En el blog en el que David González recoge los artículos que se han ido publicando sobre su obra – El amigo de lo adverso- aparece una reseña publicada en el Diario La Nueva España y firmada por José Luis Argüelles, que me interesa mucho y me ha dado mucho qué pensar. En especial, este párrafo que transcribo:
“(…) estamos ante una poesía que se inscribe en un movimiento de más amplio alcance y con un objetivo de fondo: tratar de renovar y enriquecer desde posiciones críticas en unos casos, incluso políticamente comprometidas en otros, la poesía realista que se ha escrito en España, bajo distintos merbetes, a lo largo del último medio siglo.
Es una de las perspectivas desde las que se puede leer, creo yo, Algo que declarar, libro que, para más ejemplo de lo dicho hasta aquí, lleva el subtítulo de "Poesía de no ficción", una declaración de intenciones con la que David González quiere marcar distancias, según ha explicado en varias ocasiones, con otros autores figurativos o de línea clara, los llamados "poetas de la experiencia", sin ir más lejos.
Algunos lectores echamos de menos, sin embargo, una nota explicativa en la que se aclare una posición que tiene, a mi juicio, escasa consistencia teórica y poca relevancia literaria. Solo importa la verdad poética, es decir, la relación lingüística que produce una emoción de signo admirativo, y mucho menos si el poema es expresión de una experiencia personal o no. Conviene recordar, de vez en cuando, a Wellek y Warren y su impugnación del criterio de sinceridad: " Incluso cuando una obra de arte contiene elementos que puedan con seguridad considerarse biográficos, tales elementos quedarán dispuestos de otro modo y transformados de tal manera en la obra, que pierden todo su sentido específicamente personal, convirtiéndose simplemente en materiales humanos concretos, en elementos integrantes de una obra".
Dicho de otra manera, lo que nos interesa del último libro de David González, y por eso reseñamos hoy Algo que declarar, son sus poemas, los que consideramos más logrados, y no, estrictamente, la sustancia biográfica que los alimenta. Todo poema finge una voz (o varias), porque la poesía es, más que ningún otro género y pese a ciertos misticismos poco inteligibles del maestro Gamoneda, invención literaria.”
Para los que hayáis leído mi –humilde- obra poética publicada en este blog, supongo que será fácil adivinar que lo que me interesa especialmente es el epígrafe “poesía de no ficción” con que David complementa el título de su libro. Porque mi poesía es también –o lo intenta, al menos- “poesía de no ficción”. Si bien hasta ahora sólo intuía el por qué, o simplemente, me limitaba a aplicarlo por impulso, a raíz de este artículo –y eso es de agradecer- llevo unos días pensando cuál es el motivo que me lleva a escribir y apreciar como lectora una poesía adscrita a esta definición.
Pero quiero ir por partes: a mí como lectora sí me interesa saber si una obra que estoy leyendo –y hablo de poesía, que es lo leo desde hace un tiempo- es ficción o no. No es muy usual consignarlo, de hecho el de David es el único caso que conozco en que se hace explícito como punto de partida de la obra. Pero en otros casos se desprende de lo que se cuenta o de entrevistas o o biografías o poéticas de los autores. Y por qué me interesa es lo que llevo preguntándome un par de días.
Creo –lo lanzo como propuesta, porque seguiré pensando sobre el tema- que, para empezar, soy una de esas personas damnificadas por la ficción. Es decir, a mí, tomarme la ficción estricta como hechos reales me ha hecho daño hasta no hace demasiado. Me he creído cuentos vendidos como posibles, como reales, como factibles. Me he creído un mundo que no era, porque me lo han vendido –lo he comprado- no como fantasía, sino como realidad. Esto, por escarbar en hechos fundacionales.
Quizá más importante para mí en la actualidad es el hecho de que distingo a pies juntillas lo que me aporta entretenimiento y lo que me aporta algo distinto, más profundo aunque quizás no siempre más necesario. Porque en este mundo en que vivimos el entretenimiento es imprescindible, pero hay que distinguirlo de lo que nos da otra cosa, de lo que nos lleva más lejos. La confusión quizá venga de que nos lo venden todo junto y de que lo compramos en los mismos sitios –las librerías, la tele, el cine. Pero para mí resulta básico hacer la distinción. Yo hago otras cosas por entretenimiento, pero NO leer poesía. Para mí la poesía es un medio, una forma que me transmite un fondo a través del cual yo aprendo, amplío, enriquezco mi visión del mundo. Para mí la poesía es una referencia ética, moral, una religión para mí que no la tengo pero que la echo de menos. Y en ese sentido, me cuesta más confiar en quien me dice, implícita o explícitamente, que lo que cuenta es inventado. Uno puede tener una visión, una intuición sobre algo que no ha experimentado, pero siempre me voy a fiar más de quien me dice que eso que escribe lo ha vivido. Y cuando uno lo lee, se intuye, más allá de la confesión de que se escriba ficción o no, que eso que lee es un trozo de vida. Pienso, por ejemplo, aunque no sé nada de ella a nivel biográfico, en el poema que Szymborska escribe sobre su hermana, esa hermana que no escribe poesía pero que siempre está ahí, para escucharla. Yo sé que eso es verdad. Yo sé, independientemente de la relación con mi hermana, que ese poema tiene un cacho de verdad y que quien lo ha escrito se la ha jugado mostrándome su verdad. O cuando Olds me habla de la muerte de su padre. No siempre hace falta hablar de hechos concretos, relatar un trozo de vida “biográfica”. Porque no hay que olvidar –creo que se lo leí a Montero Glez.- que “escribir es seleccionar” (seleccionar: no siempre lo cómodo, lo bueno, lo amable, lo embellecido; seleccionar lo esencial, entiendo yo, incluyendo lo incómodo, lo malo, lo áspero, lo crítico, lo desagradable de recordar; siempre lo significativo). Eso es labor creativa –que no fantasiosa. Creo que la fantasía está muy sobrevalorada. Durante años yo pensé que no podría escribir porque no tengo imaginación. Pero una cosa es la fantasía y otra la creatividad. En este mundo sobra fantasía y falta creatividad (y así nos va). A mí con lo que me basta y me sobra es con la realidad. No necesito más. La realidad ya me aturde, me fascina, me llena, me asquea, me sorprende, me seduce y me sobrecoge. Y volviendo a Montero Glez., que lo dejé por ahí arriba colgado, seleccionar –en este mundo sobresaturado de información, de experiencias, de individualidades- ya me parece una aportación de sobras personal, una labor creativa de partida a la que luego se añade la expresión, la reelaboración, la reescritura, la selección de la palabra posterior a la selección del recuerdo o del hecho. Una verdad poética a la que la verdad vital no resta verdad ni añade mentira. Y que no entiendo por qué no puede aplicarse a la poesía cuando estamos habituados a que la narración pueda etiquetarse como de ficción o no ficción, biográfica o no biográfica, sin que nos sorprenda o escandalice, como un dato más que puede aportar algo de interés, otra perspectiva en la lectura.
Por todo esto, me interesa mucho conocer las poéticas de los poetas que leo. A veces tienes la suerte de encontrártelas –como en la antología que acabo de terminar, Poemas para cruzar el desierto-, otras se deducen. Igual que a uno le gustaría saber si un guía en un país extranjero sabe de lo que habla, maneja la lengua y la cultura de ese país, ha estado inmerso en ellas. No, más aún: igual que uno quisiera saber si la vida privada de un cura o de un político son consecuentes con lo que predican. Porque la poesía, para algunos, al menos, es otra cosa. Ya lo dice Gamoneda –y para mí no es un misticismo innecesario: “la poesía no es literatura, es arte de la memoria”, y cito, perdón por la repetición, de memoria. Me da igual si es literatura o no, porque después de estudiar la carrera de filología, después de entrar en cualquier librería, el término literatura y otras clasificaciones que dependen de ella, me dan lo mismo. Pero sí es un arte de la memoria, en eso estoy de acuerdo. Seleccionar en la memoria, por unir dos citas. Compartir. Humanizar. Cavar con las manos. Sacar a la luz tesoros y huesos. Para mí la poesía no tiene que tener “consistencia teórica”; eso lo dejo para otros. Humildemente, para mí la poesía es práctica vital, cuando la leo, cuando la escribo, cuando la pienso y la siento. Y la “relevancia literaria”, en cuanto a mí concierne, es pura efectividad a la hora de transmitir. Florituras, las justas y necesarias, y lo demás es apariencia que a mí, en este momento, me importa un bledo. Para mí un poeta, cuando le doy mi tiempo, mi confianza, mi fe, es mi guía por el cielo y por el infierno. Y entonces verdad poética es igual a verdad vital. A la experiencia personal se llega desde distintos caminos, y se muestra de diferentes maneras. En eso estamos de acuerdo. Un poeta te puede dar su conclusión o puede dejar abierta su obra a conclusiones. O puede decir: lo siento, no hay moralejas. Y que su obra me interese más o menos depende de su valentía para mostrar, para excarvar en el alma del ser humano: esa valentía literaria sólo puede apoyarse en una postura vital.
Pero que la voz fingida –seleccionada entre las varias que todos podemos tener- sea sentida, transmitida, como la verdad de un momento. Que el poeta se muestre y se la juegue, y me demuestre que el valor que le estoy dando a su voz es merecido. Y con esto no menosprecio otras actitudes, sólo quiero contar qué me interesa y en qué me la vida. Literalmente, puesto que en estos últimos meses la poesía -y unas cuantas personas- me han salvado de que una depresión me arrastrara. Y aquí es donde me he apoyado, y de esta experiencia saco estas opiniones.
Continuará.
12 comentarios:
creo que la poesía nos reserva muchos caminos, no necesariamente tiene que ser la guía de nadie, ni la vida atormentada de este o aquel poeta lo que marque lo que escribe...no me gusta este juego en que se esta dividiendo y cuarteando, la poesía puede tener tendencias y grupos que busquen algo en concreto pero al final está el de la pluma, sus sensaciones y sus emociones y a la vez todo lo que ha leido y sus ganas de hacer y expresarse...yo no puedo escribir más que como sé y hacerlo de otro modo es negarme y engañarme a mi mismo...por eso cada uno escribe siguiendo sus impulsos y el que lo lee siente o no lo que el otro ha dejado a sus ojos...por si acaso es bueno estar abierto a todo, conocer y leer para distinguir...al final yo me quedo con lo que me emociona...sea ficción o realidad pura...besos con flores.
Gracias por los besos, las flores y el comentario, Fernando.
Por supuesto que yo no estoy aquí para juzgar ni para criticar opciones, partiendo de que me falta bagaje y que además no me interesa tanto ir contra algo como comprender por qué me interesa lo que me interesa. Y de eso parte este texto, que es algo muy personal, una confesión, una reflexión en voz alta sobre por qué me parece pertinente esa identificación de "no ficción". Un beso para ti.
don fernando, jamás nunca estuve más de acuerdo
con el comentario de alguién,
copy-paste tus palabras por dónde sea.
desabrocharse la piel ante el papel
en las dos opciones de cada cual.
bien como lector, bien como creador y en algunos casos como ambos dos.
bsoles.
creo que la poesía está por encima de la ficción o la no ficción, es otra cosa...
además tampoco me preocupa demasiado si lo que se cuenta en literatura es real o no. Mientras sea verosímil puede ser real, es una cuestión de contingencia. Así que si un cuento que no sucedió pudo haber sucedido estamos en las mismas. Seguro que en la historia de la humanidad han ocurrido todas las historias que podamos imaginar.
vamos digo yo
interesante disertación
Gamoneda dice que la poesía no es literatura precisamente por eso, porque habla siempre de nosotros mismos
Uno solo puede expresar lo que lleva dentro, que no quiere decir que lo haya realizado, vivido absolutamente, ni siquiera conocido personalmente. Puedo imaginar la India sin haber estado, por novelas, peliculas, fotos etc... Puedo, entonces, expresar la India que yo llevo dentro que puede no tener que ver con la India "real" ( por cierto, cual es la India "real",probablemente tantas como habitantes como minimo). Resumiendo, que esto empieza a sonar pesado porque me resulta dificil aclararlo y aclararme, uno escribe poesia siempre de ficción, ya que los hechos aun los directamente vividos siempre pasan por nuestros multiples sesgos de percepción y valoración, lo real no existe.
valiente, intrépida... con una opinión propia forjada a fuerza de saborear los contrastes, de una búsqueda vital... viviendo y contando tu camino, tu percepción del camino... la realidad, tu visión de la realidad... la que ha conformar junto con otras visiones el puzzle de un tiempo, el que vivimos...
La ficción nace de la repetición de una mentira, sigue repitiendo que la realidad no existe y será tu verdad... ese es el principio del lavado de cerebros... puede que tu vida llegue a ser una ficción, que te repliques en cada imagen, reportaje o realidad virtual que creas vivir... simplemente estás dentro de tu tiempo, no puedes salir de él, eres ficción, imagen en el espejo que no ha de vivir su vida... el engaño es ese, creerte que lo que te pasa no es real, no conseguir tu propia interpretación de algo... si lo quieres más claro, beber de los meados ajenos... para escribir sobre algo hay que vivir ese algo, si no te quedarás en la forma en la estética en la máscara... después depende de tus referentes internos, de tu endoculturación, de tu capacidad para transmitir lo que has sentido... sufrido o no... que lo que devenga en un poema, en un escrito, tenga ese poso que "emociona" que se identifica con alguna vivencia tuya, que hable a ese interior donde moran las sombras que la razón ha intentado extirpar...
los cuerpos clonados no avanzan genéticamente... los simulacros de la razón positivista, la ficción que buscan convertir en realidad, la conciencia que nos quieren extirpar y reproducir en un laboratorio, el intento de adocenar la palabra, la capacidad del hombre de llegar a sus propias conclusiones en el devenir de su vida... cada cual debe ser consciente de su propio camino, contar su propio camino... saber que en la parte está el todo...
la ficción siempre es una visión mediatizada, no ya internamente, sino como instrumento de control de pensamiento... la manera de desprogramar nuestros cerebros... el engaño de los borregos que van hacia el matadero... la ficción como método represivo y colonizador ha hecho mucho daño... y su última gran mentira es la realidad virtual con la que pretenden globalizar nuestros cerebros... encefalograma plano...
... creo que hay que beber de las fuentes puras...
salud y pura vida...
Recuerdo que a veces, a la cárcel, venía una, no sé como llamarla, delegación a ver como vivíamos los presos y recuerdo que siempre le mostraban a esa delegación celdas especialmente preparadas para la ocasión, presos modelo y cosas así...Y recuerdo que cuando curraba en una fábrica del metal, venían delegaciones de ingenieros o grupos de estudiantes y a veces, cuando llegaban el taller estaba en silencio porque, no sé, ese día no había nada que hacer y recuerdo al perito decirle al encargado que avisara a los gruístas para que movieran las grúas de un lado a otro "para que se oyera ruido y pareciera que trabajábamos...Todo esto es ficción y esa ficción es lo que veían los visitantes de la cárcel o los de la fábrica y eso es lo que contarían luego: que bien viven estos hijos de puta de los presos o como trabajaba aquella gente, las grúas no paraban...Bien, esto es ficción, ficción que hace daño, un daño irreparable a la humanidad, como ya he dicho...Si habéis llegado aquí y os preguntáis: ¿qué cojones tiene que ver esto con la poesía?, os diría lo que dijo el crítico Manuel Rico y cito de memoria: "si dentro de cien o doscientos años, alguien bajara a este planeta y quisiera, a través de la poesía, saber qué sucedió realmente en nuestra socieedad no se enteraría pàra nada de que hubo guerras, hambre, niños explotados, mendigos tirados por la calle...." Es decir, uno de los valores de la POESIA DE NO FICCIÓN es que con el paso del tiempo, deja de ser poesía para convertirse en historia...en la aúténtica historia de los de abajo, porque la otra Historia, la que nos enseñan en el cole, es la de los de arriba: reyes, inquisidores, emperadores...Pensad en esto: aparte de Espartaco, ¿conocéis el nombre de algún esclavo más que salga en los libros de Historia?
O, como acabode enterarme ahora: han editado un libro de poemas escrito por los presos de guantánamo que el gobierno EEUU está tratando por todos los medios de silenciar y en el que se cuentan, de manera poética, las asquerosas y humillantes condiciones de vida de los presos de Guantánamo a los que, además, no se les permite poseer papel ni bolígrafo, así que tratad de imaginar cómo los escribieron...Si llegados a este punto todavía no entendéis la diferencia entre poesía de ficción o poesía de no ficción, seguid leyendo esos hermosos poemas de amor, de un amor que a lo que parece, y solo hay que echarle un vistazo al mundo, es más falso que una moneda de dos caras...O seguid leyendo hermosos poemas sobre la belleza de bosques, flores, arbolitos y pajaritos que, a lo que parece también, pronto no quedará ni uno solo...Seguid leyendo ficción hasta que un día la realidad llame a vuestra puerta, porque llamará, de una forma u otra llamará, y cuando eso suceda que ese dios (un ente de ficción)vuestro, el que sea, os coja confesados..Porque a los que leemos o escribimos POESÍA DE NO FICCIÓN, nos cogerá preparados, dispuestos a platarle cara y a presentarle a batalla...
Muy interesante tu reflexión, Ana, y también todos los comentarios que han dejado. Creo que todos tienen parte de razón. Por un lado, la poesía puede y debe ser como dice David, pero también es cierto lo que apunta Rafa con respecto a la "no ficción" o realidad, porque ésta no es otra cosa que nuestra percepción, filtrada y tamizada por nuestra situación e historia. También es válido lo que dice Txe, que la poesía está, en cierto modo, "por encima" de esas distinciones. Yo me quedo con que la poesía es un esfuerzo por trascendernos: a nosotros mismos, a las ficciones y no ficciones que conforman nuestra vida. La poesía que permanece es la que surge de ese esfuerzo, algo que muy bien puede hacerse hablando de pajaritos.
Pensándolo bien, yo incluso diría que nunca he leído poesía "de ficción". No sabría poner ningún ejemplo. Sería como llamar ficción a la filosofía.
Yo sólo puedo volver a decir...me gusta este intercambio de posturas...que la poesía es sentimiento y emociones sacadas de donde cada uno pueda, la historia guardará eco de lo que haya pasado...varios miles de años se lleva escribiendo poesía y nadie se pregunta si hay o no esta división entre ficción o no...saludos para tod@s y mucha poesía sea de la que sea.
Me detengo en esta entrada, la imprimo y la comento más tarde: no estoy totalmente de acuerdo. Hay un componente de ficción ineludible, pero me temo que tengo que dejarlo para un poco más adelante; se merece un comentario mejor. Un abrazo, Ana.
Muy interesante. Sólo quiero aportar que, al parecer, de un tiempo a esta parte se está produciendo una mezcla de géneros. Se eliminan las barreras entre ficción y realidad, entre ensayo y narrativa. Autores como Sebald, Pitol, Vila-Matas... Me ha parecido muy interesante leer sobre este fenómeno, pero referido a la poesía. No soy gran lector de poesía, pero me gusta la poesía urbana.
Un saludo.
Publicar un comentario