Un gran poema deberá nacer de la suma de todos tus poemas, registrando más que la superficie de la realidad, más que “aquello que pasa por la ventana”.
Halla la realidad más allá de sí misma, si existe tal cosa.
Tu lenguaje debe cantar, con o sin rima, para justificar que éste sea en la tipografía de la poesía.
Tienes que hacer algo más que poesía de “la palabra hablada”, haz poesía de la “palabra cantada”.
Apoya tu voz en un instrumento musical o otros sonidos y deja que tus poemas florezcan en canto.
Escucha a los cantantes folklóricos del pasado y del presente que son los verdaderos poetas del canto.
Lee entre las líneas del discurso humano.
Haz que tu mente aprenda a recorrer el camino alrededor de tu corazón.
Tu vida es tu poesía. Si no tienes corazón escribirás poemas sin garra.
Elude lo provinciano, busca lo universal.
No talles piedras. Sumérgete en el mar buscando la poesía, cada poema un pez con vida.
Di lo indecible, haz visible lo invisible.
Piensa subjetivamente, escribe objetivamente.
Persigue la literalidad de la imaginación. Lo concreto es lo más poético.
Imagina largos pensamientos en breves oraciones.
Si aspiras a ser un poeta no pienses que los subterfugios del pensamiento son poesía.
Tres líneas cualesquiera no hacen un haikú. Se necesita una epifanía para que se produzca.
Luego de una lectura de poemas no te sometas a una sesión de preguntas y respuestas. La poesía excita las mentes. Las preguntas y respuestas rebajan la poesía a prosa. ¿Acaso le preguntan a un cantante folk que explique sus canciones?
Como un campo de girasoles, el poema no debe ser explicado.
Si un poema debe ser explicado, esto es el fracaso de la comunicación.
Un poeta no debe discutir el arte de la poesía o el proceso creativo. Es más que un secreto del oficio, mistificándose en sus misterios.
Lo que diga un poeta acerca de su trabajo es una defensa que no debería llevar a cabo.
LAWRENCE FERLINGHETTI (Continuará...)
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