El blog de Ana Pérez Cañamares - poeta

viernes, abril 20, 2007

Poema de Billy Collins

Un poema que me gusta y me inquieta:

VUELVO A CASA A POR UN LIBRO

Giro sobre la grava
y vuelvo a casa a por un libro,
algo para leer en la consulta del doctor,
y mientras estoy dentro, recorriendo
con un dedo inquisidor la estantería,

otro yo, que no se molestó
en volver a casa a por un libro
se marcha por su cuenta,
baja por el camino de entrada
y gira a la izquierda hacia la ciudad,

un fantasma en su coche fantasma,
otro nudo en la cuerda del tiempo,
tres minutos por delante de mí-
un espacio que ahora se mantendrá
por el resto de mi vida.

Algunas veces pienso que le veo
unas pocas personas por delante de mí en una cola
o levantándose de una mesa
para salir del restaurante justo antes que yo,
poniéndose el abrigo camino de la puerta.

Pero no se le puede alcanzar,
no hay manera de hacer que espere
para volver a sincronizarnos,
a menos que un día decida volver
a casa a por algo,

aunque no puedo imaginar
por mi vida qué podría ser.
Sale siempre antes que yo,
abriéndome camino, explorador invisible,
perro que tira de mí,

sombra a la que estoy condenado a seguir,
mi doble perfecto,
adelantado sólo una pulgada al futuro,
y ni de lejos tan versado como yo
en la poesía amorosa de Ovidio-

yo que volví a casa
aquella fatídica mañana de invierno y cogí el libro.

(Traducción de Hugo Romero)

(!Con la mala cabeza que yo tengo, si hay una Ana en el mundo por cada cosa que me he olvidado...!)

7 comentarios:

SONIA FIDES dijo...

Tremendamete inquietante lo que a mi me parece una provocación al propio yo. Bifurcar la mirada en busca de lo que no creemos que somos es la pera, y es espléndida la manera en que este autor(al que no conocia) los hace.

Siempre me ha encantado ese refrán que dice: "Nunca te acostarás sin saber una cosa más"

Un abrazo.

Sonia

Jesús Alonso dijo...

El desdoblamiento es uno de mis temas preferidos. Hace poco leí un cuento, no recuedo ahora ni el autor ni el título, en el que se producía no un desplazamiento del propio yo sino de las acciones cotidianas. A la hora del desayuno le daba a los niños una comferencia y a los asistentes a la conferencia les hablaba como niños.

Ana Pérez Cañamares dijo...

El caso es que yo creo que estamos más acostumbrados a ver el asunto por el lado de qué habría pasado si hubiera escogido esta carrera en vez de esta otra, o si hubiera seguido con mi primer novio... pero este desdoblamiento en algo aparentemente normal como darse la vuelta a por un libro hace que el yo se bifurque unas trescientas veces al día... no sé, no acabo de ver por qué me resulta tan inquietante.
Jaja, Jesús, esa otra posibilidad me parece estupenda. Tendrías que hacer memoria a ver si recuerdas el cuento o el autor.

Marta Sanuy dijo...

A mi lo que me pasa con estas dos es más desquiciante que interesante.
Siempre hago justo lo contrario a lo que he decidido.
¿Voy a nadar o me tomo un vermouth leyendo el periódico en aquella terraza?
Me pregunto un buen rato, y justo cuando he decidido ir a nadar me encuentro a la otra eligiendo una silla en la que de el sol.

A Ababol se lo contaba el otro día, preocupada.

Mamen Alegre dijo...

Ana, te acabo de encontrar, y me encanta lo que leo, seguiré visitándote.
Un abrazo, Mamen.

Ana Pérez Cañamares dijo...

Muchas gracias, Mamen. Bienvenida, y un abrazo.

Charles de Batz dijo...

Buscando a Billy Collins, un poeta por algunas de cuyas composiciones siento un especial afecto, he dado con tu cuaderno. Me alegro de ello y, con tu permiso, volveré.

Salud