Le pido a mi amigo Arturo Dobao que me mande algunos de sus poemas. Arturo es uno de esos amigos a los que veo poco, pero cuando nos vemos siempre parece que retomamos una conversación, o una broma, o una reflexión que abandonamos meses antes y que nos ha seguido acompañando por separado. Entonces, la complicidad nos coge por los hombros y se instala entre nosotros, y el tiempo en que jugamos nuestra partida se pone otra vez en marcha.
Arturo me manda este poema:
Uno, aquí y ahora, no es más que el sujeto del predicado.
Yo le contesto con un verso más terrenal e igualmente gramatical:
Mi cuerpo es el verbo que tus labios conjugan.
Y a este otro poema suyo:
Vida que hay en mí,
dónde me llevas
viviendo con la misma exaltación
del poeta que también pertenece.
Hacia qué lugar
cristalino y afilado
como el vértigo.
Hacia qué lugar
en el que se abren los sentidos
y el baile de las hojas de los chopos
se presenta como una fiesta de agua,
hasta soñar burbujas.
Hacia qué lugar
de dicha y de dolor.
yo le contesto con un verso del poeta Moshe Benarroch que para mí resume esta búsqueda loca, a veces desesperada y desenfocada, de nosotros mismos:
El viaje más largo es llegar al sitio donde estás
3 comentarios:
O recordar siempre de donde vienes para no sentir nunca el vacio de la ausencia y la distancia...un saludo
El vacío no se puede evitar; hay que agarrarse a él.
Si ves a Arturo, por favor, envíale saludos de mi parte. Debe hacer casi 15 años que no le veo.
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