El blog de Ana Pérez Cañamares - poeta

lunes, octubre 01, 2007

El esplendor de la metamorfosis, poema de Jorge Riechmann

Leí el otro día este poema de Jorge Riechmann, y me gustó tanto, me vi tan reflejada en algunos de sus versos (el primero fue un relámpago de revelación), desearía tanto merecerme otros, que si tuviera el dinero y la percha de Angelina Jolie sin dudarlo me lo tatuaría en la espalda.


El esplendor de la metamorfosis


Has ganado la punta de maldad que necesitan los buenos para ser auténticamente buenos.


Has ganado la pizca de obscenidad que necesitan las mujeres para ser auténticamente misericordiosas.


Has ganado la docena de escaleras, recámaras y dobles fondos que necesitan los cerebros para ser auténticamente imaginativos y precisos.


Has ganado un par de kilos, pero te sientan como a una diosa anterior a la era de las liposucciones.


El cambio, de un día a otro, es infinitesimal. Pero los días se van endeudando con semanas, las semanas imponen normas a los meses, los meses profieren rigurosas últimas advertencias contra los años, imperceptiblemente y sin claudicaciones


han pasado cuatro años y eres otra —la misma, claro, y otra—, la metamorfosis se ha cumplido.


Cuando te introduces en la cama a las seis de la mañana después de haber trabajado toda la noche y quieres hacer el amor


desearía matarte desde luego, pero deseo mucho más


aunque me halle confuso como pez arrojado a la luz desde lo más hondo del sueño submarino


hasta en tus pliegues más blancos y secretos follarte, amiga dulcísima, mientras va amaneciendo a trompicones en este barrio de cristianos bemeuves y glaciales céspedes ingleses que no hemos elegido y del que esperamos poder escapar pronto.


Has esquivado la baba de la muerte prendida a un hilo de risa y de miedo deslumbrante,


te has ganado la vida los días en que la vida era tormento y también aquellos en que era juego,


estás aquí, intacta y recreada, inconcebible e inconfundible, espejeante en la fuerza algebraica del deseo, en el exacto esplendor de la metamorfosis.


¡Pero qué guapas sois las chicas morenas con los ojos claros!


Eres

mi

mujer


y estoy tan orgulloso que tenía que escribir este mensaje para hacértelo llegar, fax mediante, el 17 de diciembre de 1994.
(Me entero después de que este poema fue escrito por Jorge Riechmann después de que su mujer pudiera con un cáncer, y me parece entonces aún más estremecedor).

2 comentarios:

Jesús Alonso dijo...

Deslumbrante. Cojonudo.

Marta Sanuy dijo...

Buenísimo