El blog de Ana Pérez Cañamares - poeta

viernes, febrero 16, 2007

¿Sabes lo que es sentir
una cueva
dentro del pecho?
¿Sabes lo que es sentir
sus humedades, sus ecos,
sus filtraciones, el roce
del vuelo de los murciélagos,
sus gritos afilados,
sus montañas de excrementos?

Trae la antorcha y quémalos.
Esta es la última vez
que te pido que me salves.
Pero por favor,
por favor,
ilumíname y quémalos.

Después volaremos la entrada
y el pánico quedará sepultado.
Y a quien se acerque a preguntar
le recibiré con el pecho lleno de humo
bajo mi disfraz de adulta.

12 comentarios:

Luis Sevilla dijo...

Diría que este poema es una continuación, casi diría con más precisión que una prolongación (no sé si consciente o no) del anterior texto que has escrito, pues también habla de miedos aunque en este caso se me aparecen miedos concretos amparados en lo inconcreto del propio miedo. Todo esto para expresarte que me ha fascinado...
Un besazo

Ana Pérez Cañamares dijo...

Gracias, Luis. Efectivamente, la cosa va de miedos. De cómo actuar a pesar del miedo. Otro beso para ti

Luis Sevilla dijo...

Hay quien dice que las canciones de campamento (los colonos del viejo oeste lo hacían con frecuencia, y tal vez fue ese el origen de esas canciones) cantaban para ahuyentar los temores a la oscuridad. Tal vez escribir sobre el miedo signifique cantar para ahuyentar ese miedo a la oscuridad. Tal vez decir en voz alta que nuestra fragilidad es la fragilidad de quien escucha sea como cantar, susurrando, una canción que espanta los temores en medio de la noche que nos abruma. Gracias por permitirme leerte.
Un besazo

Ana Pérez Cañamares dijo...

!Noooo! !Gracias a ti! De verdad que las lecturas que haces de lo que escribo me resultan muy iluminadoras y cargadas de sentido. Consuela sentirse comprendida, cuando se necesita confianza. Otro beso

Fernando dijo...

El miedo esta en nosostros eso es cierto y todos tenemos los nuestros...sentir el apoyo de los demás es bueno aunque siempre estamos solos contra ellos y la vida...un beso Ana.

Paula dijo...

Qué placer descubrirte...

vengo del blog de Fernando Sarria, y te he leido de un tirón.

Muy bien descrito el miedo, como esa cueva donde sólo hay una falsa seguridad. Muy bien hilada con tu metáfora anterior, con la necesidad de proteger tu casa.

Hay una guerra, es cierto

¿pero estás segura de que es ahí fuera?

Te abrazo con todo mi cariño nuevo

Ana Pérez Cañamares dijo...

Hola, Paula.
Muy buena tu pregunta. Creo que los dos textos se complementan, y de alguna manera la contexta. Hay guerra fuera y dentro. Así que solo hay una cosa segura: ganaré y perderé. Crecer a base de palos. Caer y volver a levantarse, supongo...
Un abrazo muy fuerte para ti, y gracias

Marcus dijo...

estos días tengo demasiado miedo del rumbo q está tomando mi vida, me siento perdido, vacio. todos tenemos nuestra propia guerra. y todos necesitamos q alguien nos ilumine el camino.
besos

Anónimo dijo...

A mí me gusta la gente con miedo, él que no lo tiene es un inconsciente.

Un beso, Miriam G.

Anónimo dijo...

Uy que se me olvidaba lo más importante: el poema una preciosidad ;-)

Un beso, Miriam G.

Rat dijo...

qué oído
de qué palabra
descabeza el vuelo
de los murciélagos


cuántos
de ellos
seremos nosotros


y cómo brilla
apreciosado
cómo aplaude / elongado
el murcielagal


[Saludo]
Ps: apreciosado por tus palabras, claro está.
Ps: ningún fuego destruye una cueva. Solamente la aparte de otros fuegos.

Ana Pérez Cañamares dijo...

Muchas, muchas gracias.
Me encanta eso de "cuántos de ellos seremos nosotros".
Un abrazo