El blog de Ana Pérez Cañamares - poeta

jueves, noviembre 20, 2008

Un poema de Aurelio González Ovies

Usted seguro que ha sentido vergüenza alguna vez
al decir que en su cuarto había una gotera
o que su pobre madre le hacía el bocadillo
siempre de natas con azúcar
- son cosas de la vida-.
Confieso que en mi casa el olor a humedad
era casi entrañable
y todos los domingos se comían garbanzos,
salvo en alguna fecha señalada.
Que lloré muchas veces por no querer llevar
los jerseys con coderas
o no tener un lápiz con enanito arriba.
Confieso que la ropa nos la daban los primos
que ahora son albañiles
y que nuestra familia se rompió por la herencia
de unos metros cuadrados de baldosas con taras
-son cosas de la vida-.
Que, a escondidas de todos y hasta los siete años,
tuve el chupete debajo de la almohada.
Confieso que los míos son personas sencillas:
usted sospecha que hablo de un padre que no sabe
lavarse bien los dientes,
de una mujer que escribe con mala ortografía,
de unos hermanos fieles como la misma sangre
y una casa que huele, cada vez que entro en ella,
a las húmedas manos de la melancolía.
Confieso que he nacido donde hubiera elegido
por encima de todo
cada vez que naciera.

AURELIO GONZÁLEZ OVIES

3 comentarios:

Pepe Ramos dijo...

¡Qué bueno, Ana! Seguiré a este tío.
Muchas gracias.

María Socorro Luis dijo...

Muy entrañable.

Gracias y besos

María Socorro Luis dijo...

Muy entrañable.

Gracias y besos