar

la carta del soldado.



(Trato de recordar este poema porque la vergüenza -la culpa- es un sentimiento doloroso, pero tremendamente útil si se recuerda a tiempo. El mundo sería distinto si pudiéramos soportar el recuerdo de la vergüenza sin excusas y nos dejáramos guiar por el eco del dolor ajeno en nuestra piel).

6 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Hola, leí un poema tuyo en el blog de Fernando, y vine sólo a felicitarte, es muy bueno.

Tu blog es impresionante.

Saludos.

Ana Pérez Cañamares dijo...

Muchísimas gracias, espero verte por aquí a menudo. Me pasaré por un blog. Un abrazo

Anónimo dijo...

Especialmente el final, qué puñetazo.

Anónimo dijo...

david es bueno como poeta, pero pesado tio: habla y habla y habla y habla de drogas, borracheras, resacas, papás que no lo entienden (es un grosero con su padre), siempre tristeza agobiante (obviamente por las drigas), y todo esto cansa.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con el de arriba, a mi tanto sufrimiento me carga.

Jesús Alonso dijo...

Querida ana, el poema de Gamoneda lo tengo anotado bajo el epígrafe de culpa. Creo que es de de lo mejor que he leído sobre el tema. Si algún día alguien se deciera escribir una antología sobre el tema no podría faltar.