Cocktail Bukowski
Aquel día
había vestido mi cuerpo
sin el alma,
había vestido mi cuerpo
sin la alegría,
me lavé los dientes
y olvidé la sonrisa en el lavabo,
me lavé las manos
y dejé mi tacto en la toalla;
en ese día
después del trabajo me fui a dormir,
acosté mi cuerpo
y volví a encontrar el alma.
Al día siguiente
me vestí el alma
y dejé olvidado medio cuerpo
y la memoria en el secador del pelo...
Y algo inolvidable que no recuerdo sucedió:
Porque hoy tengo el alma mutilada
y ni siquiera tengo el cuerpo.
TIAGO NENÉ
(Traducción: Abel Asvir)
Aquel día
había vestido mi cuerpo
sin el alma,
había vestido mi cuerpo
sin la alegría,
me lavé los dientes
y olvidé la sonrisa en el lavabo,
me lavé las manos
y dejé mi tacto en la toalla;
en ese día
después del trabajo me fui a dormir,
acosté mi cuerpo
y volví a encontrar el alma.
Al día siguiente
me vestí el alma
y dejé olvidado medio cuerpo
y la memoria en el secador del pelo...
Y algo inolvidable que no recuerdo sucedió:
Porque hoy tengo el alma mutilada
y ni siquiera tengo el cuerpo.
TIAGO NENÉ
(Traducción: Abel Asvir)
2 comentarios:
Ay Dios, para leer a Bukowsky, prefiero leer a Marcial (lo digo con todo respeto): El poema de Nené es casi tan malo como los míos. Pero es guapo el chico la verdad. No podemos ser perfectas. Me gusta más como escribes tú. Pero hablemos del viejo B: tiene esa cosa que nos hace decir, hey chicas, escribamos todas así. Porque para ser tan viejo, feo, arrugado, y poeta mediocre, el viejo Hank es el botox poético español. Escribe como él, y serás joven y transgresor. Ay Ana, me rayé. No lo digo por ti, sino que se me vino la reflexión, y puedo estar perfecta o imperfectamente equivocada. Besos angelicales.
Gemma, Gemma!!! Gracias a Zeus y a todos los benditos dioses del Olimpo, por fin algo de sentido común en este mediocre burdel al que cada noche aisten los más desconsolados epígonas del siempre bienhallado, (por una pura cuestión alcohólica) nuestro favorito obeso con ínfulas de dictador.
Coño, joder, hostias, ya era hora de que alguien tuviese el valor y la sana razón de decirlo públicamente.
A usted señorita Ana, que no tengo la fortuna de haber conocido antes, en primer lugar pedirle disculpas por mi lengüaje tan impetuoso y soez por momentos, pero no he podido contenerme, y en segundo, me gustaría una vez entrados en harina aprovechar para enviarle un cordial saludo a su buen amigo Nené, sin duda una gran persona y mejor persona, vaya quede dicho, una gran persona, pero por favor no nos castigue más con la verborrea pueril de este sujeto que parece haber perdido las llaves y el sentido del decoro y el buen gusto en el camino, se lo pide un humilde seguidor de su blog, se entiende que al final todos nos vemos irremediablemente sujetos al fastidioso gobierno de las leyes que dictan la oferta y la demanda o tal vez no, es una cuestión al fin de lealtad, la cuestión es tomar la elección sobre qué determina nuestra lealtad...
Saludos
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