33.
Te vuelves niño. Antes de irte
coge fuerte mi mano:
atravesar el umbral,
volver a temer a gigantes
finalmente buenos,
a girar en los atardeceres de espigas,
como marionetas con miedo a parar.
Ver algo por segunda vez
-aprender el placer de recordar.
Creer en las sumas ciegas
y olvidar los nombres de los colores
-reconocer los colores por su color.
Dame la mano. Hay que volver
a los mapas inventados,
a las sábanas sin fin,
a las casas improvisadas.
Vuelvo a los países de mis sueños.
Y luego la avaricia se cuela por los intersticios
y lo tiñe todo con su polvo amarillo
robado a las mariposas.
ANA PÉREZ CAÑAMARES (A LOS 20 AÑOS)
1 comentario:
muy bueno. especialmente el título, qué verdad. un saludo!
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