El blog de Ana Pérez Cañamares - poeta

martes, febrero 15, 2011

Canción de la niñez, de Peter Handke

(Fotograma de El cielo sobre Berlín, de Wim Wenders.)


Cuando el niño era niño andaba con los brazos colgando,
quería que el arroyo fuera un río,
que el río fuera un torrente, y que este charco fuera el mar.
Cuando el niño era niño no sabía que era niño,
para él todo estaba animado,
y todas las almas eran una.

Cuando el niño era niño no tenía opinión sobre nada,
no tenía ninguna costumbre,
se sentaba en cuclillas,
tenía un remolino en el cabello,
y no ponía caras cuando lo fotografiaban.

Cuando el niño era niño era el tiempo de preguntas como:
¿Por qué yo soy yo y por qué no tú?
¿Por qué estoy aquí y por qué no allí?
¿Cuando empezó el tiempo y dónde termina el espacio?
¿Acaso la vida bajo el sol no es sólo un sueño?
Lo que veo y oigo y huelo,
¿no es sólo la apariencia de un mundo ante el mundo?
¿Existe de verdad el mal y gente que realmente son malos?
¿Cómo puede ser que yo, el que soy,
no fuera antes de devenir,
y que un día yo, el que yo soy,
no seré más ese que soy?.

Cuando el niño era niño le costaba tragar las espinacas,
los chicharos, el arroz con leche y la coliflor al vapor,
y ahora come todo, no solo por necesidad.
Cuando el niño era niño alguna vez despertó en una cama extraña,
y ahora, lo hace seguido.
Muchas personas le parecían bellas,
y ahora, solo en ocasiones de suerte.
]Se imaginaba claramente un paraíso,
y ahora, cuando mucho, lo adivina.
No podía pensar una nada,
y hoy, se estremece ante ella.
Cuando el niño era niño jugaba entusiasmado,
y ahora se concentra como antes
solo cuando se trata de su trabajo.

Cuando el niño era niño las manzanas y el pan le bastaban de alimento,
y todavía es así.
Cuando el niño era niño las moran le caían en la mano, como sólo caen las moras,
y aun es asi todavía;
las nueces frescas le ponían áspera la lengua,
y ahora todavía;
encima de cada montaña tenía el anhelo de una montaña más alta,
y en cada ciudad el anhelo de una ciudad aún más grande…
y siempre es así todavía.
En la copa del árbol tiraba de las cerezas
con igual deleite como hoy todavía;
se asustaba de los extraños…
como todavía se asusta;
esperaba las primeras nieves…
y todavía las espera.
Cuando el niño era niño
lanzó un palo como una lanza contra el árbol…
Y hoy vibra ahí todavía.

PETER HANDKE
(He encontrado el poema en internet, pero no he podido hallar el nombre del traductor. Mis disculpas.)

1 comentario:

J. dijo...

Y la película... Es ENORME. Ese inicio que tiene, precisamente por este poema, es inolvidable.