Puedes sentarte aquí. Aquí justo a mi lado
pero dejando libre un espacio de aire
y de muchos silencios para que pueda oírme.
No soy esa chiquilla de nuestro primer beso,
ésa que distinguía
entre miles de ruidos el canto de tu voz.
La edad y la sordera han hecho de las suyas
han dibujado a cientos registros diferentes
y ha quedado tu voz algo difuminada.
Tengo que hacer titánicos esfuerzos,
actos de fe brutales, nostálgicos esfuerzos
para reconocerte.
Y me pillas cansada.
BLETISA
(Tomado de su blog Sin escrúpulos innecesarios. Gracias)
1 comentario:
Súper Amaparo y esa paradójica alternacia suya entre el cinismo y la ternura.
Un beso para cada una.
Publicar un comentario