Partido en dos
Tu avidez de calma y tu ansia de movimiento, inquietud,
cantan un dúo hostil a lo largo de una vida de altibajos.
¿Cuál es la razón de vivir? Ninguna y sin embargo todas.
¿Cuál es la razón de morir? Lo mismo.
Estos ojos desgraciados vieron más de lo que podían arreglar,
estos ojos felices vieron con una confianza heredada
las cosas rectas y redondas, los árboles con raíces y copas.
Fluir y volar y arrastrarse, un descalabro felizmente mezclado.
HARRY MARTINSON, Entre luz y oscuridad, Nórdica Libros. Traducción de Francisco J. Uriz
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