La tarde siguiente a la noche que subimos a la sierra a cazar estrellas
cayó una tormenta de rayos y truenos en medio de agosto,
y gracias a ella se limpió el patio y el corazón de nuestro amigo,
de nuestro amor, de nuestra casa.
La noche anterior a la tarde que cayó la tormenta de verano
vimos varias perseidas tirarse sobre las montañas,
fumamos marihuana todos juntos al filo del barranco,
y pasamos frío -hacía mucho frío-,
y gracias a él nos arrejuntamos, nos refugiamos unos en otros,
y se congeló el corazón del enemigo.
LLUÍS PONS MORA
1 comentario:
joer ana, este lluis escribe de la leche. que pena lo del otro día, por cierto contesté tu comentario en mi blog, ofreciéndome para ti y para manu, bueno, mejor es que lo leas tu, un abrazo tía y que ganas tengo de veros, de verdad.
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