45.
Por una vez quiero la brillante pátina,
la suave superficie infranqueable,
el seguro espejo.
Libérame de la levedad del cielo
y la densidad de los fondos.
Por una vez, los ojos cerrados a las luces extrañas,
los oídos ajenos a las llamadas de los pequeños animales
que viven en manadas bajo lápidas rosas.
Hoy no bastaría el aroma que llega erizando la piel del mar,
la promesa gastada que se dio la vuelta
para traer el rumor de otras selvas.
Bastaría solamente la certeza del límite,
el perfil exacto,
la línea recogida de los acantilados.
ANA PÉREZ CAÑAMARES -A LOS 20 AÑOS
2 comentarios:
Buenísimo, Ana. Bellas imágenes.
Esa necesidad de tener algo. Al menos, creerlo.
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