Me pasa mi compinche Enrique Ortiz un meme para que hable de cinco cosas que no se saben de mí. Él ya lo ha hecho en su blog con su humor y su sensibilidad de siempre. No me resulta muy fácil puesto que una de las paradojas sobre las que me asiento es que soy pudorosa pero bocazas. Con cuatro cervezas encima lo cuento todo (aunque me ponga colorada). Supongo que algo habrá...
1. (en este te copio tema, Enrique) Mi nombre completo es Ana María. Pero nadie me llama así, y he quitado el María de mi firma, me parece un nombre largo y cursi. Además, siempre tienta el Anamari, que me pone directamente de los nervios. Mi familia me llama Ani. Algunos amigos de la infancia también. Incluso algunos son tan piadosos que lo escriben Annie. Pero no me gusta, lo escriban como lo escriban. A mí me gusta Ana, porque me gustan los palíndromos, los nombres cortos, los nombres con aes y porque me suena a persona mayor. Bastante me ha costado crecer.
2. Una de las cosas más hermosas que he hecho en mi vida ha sido lavar y vestir el cadáver de mi madre. Fue de esas pocas ocasiones en que una se da cuenta de que está haciendo algo importante, algo que no olvidará nunca y por lo que estará siempre agradecida y honrada.
3. Cuando voy por la calle me gusta cruzar la mirada con los perros y con los bebés. Les miro a los ojos y sostengo la mirada. Me gusta sentirnos como animalillos que se cruzan en un bosque y que se demuestran sus buenas intenciones. Un segundo de honestidad y pasar de largo, cada uno a lo suyo.
4. Soy una adicta al correo electrónico. Me levanto a consultarlo unas ciento cincuenta veces al día. Me chifla que alguien se acuerde de mí. Cuando hay un mensaje cariñoso o elogioso hay una niña dentro de mí que se pone a saltar y a girar y a dar volteretas laterales...
5. Adoro la lluvia. Cuando llueve me pongo de buen humor. Abro la ventana y aspiro. Recuerdo a mi madre cantando cuando llovía. Y recientemente he descubierto un doble placer: tarde de fútbol con lluvia. Las gotas brillantes bajo los focos, los paraguas abiertos, el balón impredecible y el verde del campo...
Gracias por hacerme recordar, Enrique.
10 comentarios:
Te ha quedado precioso Ana. Yo para el correo soy igual que tú.
Un beso, Miriam G.
que cabrona eres, no?
como lo haces para llegar al corazón, tocarlo, acariciarlo y luego... hostión.
y te pones a hablar de tu nombre, que si Ani, Annie, Anamari, Ana nada más... como si estuvieras aquí, junto a mi, leyendo en voz alta lo que alguien a puesto en su blog.
O las tardes de fútbol, o el correo electrónico...
esto es alucinante.
creo q quiero seguir leyéndote mucho más.
pufff !!!
Lo de tu madre da que pensar- positivamente- mucho. Nuestra sociedad es experta en ocultar y minimizar. Me parece admirable que lo cuentes.
Llego a tu blog a través de un comentario tuyo en un blog que ya no recuerdo, y lo primero que me encuentro es esta entrada que en cinco puntos anuncia muchas cosas. Una breve presentación que invita a profundizar debajo de la epidermis. Así que si sientes un cosquilleo, soy yo indagando poco a poco en el punto 6, y en el 7, y en el...
La lluvia y los perros.
Lo de lluvia es más habitual, sabía que no éramos muchos, pero sí unos cuantos al fin y al cabo.
Pero lo de los perros y los bebés, exáctamente como tu lo describes, creí que poseía la exclusividad.
Siempre se agradece una conexión más al mundo.
Gracias.
Gracias a ti, Ana, por estas cinco pinceladas deliciosas. Me encantan, duras y tiernas a un tiempo. Recuerdo que alguien que escribía su biografía, decía tal y cual, he viajado, he trabajado, he escrito, etc, etc, etc. Terminaba diciendo: "más importante ha sido ver morir a mi padre". Me pareció un lujazo. Como tu meme. Un abrazo, Ana.
Gracias, Miriam, Marcus, Francisco, Enrique, Mariano, Alfman.
Coincido plenamente con quien fuera que escribió esa autobiografía que mencionas, Enrique. Dar a luz a mi hija y ver morir a mi madre han sido los dos momentos de mi vida que más cerca he estado del otro lado, acariciando el misterio... En el primer caso, eso sí, aturdida por el dolor físico y el cansancio; en el segundo, más lúcida y con un dolor que quedaba acunado por el agrdecimiento y la emoción. Coincido contigo, Francisco, en que nos estamos robando algo muy importante, que nos daría otra perspectiva y otra profundidad.
Lo de la lluvia es más conocido porque no lo disimulo, aunque me miren raro. Lo de los bebés y los perros es la primera vez que lo cuento !y resulta que me encuentro un cómplice!
Mariano, bienvenido. Ya dije que soy una pudorosa contradictoria, así que encantada de tenerte por aquí indagando...
Marcus, !qué ímpetu! !Me encanta!Lo que no termino de ver es el hostión, pero si tú lo dices...
Y para Miriam, un abrazo y mi complicidad de madre a madre, que en mi entorno, tristemente, me falta.
lo del hostión me refiero a lo que cuentas de tu madre. un hostión de sentimientos. una experiencia que me ha llegado y me ha encantado leer y, sobre todo, me encanta que lo compartas.
mua
Todo lo que dices es abrirnos un poco más tu corazón...qué hace que las personas ante un ordenador seamos tan sinceras?..sera la hermosura de la amistad sin necesidad o el mero hecho de la libertad de hablar cuando lo necesitas?...en fin todos acabamos ligados por vinculos extraños y cuando te acostumbras a leer a alguien hay un poco de tu vida con esa persona...besos.
Precioso. Habrá que darle las gracias al señor Enrique porque así, te hemos conocido un poquito más.
Muchos detalles que atrapan, varias sonrisas mientras te leo y te imagino.
Me he quedado con las ganas de enviarte un mail, pero no ví la dirección, así que te mando un abrazo y rescato de lo leído algo que del punto3 contigo comparto:
"un segundo de honestidad y pasar de largo, cada uno a lo suyo"
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