DE LA MIRADA DE LEOPOLDO MARÍA PANERO
Panero se bebe la sangre de todos sus admiradores
entre muecas desdentadas.
Extingue un cigarro,
otro,
otro más,
apagándolos en los ojos de los blandos ¿poetas?
que sólo leen a Bécquer.
Desde las rejas de su manicomio,
a salvo de la CIA que lo persigue,
contempla hastiado
a los adictos al BigMac,
a los borrachos de pedantería,
a los enloquecidos por María Patiño.
Sí:
somos nosotros
los que estamos en la cárcel.
JAVIER GATO, Diario de un gato nocturno, El Cangrejo Pistolero, Sevilla, 2010.
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