VINITUD
Borracho
maldecía entre dientes
a las mujeres que lo abollaron,
a la mala suerte que le acompañaba,
a los árbitros que pitaban contra el atleti,
a los camareros que lo empujaban
hacia la puerta de salida y bajaban
tras él con estrépito la persiana
dejándolo en medio de la calle
sin saber por dónde
se volvía a casa
o a la vida.
EL DESOLADO
Madrugó,
se aseó en la palangana,
hizo un poco de café,
salió mordiendo un pedazo
duro de pan
y en la plaza se sentó
junto a otros viejos
que también venían
a coger un poco de sol
y a soltar un rato
-como si fueran perros-
sus soledades.
(Mil gracias al poeta Domingo López, por hacerme llegar su poemario Suburbia, editado por la Editorial Point de Lunettes, y ganador del V Premio Internacional de Poesía Ciudad de Morón. Poemas que se disfrutan y duelen a partes iguales. A Domingo podéis leerle también en su blog La cosa que arde).
3 comentarios:
Con que limpidez lo real se impone y es poesía, bella y cruda, sensible e inteligente, a través del ojo de Domingo, entre sus manos, saliéndosele del pecho.
Un abrazote
Viktor
Sio fuera pintor, sería hiperrealista; ¿y quién dice que allí no hay belleza? --- la contradicción más cruda.
Un saludo
Este libro hay que leerlo, merece la pena y mucho, es de la mejor poesia que se esta escribiendo
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