Una vez más, me toca a mí darle las gracias a Víktor Gómez, por colgar en su blog un texto de David González y otro mío que, por mi parte al menos, se trata de una tentativa de poética (ahora que lo pienso, qué otra cosa puede ser una poética, sino una tentativa de explicar lo que ha de explicarse por sí solo). Y gracias también por las palabras que nos dedica Víktor, como siempre en él, generosas y habitables. Un orgullo y un placer para mí estar en compañía de dos personas del calibre de
David y Víktor.
1 comentario:
Gracias a tí y a David, Ana, poetas de la generosidad y el conflicto, de la complicidad y el amor insurrecto en tiempos de la herida y el desdén.
Un besote, Ana.
Tu Víctor
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