El blog de Ana Pérez Cañamares - poeta

viernes, octubre 23, 2009

Hablando de leyendas: poemas para España, o los aliados de la luz


Elijo muy bien los libros que leo; como mi tiempo es escaso, suelo planear con cuidado mis lecturas, reflexionar qué me conviene, qué me apetece leer en cada ocasión (aunque a veces me deje sorprender; tampoco quiero sonar prusiana). Por eso, casi todos los libros que pasan por mis manos me satisfacen de una manera o de otras: son libros interesantes, provocadores, emocionantes, etc, etc. Pero sólo de vez en cuando se produce el milagro. Abro un libro y después de unos poemas me digo: este libro es necesario. Este libro es imprescindible. Si este libro no se lee todas las semanas en ateneos, colegios, bares, yo qué sé, hasta en reuniones de vecinos, si este libro no está en todos los suplementos culturales, es que mis pensamientos más pesimistas sobre este mundo son ciertos. Bueno, pues eso me ha pasado con este libro: Hablando de leyendas. Poemas para España. Poemas escritos por brigadistas internacionales de las Islas Británicas que participaron en la Guerra Civil Española. Este libro me ha quemado en las manos, en el corazón y en los ojos.

No me resisto a honrar el nombre de todos los poetas que intervienen en este libro maravillosamente editado por Baile del Sol, en edición de Jim Jump, Antonio Díez y David González (gracias a los tres por el cuidado y el amor que se nota le han puesto):


- Valentine Ackland

- Clive Branson

- Norman Brookfield

- Fran Brooks

- Ralph Cantor

- Christopher Caudwell

- Bob Cooney

- John Cornford

- Charles Donelly

- John Dunlop

- Eric Edney

- Bill Feeley

- George Green

- Bill Harrington

- Jim Haughey

- Tony Hyndman

- James R Jump

- Laurie Lee

- John Lepper

- Alex McDade

- Tony McLean

- David Marshall

- David Martin

- Ewart Milne

- Joe Monks

- Bert Neville

- Thomas O´Brien

- Pat O´Reilly

- Aileen Palmer

- Hugh Sloan

- Miles Tomalin

- Sylvia Towsned Warner

- Lorenzo Varela

- Tom Wintringham


A todos ellos, las gracias, unas gracias que no escucharán, puesto que todos han muerto, pero que no pueden dejar de pronunciarse para recordar por qué murieron, para que el recuerdo y el homenaje nos hagan mejores personas a los que todavía estamos aquí, para tener muy presente contra qué luchaban, y que ellos fueron y son aliados de la luz.


GRAÑÉN


Demasiada gente está enamorada de la muerte
y él camina con pasos orgullosos, nunca duerme solo;
consideradle vecino y enemigo, a la vez
odioso y cotidiano, mejor se le esquiva cuanto
mejor se le conoce.

!Llanto, llanto, llanto! dicen las balas de la ametralladora, dejando
un rastro como de picotazos de mosquito cerca;
agarra firme la linterna, que ilumina la negra, la desgarrada carne,
y la penetrante sonda; carga la camilla, espera,
se secan los ojos.

Nuestros enemigos pueden alabar la muerte y adorar la muerte;
para nosotros la resistencia, el sol; y ahora en esta noche
la linterna eléctrica, débil, menguante, pero cercana,
sigue a los dedos del cirujano; somos aliados de
esta luz.

TOM WINTRINGHAM

7 comentarios:

Ángel Muñoz dijo...

es una buenísima elección ana, échale un ojo con pausa al poema de cigarrillo compartido, es mi favorito.

un abrazo.

Antonio Díez dijo...

Muchas gracias Ana, me alegra muchísimo que te haya gustado el libro, yo también me he emocionado con tu comentario, que lo sepas...
un abrazo!
antonio díez

Anónimo dijo...

Cuando leía el poema de Grañen, he sentido como la luz de esa débil linterna, buscaba con desesperación el hueco ensangrentado, la puerta por donde la muerte penetra, para cerrarlo con la luz de la esperanza en la vida.
Gracias Ana, por compartirte.
Saludos Anaisay

Anónimo dijo...

Cuando leía el poema de Grañen, he sentido como la luz de esa débil linterna, buscaba con desesperación el hueco ensangrentado, la puerta por donde la muerte penetra, para cerrarlo con la luz de la esperanza en la vida.
Gracias Ana, por compartirte.
Saludos Anaisay

Anónimo dijo...

Solo por tu post, por tus sentidas palabras, Ana, querida amiga, ya ha merecido la pena el tiempo y el esfuerzo y la ilusión que tanto Antonio como Jim como yo y como la editorial hemos puesto en este libro. Y te diré algo: esa gente no ha muerto en vano, no mientras a algunos, entre ellos tú, nos queden sentimientos y memoria. Y te juro: prefiero, cuando me llegue la hora, que me entierren en una fosa común junto a ellos a que lo hagan en un panteón o en casa Dios. Porque, en lo que a mí respecta, ellos no solo son leyendas, son dioses, de carne y hueso. En fin, Ana, tu post me ha emocionado de la hostia. Gracias.

Naveganterojo dijo...

"Aliados de la luz", preciosas palabras para estos seres que fueron algo mas que simples mortales. fueron la esperanza de un pueblo, la ilusion de una libertad que aun se podia alcanzar, la unidad de miles de almas con un mismo pensamiento:republica antes que dictadura.
Sus/nuestros enemigos adoraban y cantaban a la muerte, ellos....hicieron el mas excelso canto a la vida y la esperanza.
Jamas podremos pagar lo que ellos dieron a nuestro pueblo.
Salud y felicidad

Ana Pérez Cañamares dijo...

Os voy a confesar algo: estos poemas han conseguido que cuando en ellos se nombra a "España", yo la sienta mía, han logrado contagiarme su emoción y comprender -aunque de su generosidad estemos lejos- su pasión por esta tierra; y me da rabia por el tiempo en que hasta esta palabra, hasta el nombre de nuestro país, nos ha sido arrebatado.
Y una última cosa: no está de más recordar, en estos tiempo en que los que nos robaron la palabra "España" también nos quieren arrebatar la palabra "vida", no está de más recordar quiénes de verdad estuvieron y están de parte de la vida, quienes fueron y son los aliados de la luz.
Gracias por vuestros comentarios, que también me han emocionado.