Mediodía de domingo.
Me gustan los previos, las vísperas. A una ansiosa como yo -a una adicta a la acción, a la que el vacío le produce vértigo- le gusta tener horizonte. Más que comer, la espera de la comida: el cigarrito de antes y una cerveza. Me gusta llegar pronto a los sitios y tomarme tiempo. Captar el ambiente de los locales. Disfrutar de diez minutos de soledad antes del encuentro. Las tardes de domingo que acabarán en fútbol (y llegar pronto al campo, y ver a los jugadores mientras calientan). Los trailers en el cine. Acariciar los lomos de los libros antes de abrirlos. Llegar al colegio a tiempo de ver a mi hija en el patio con sus amigas.
La espera que me dice luego, luego, luego llegará tu premio.
5 comentarios:
Si no tienes en cuenta, que nunca he sido capaz de acariciar un libro, y me encantaría ¡eh!, acabas de dar con tu alma gemela en lo que ansiedades y esperas se refiere, ya me gustaría a mi serlo en más cosas ;-).
Un beso, Miriam G.
La víspera, la antesala, el pasillo. Me gusta ese mediodía de domingo, su melodía. Un abrazo.
El tiempo consumido poco a poco...quizás ese momento de soledad y silencio interior...un beso compartiendo esos momentos.
Está claro que tú y yo, Ana, somos almas gemelas. Yo también disfruto hasta lo inabarcable de esos momentos previos a toda cita soñada o no, a todo encuentro acariciado o no durante mucho tiempo. Estoy con tu libro de poemas. Me gusta. Hay un fuerte aliento a Silvia Plath, quizá más temático que formal. En tu libro predomina tu gran capacidad fabuladora (apabullante, por cierto) frente al soporte abstracto que comporta toda lírica. Ya te comentaré más cosas. Un beso grande de quien te estás imaginando.
Jo, qué majos sois, coño!
Y a quien me estoy imaginando, pues que aquí me tienes, en la espera! Me gusta este adelanto sobre los poemas.
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