El blog de Ana Pérez Cañamares - poeta

sábado, abril 02, 2011

Mis poemas en blogs

En el blog Barcelona/Sidney/Nueva York, se hacen eco del poema que apareció en las ediciones impresa y digital de El Cultural de El Mundo: Sé que son las nueve... Jorge Heras/Baptiste bleu cuelga en su blog un poema de Alfabeto: Si un día me oyes. Gsús Bonilla reproduce Capitalismo en el blog que lleva su nombre. ZuMo de PoEsÍa publica Generaciones, de La alambrada. Gracias a los blogs que publicaron mi poema inédito Varsovia: el de Víktor Gómez, el de Sopa de poetes y el de Ángel Muñoz, Desde las lindes del sur. Emma Gunst publica en su blog Sospechosa, un poema de Alfabeto. Sergio S. Taboada, en Callejón Expresión, sube dos poemas que fueron duros de escribir pero gratificantes por su acogida: Capitalismo y Varsovia. Ana Aneiros inaugura blog: Análisis de viabilidad neurótica. Y lo estrena con un texto a propósito de mi poema El contrato, que no me resisto a copiar aquí: La primera vez que escuché este poema, pude oír perfectamente cómo se me abría otra herida en el pecho. Desde entonces, cada vez que lo escucho y cada vez que lo leo, noto el hilillo de sangre que se me escurre por entre las costillas, recorriendo las cárcavas de otras cicatrices, unas más recientes, otras tan antiguas como la piel que horadan. Y no escarmiento. Tal vez porque hay gente que nacemos así, con vocación de tinta en la sangre y piel de papel, saltadores a tumba abierta, ¿para qué cuidarse? ¿Para qué mirar si hay agua en la piscina? Y cuando tienes la piel tan curtida, tantos costurones, los ojos encallecidos de llorar, la espalda doblada de tanto peso, te dices que ya no importa, que no hay en este mundo un sufrimiento que no hayas probado y los has sobrevivido a todos, pero te olvidas de que siempre cabe otra herida, otro corte, otro desgarrón. Y así vas dejando a tu paso un rastro de sangre que alimenta al mundo. Y mientras tú te mueres, sólo te queda el consuelo de mirar atrás y ver que todas las flores, las ortigas, los árboles y hasta las piedras y las farolas que hay allí han salido de ti, que si tú no te hubieras derrochado a manos llenas, el mundo a tu espalda no sería más que un inmenso erial, un desierto de hielo. ANA ANEIROS (Muchísimas gracias por este bello y sentido texto)

1 comentario:

EG dijo...

los leo y los releo y siempre sé porqué me gustan!!! un abrazo Ana!!!