(Foto: Río Cam, que pasaba por delante de mi casa en Cambridge).
34.
Tengo un jardín despeinado
sobre el que llueve solemne y discreto.
Las casas no tienen cara de sorpresa;
y yo me paseo entre ellas
con las raíces colgando, esperando
una cita, una señal, una orden.
Pero sólo lluvia y casas,
y un río que pasa ante mí
torciéndose en irónica mueca.
ANA PÉREZ CAÑAMARES (A LOS 20 AÑOS)
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