Los asiduos de este blog ya conocerán estos dos poemas. Pero no puedo evitar hoy repetir el homenaje. Lo encabezo con una foto de Tolstoi, que también murió un 20-N, y que seguro que se hubiera llevado bien con mis padres.
VEINTE DE NOVIEMBRE
Te fuiste a morir en la misma fecha
que aquel que te había jodido la vida;
nada personal por su parte:
te la jodió a ti como a tantos otros.
En el momento me pareció una coincidencia
con más mala leche que otra cosa:
una ironía fúnebre,
una carcajada de la calavera.
Pero luego pensé que tú reirías la última,
que noviembre sería el mes de las madres
que guardan la ternura y la dignidad
en un cofre rodeado de pinos y regatos;
no el mes de los que se van entre tubos,
ajenos a la muerte como estuvieron ajenos a la vida,
y que yacen incorruptos admirando
la solidez del mármol.
Una última cosa, madre:
sé por ti que hay ideas que atentan contra el corazón.
Dicho de otro modo:
tener corazón no permite tener ciertas ideas.
Y ninguna otra vida
ninguna otra muerte
me convencerá de lo contrario.
(De La Alambrada de mi boca)
MI PADRE SE LLAMABA DANIEL
Lo primero que pensé fue:
se ha muerto solo
(acompañar en la muerte
es el mejor bálsamo
para la culpa)
Lo segundo que pensé:
no me ha devuelto
mi última llamada
(nunca nos planteamos
que el deseo de independencia
también puede ser hereditario)
Lo tercero: ya no tengo padres
(y al mirar atrás descubrí
que hace ya mucho tiempo
que ninguna mano
sujeta la bici que monto)
Ahora no puedo dejar de pensar:
padre, yo no estoy muerta
pero también me pierdo muchas cosas.
Ya no estoy enfadada contigo.
Cada vez que te pienso
es domingo por la mañana.
Me llevas sobre los hombros
y yo sé que vas a invitarme
a un batido de chocolate
en el bar de la barra de zinc.
Después tu mano grande se abrirá
frente a mis ojos, y me mostrará el tesoro:
una chapa de mirinda y otra de pepsi.
Cuarenta años para descubrir
que allí estaba todo ya dicho.
(De Alfabeto de Cicatrices)
VEINTE DE NOVIEMBRE
Te fuiste a morir en la misma fecha
que aquel que te había jodido la vida;
nada personal por su parte:
te la jodió a ti como a tantos otros.
En el momento me pareció una coincidencia
con más mala leche que otra cosa:
una ironía fúnebre,
una carcajada de la calavera.
Pero luego pensé que tú reirías la última,
que noviembre sería el mes de las madres
que guardan la ternura y la dignidad
en un cofre rodeado de pinos y regatos;
no el mes de los que se van entre tubos,
ajenos a la muerte como estuvieron ajenos a la vida,
y que yacen incorruptos admirando
la solidez del mármol.
Una última cosa, madre:
sé por ti que hay ideas que atentan contra el corazón.
Dicho de otro modo:
tener corazón no permite tener ciertas ideas.
Y ninguna otra vida
ninguna otra muerte
me convencerá de lo contrario.
(De La Alambrada de mi boca)
MI PADRE SE LLAMABA DANIEL
Lo primero que pensé fue:
se ha muerto solo
(acompañar en la muerte
es el mejor bálsamo
para la culpa)
Lo segundo que pensé:
no me ha devuelto
mi última llamada
(nunca nos planteamos
que el deseo de independencia
también puede ser hereditario)
Lo tercero: ya no tengo padres
(y al mirar atrás descubrí
que hace ya mucho tiempo
que ninguna mano
sujeta la bici que monto)
Ahora no puedo dejar de pensar:
padre, yo no estoy muerta
pero también me pierdo muchas cosas.
Ya no estoy enfadada contigo.
Cada vez que te pienso
es domingo por la mañana.
Me llevas sobre los hombros
y yo sé que vas a invitarme
a un batido de chocolate
en el bar de la barra de zinc.
Después tu mano grande se abrirá
frente a mis ojos, y me mostrará el tesoro:
una chapa de mirinda y otra de pepsi.
Cuarenta años para descubrir
que allí estaba todo ya dicho.
(De Alfabeto de Cicatrices)
6 comentarios:
Buenos poemas Ana, buenos.
Un saludo
Ho te mereces por lo menos dos abeazos Ana, de los grandes y cercanos.
Qué dos poemas...
Me pasa muy pocas veces. Que lea y me sumerga en un sentimiento escrito por otra persona y que refleje algo tan mio que me araña dentro del alma por quererse plasmar en un escrito.
Hoy me ha pasado contigo.
Bucear en las emociones es tan difícil! Sin embargo, tus poemas bucean en lo más profundo.
Plas, plas, plas, Ana,
Y Kisses,
Marta
PD: Es la tercera vez que dejo comentario. Please, que se quede, porfa.
los padres, !ay!, los padres, tengo muchos, aunque mi sonrisa solo es herencia de uno
Muchas gracias!
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