Y hoy, también, este poema de Billy Collins me ha hecho llorar. A mí me parece la mezcla perfecta de emoción, humor, ternura y revelación.
EL CORDÓN
El otro día mientras me dedicaba a rebotar lentamente
por las paredes azules de esta habitación,
yendo de la máquina de escribir al piano,
de la estantería a un sobre que estaba en el suelo,
di a parar a la sección C del diccionario
donde mis ojos fueron a caer en la palabra cordón.
Ninguna galleta mordisqueada por un novelista francés
podría retrotraerte al pasado tan de repente -
un pasado donde me sentaba en un banco de trabajo en un campamento
junto al profundo lago Adirondack
aprendiendo a trenzar tiras finas de plástico
para hacer un cordón, un regalo para mi madre.
Nunca había visto a nadie usar un cordón
o llevar uno puesto, si eso es lo que se hacía con ellos,
pero esono evitó que yo entrecruzara
hebra sobre hebra una y otra vez
hasta que hice un compacto
cordón rojo y blanco para mi madre.
Ella me dio la vida y leche de sus pechos,
y yo le regalé un cordón.
Ella me dio el pecho en más de una sala de espera,
me dio cucharadas de medicina,
colocó paños fríos en mi frente,
y luego me mostró el camino hacia la luz etérea
y me enseñó a caminar y nada,
y yo, a cambio, la obsequié con un cordón.
Aquí tienes miles de comidas, dijo,
y aquí tienes ropa y una buena formación.
Y aquí tienes tu cordón, contesté,
que hice con un poco de ayuda del monitor.
Aquí tienes un cuerpo que respira y un corazón que late,
fuertes piernas, huesos y dientes,
y dos ojos limpios para leer el mundo, susurró ella,
y aquí, dije yo, está el cordón que hice en el campamento.
Y aquí, deseo decirle ahora
tienes un regalo más pequeño -no la ancestral verdad
de que nunca puedes corresponderle a tu madre,
sino el compungido reconocimiento de que cuando
cogió de mis manos el cordón a dos colores,
estaba tan seguro como pueda estarlo un chaval
de que esta cosa sin valor e inservible que trencé
de puro aburrimiento sería suficiente para quedar en paz con ella.
8 comentarios:
Collins es un estupendo "cínico", es un barman excepcional si de mezclar emociones se trata. Hace como tú, convierte en antágonicos a sensibilidad y a sensibleria.
Un abrazo.
Sonia.
Gracias por colgar el artículo sobre Carver. Vengo a tu blog desde el mío. Me gusta tu blog. Abrazo. Manuel Vilas.
Manuel, bienvenido, nos seguimos leyendo!
Sonia, me encanta como "ves" las cosas y como expresas lo que ves. Tienes una mirada profunda y generosa. Si voy a ser tu "epigrafista" oficial, tengo que pensar en algún otro cargo para ti ;), que te lo mereces! Un abrazo fuerte
Qué bueno este Collins, Ana, gracias por traerlo aquí. Un abrazo.
Emocionante.
Sencillo, genial.
Pues a mi este poema me ha tocado dos fibras sensibles, que han sonado al compás, la de madre y la de hija, es una maravilla este poema.
Gracias Ana, intentaré leer algo más de este autor.
Me alegra mucho que os guste. Malegar, tú lo has dicho y muy bien, a mí me pasa lo mismo, me toca desde los dos lados, y desde los dos me impresiona y me coloca.
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