Es la primera vez que recito sola, así que toda la atención, toda la responsabilidad recaerá sobre mí. Tengo confianza en los poemas del libro -aunque he decidido leer algunos que no había leído antes, para probarlos en voz alta, para no cansar a quienes ya me han escuchado, para que sea distinta la lectura también para mí. Y tengo miedo y esperanza a partes iguales en los poemas inéditos: algunos, los menos, han aparecido ya en el blog, pero otros es la primera vez que alguien va a escucharlos, y estoy deseosa de saber cómo suenan, cómo llegan. Mientras estoy en el bar de enfrente y la gente va llegando, me doy cuenta, quizá un poco tarde, de que necesito algo de recogimiento. La acumulación de saludos, abrazos, emociones, comienza a desbordarme un poco, así que voy al Bukowski, cruzo el cierre a medio echar y me encuentro con la sala vacía, sólo Carlos e Inés que recogen y limpian. Y tengo la impresión de haber llegado a una casa cuando sus dueños están de limpieza y te permiten atisbar un trocito de intimidad.
Cuando me siento para leer, la luz me impide ver los rostros, pero escucho su silencio, y los intuyo. Es como asistir a un flashback de tu vida, pasado y presente juntos y mezclados: Manuel, viejos amigos, de mi grupo de terapia, de la tertulia literaria, del trabajo, amigos de amigos, gente con la que me escribo y a la que acabo de poner voz y cara, poetas compañeros y todos los que no han podido venir y me han enviado sus buenos deseos. La voz no me tiembla, quizá me ayuda apoyarme en la cerveza y en el cigarro. Pero de todas formas noto que me voy calentando poco a poco y que la excitación, los nervios, se van transformando en energía. Defiendo mejor los poemas nuevos, quizás porque los siento más indefensos - o porque su rabia, más explícita, se me contagia. Porque me ayuda ir sintiendo el calor, los gritos jaleándome. Y hay también una sensación de plenitud, de que son varios los caminos que he recorrido que convergen aquí.
Y a la hora de las cervezas y los abrazos, agradecimiento. A los poemas y a la gente. A las conversaciones, a las palabras. Incluso, esto es lo más extraño, a mí misma.
13 comentarios:
Hola primi!
cuanto más te leo, más me quedo sin palabras, y más me toca tu lectura. Parece mentira, que una persona, que no tiene que ver nada con "la poesía", (eso no quiere decir que no lea, todo al contrario, me gusta muchisimo leer, y uno de los mayores "enemigos" que tengo, son las tiendas de libros, porque siempre me dejan sin dinero!! Gracias a Dios han inventado internet.....), cada vez que te leo, te quiero "gritar", qué cómo es posible, que una persona pueda expresar tan bien las cosas que yo pienso??!!
Un beso enorme, y sigue así!
Carmen
qué bueno, ana, poder vivir momentos así! te felicito por tu libro, por su presentación, y por la intensidad de cada una de tus palabras.
que sigan circulando, y que crezcan bien fuertes.
un abrazo
Ana:
Creo que te estoy viendo, cómo sin otra armadura que tu naturalidad desarmaste a los auditores atentos, a los espectantes compas y anónimos audilectores.
Buena poesía en un vaso suficiente: bello y real.
No deja de ser sorprendente que tan inteligente y singular decir fluya desenmascarado, feliz, corajudo, humilde y combatiente, defensor de lo impropio y propio que es la poesía nuestra y su otredad a la que nos emparentamos y abrimos.
La perfección es la común y fluida sintonía del verso, el temblor, la ceguera, la voz y la respiración, el pulso, el aire común, la magia que une todo, la mezcla.
Un beset,
Viktor
pero
esque eres muy grande, ana, pero que mucho;
pero eso yo ya lo sabía.
disfrutamos mucho.
enhorabuena por tus letras, por el recital, por ser como eres por todo
gracias.
¡Estuve a punto de ir!, ¡más no!. Pero sigo teniendo la impresión de que esa cervecita está cercana.
un abrazo gordisimo Ana, ¡que rica tu compañia este año!. Pasa unos estupendos días.
Querida (de algún modo) hermana:
Joder, ya van dos veces que nos cruzamos, que llego tarde, que no es posible que llegue a una lectura tuya... pero no siempre será así. Mientras tanto, nos vemos en los libros y las páginas. Y gracias a ti. Y besos.
Lluís Pons Mora
vive feliz todos los momentos buenos...ya sabes que pronto podrás volver a poner flores en el jarrón...frescas del día..un beso...feliz año nuevo.
Eres un encanto.
Feliz Navidad, Ana.
Un beso desde Valencia, y tu blog me encanta, lo leo siempre y casi siempre en silencio.
Ana, aunque llego tarde, te doy la enhorabuena. Espero que el próximo año te traiga nuevas letras llenas de misterios.
Un beso
el anónimo es Olvido;-)
Un abrazo
Estimada Ana,
vuelvo a emocionarme al leerte. el poema de Mi casa es impresionante. Gracias por escribir así.
Quería pedirte un pequeño favor.
Yo estoy en Valencia y he conocido a Viktor Gómez y todas esas cosas maravillosas que él hace para la difusión de la poesía, pero ahora estoy en Madrid viendo a la familia. Así que llevo toda la semana mirando tu blog porque sé que pones muchas convocatorias de Presentaciones de Madrid a las que siempre me quedo con ganas de ir. Ahora que estoy aquí estos días me gustaría saber de algún sitio o evento para ir a ver. Supongo que no habrá mucho estas fiestas pero...
Gracias de todos modos.
Besos y abrazos
Hola Ana,
te descubro a través del Blog de mi amigo Enrique Ortiz, que te reseña con grandes elogios hoy; tras leer "Hija, si en algún momento..." me quedo boquiabierto, sobre todo por esa capacidad (como bien señala E.O.) de hacer decir cosas a los silencios y las pausas. Extraordinario, un beso fuerte y enhorabuena (y feliz año)
Andrés
ahí estás tú, ana, contra ventos y mares... aupa !!! v.
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