El blog de Ana Pérez Cañamares - poeta

jueves, marzo 29, 2007

El lujo


El lujo es comprar un jazmín rebosante de capullos cerrados, y que a la semana de comprarlo, cuando se siente ya bien instalado en el alféizar, las flores empiecen a abrirse, y por las tardes sentarme en el sofá y abrir la ventana y que el aire me traiga el olor del paraíso sin moverme de casa.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi jazmín lleva un par de años moribundo. Prueba irrefutable de que con el amor solo no basta, también son necesarios los cuidados. Bonito jazmín Ana.


Un beso, Miriam G.

Anónimo dijo...

Amo los jazmines, y cuando llega el mes de octubre, lo primero que hago es comprar tres ramitos: uno para la mesa del living, otro para el dormitorio y otro para el baño. Ahora aquí es otoño, y lamentablemente, llegó con toda la lluvia de la que un cielo puede ser capaz. Hace cuatro días que llueve sin tregua y el panorama de la ciudad ya es desolador. El miedo a lo que se lleva el agua, y a lo que queda después que pasa, es cada vez más grande. Gracias por este ramo de jazmines, me recuerda lo buena que es la primavera, aunque falte mucho para eso. Abrazo.

Jesús Alonso dijo...

El olor de las flores siempre me recordará que durante el mes de mayo hacíamos en el colegio el homenaje floral a la Virgen. Era cuando cantábamos aquello de "con flores a María, con flores a porfía, que madre nuestra es". Y ninguno sabíamos quien era porfía. Pensábamos que era otro nombre de María. Ahora mi sentido del oolfato está muy deteriorado, pero algún olor me han traído tus jazmines.

Ana Pérez Cañamares dijo...

Ay, Miriam! Cada vez que me acuerdo de todas las plantas que he tenido y se han echado a perder! !Qué masacre!
Un abrazo, Paula. ¿Verdad que en medio de una estación es casi inimaginable otra? A mí me cuesta mucho esfuerzo.
Jesús, a mí me has recordado que yo terminaba el padrenuestro diciendo: "y líbranos del mar". Y yo pensaba que era una oración más para marineros que otra cosa. Te aseguro que el olor de los jazmines puede con los olfatos más reticentes.

Enrique Ortiz dijo...

Reniego de las plantas de casa, porque hay que regalarlas. Sin embargo, reconozco que hay veces en las que al levantar la mirada siento también esa sensación de lujo, como algo antiguo. Un abrazo.